El reto del cambio para los líderes Africanos / Pierre Ezoua

El liderazgo renovado según el ejemplo de Jesús

Traducido del inglés por Laia Martinez

Este verano, me contaron dos historias difíciles de creer.

Primera historia: El líder principal de una congregación cristiana se negó a dejar su puesto después de la asamblea general anual que tuvo lugar al final de su contrato, con el argumento de que su predecesor había ocupado el puesto durante más de 15 años.

Segunda historia: El pastor de una iglesia local, nombrado por el Consejo Nacional, se negó categóricamente a irse.

Dado nuestro contexto negro africano, ¿tenían razón estos líderes cristianos cuando se negaron a dejar su puesto? Esta fue la pregunta que hice a los hermanos y hermanas en Cristo que asistieron a una serie de debates muy enriquecedores. A continuación están resumidos los puntos principales de aquellos debates.

1. Deberíamos seguir los procedimientos, incluso en África

Para aquellos que dieron una respuesta negativa, estos pastores africanos “testarudos” no tenían razón cuando se negaron a irse porque habían sido elegidos o nombrados para sus puestos. Así que, ¿por qué habían mostrado tal comportamiento cuando era el momento de cambiar? Los participantes pensaron que el honor y los beneficios materiales y económicos vinculados con el puesto explicaban la rebeldía. Como evidencia, sostuvieron que si a estos pastores se les ofreciera otro puesto también bueno (un título honorífico, un buen sueldo…), el ex líder y pastor en cuestión se iría inmediatamente. Para ellos, esta es la razón por la que estos líderes africanos egocéntricos, que ponen sus intereses por encima de los de los demás, a menudo crean y fomentan crisis y conflictos profundos en sus iglesias. Es cierto que la Biblia nos aconseja que: “Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.” (Rom. 12:18) o que cumplamos nuestra palabra (Mateo 5:37). ¡Pero sin mucho éxito! Estos predicadores de la palabra no cumplen su propia palabra. Un día, aceptan un acuerdo que les conviene y, al siguiente, lo rechazan cuando les entorpece el paso. Son como lobos vestidos de pastores.

2. Pero la democracia no es ni africana ni bíblica

Los que apoyan este punto de vista sostienen que estos pastores africanos tienen razón al no querer dejar su puesto si tanto su trabajo como el resultado de su ministerio son positivos. Además, si la congregación los apoya, ¿por qué deberían reemplazarlos? ¿Bajo qué autoridad? ¿La democracia? ¿La constitución de la iglesia?

Ellos sostienen que la democracia no es un concepto ni africano ni bíblico. La democracia es, simplemente, un método de gobierno que tiene muchas ventajas y desventajas y que está muy lejos de ser la mejor forma de gobernar. Antiguamente, en África, como en la Biblia, los líderes ocupaban su puesto hasta el final de su vida. Por ejemplo, Josué solo reemplazó a Moisés después de la muerte de este (Josué 1:1–2). ¿Fueron reemplazados los líderes de la iglesia de Jerusalén (Pedro, Santiago y Juan) al cabo de unos pocos años de apostolado?

Si consideramos los criterios que se seguían para elegir a los ancianos y a los diáconos (1 Corintios 3 y Tito 1), vemos que Pablo jamás dijo una palabra sobre un plazo limitado en el ministerio. Los partidarios de este punto de vista concluyeron que, así como los monarcas gobiernan por mandato divino, los líderes espirituales negros también deberían ocupar su puesto hasta su muerte, siempre que estén haciendo un buen trabajo. Es por ello que esto debería reflejarse en la constitución de las iglesias africanas.

3. Aun así, Jesús representa el liderazgo definitivo

“Mi reino no es de este mundo” (Juan 18:36). En mis observaciones finales, sostuve que, si Jesús habla de un “reino”, debe haber, por tanto, un modelo de “liderazgo del reino” definido por Dios mismo:

[…] Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de todos. (Marcos 10:42–44)

Pero, seamos honestos: tanto “los jefes de las naciones” como “el que quiera hacerse grande” requieren respeto (1 Pedro 2:17), pan y ropa (Mt. 6:25).

Sin embargo, ¿es esta una buena razón para ofrecer un puesto honorífico o un buen sueldo con el objetivo de animar a que los líderes africanos dejen su puesto? ¿Es esta una buena razón para añadir a la constitución de las iglesias africanas que los pastores y líderes de iglesia sean elegidos y nombrados de por vida, siempre que tengan buenos resultados? ¿Es esta realmente una buena solución al problema?

Mi respuesta fue que sí y no. Sí, aunque esto solo solventaría el aspecto material y mundanal del tema. Esta sería una solución, pero solo tendría los efectos de un placebo: aliviaría provisionalmente las preocupaciones sobre “¿Qué comeremos?” o “¿Cómo nos vestiremos?” (Mt. 6:23). Pero no nos engañemos: el principio del liderazgo de por vida viene con sus propios riesgos: el culto a la personalidad, murmuraciones, divisiones…

No, tal decisión no buscaría el “reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33) ni lo que Marta, la hermana de María, escogió: “[lo] mejor, y nadie se [lo] quitará” (Lucas 10:42). No, esta trinidad africana (un buen puesto al que aspirar, un buen sueldo y el liderazgo de por vida) no es la solución del “reino”.

Ha llegado el momento de un nuevo liderazgo, el que modeló Jesús cuando lavó los pies de sus discípulos (Juan 13:1–17), rechazó la condición de persona famosa (Lucas 4:40–44) y se sacrificó por sus amigos (Juan 19). Este nuevo liderazgo no busca ser el primero, sino ser el esclavo de todos en amor y santidad.

Líderes cristianos africanos: “acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos” (Heb. 4:16). Pues el nuevo líder es el líder servidor, el esclavo de todos, que no vive solo de pan (Mt. 4:4) ni busca sus propios intereses (1 Cor. 13:5), sino que vive según el principio de dependencia del amor y la fidelidad del Señor.


Lee más en el Número 6 de Palabra y Mundo:

  1. Replanteando el liderazgo / Joshua Bogunjoko
  2. Liderazgo para tiempos de crisis / Daniel Salinas
  3. Los líderes son los últimos en comer / Wendy Quay Honeycutt

Sobre el autor

El Dr. Pierre Ezoua, un hombre de letras y culturas, ha servido en varios puestos: secretario pionero de los Groupes Bibliques Universitaires de Côte d’Ivoire (GBUCI) de 1992 a 2000; director de programa en Fréquence Vie, una emisora de radio cristiana en Abidjan de 2001 a 2001; Secretario itinerante de GBUAF, la región de África francófona de la IFES [RH1] con responsabilidad por misiones y evangelización en África Occidental de 2002 a 2009. Desde el 2010, Dr. Ezoua ha sido pastor en la iglesia reformada de Túnez. Está casado con Juliette y tienen dos hijas. Su dirección de contacto es pierre.ezoua@gmail.com.


Preguntas para debatir

  1. ¿Cómo podrían las iglesias y los movimientos estudiantiles asumir la responsabilidad de enseñar a sus líderes a conocer el amor y la fidelidad de Dios?
  2. ¿Qué lugar podrían ocupar los miembros de las iglesias en la lucha contra los líderes que solo se preocupan por sus propios intereses?
  3. ¿Qué lugar podrían ocupar los miembros de las iglesias a la hora de describir y definir el liderazgo de servicio en tu contexto?

Lecturas adicionales


Todas las citas bíblicas has sido sacadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica, Inc.® 
 Usada con permiso.


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