Viajando por el camino solitario

Quizá había leído demasiadas biografías de misioneros. Me imaginé como un pionero de la obra estudiantil, que iba entre la maleza, alcanzando a los inalcanzados con el evangelio de Cristo. La realidad no resultó ser una experiencia tan romántica. Sin conversiones, sin milagros, sin avivamiento. Días que aparentemente carecían de fruto se convirtieron en semanas y meses de desánimo. No sabía ya qué escribir en mis cartas de oración. Tras seis meses, no podía más. Estaba cansada de viajar por el camino solitario del ministerio estudiantil. 

Tristemente, este tipo de experiencias son comunes entre los obreros jóvenes que comienzan a trabajar en el ministerio estudiantil. Por eso existe la Red de Obreros Jóvenes. Heledd trabaja con la Red de Obreros Jóvenes, apoyando a los obreros en los movimientos de IFES en toda la región. Ella ha compartido sus reflexiones acerca de este ministerio tan vital. 

Retos inesperados 

Uno de los grandes retos que afrontan los obreros jóvenes es el de encontrar su valor en Cristo, en lugar de en sus propias acciones. Cuando sus iglesias y amigos están donando dinero para apoyar el ministerio, pueden llegar a sentir una gran presión por mostrar que la inversión merece la pena. Pero el ministerio es más lento de lo esperado. Mucho de lo que está pasando es invisible y el fruto podría parecer inapreciable hasta que pasen años. Es tentador proyectar una imagen externa falsa para impresionar a otros. Pero, vivir esa doble vida es agotador. 

Para otros, el gran reto es la soledad y el aislamiento. En los movimientos más pequeños, tienen pocos compañeros de trabajo o puede que ninguno. Pasan mucho tiempo viajando entre campus y ciudades, trabajando solos. Aprender cómo establecer objetivos, cómo priorizar y cómo tomar decisiones estratégicas es complicado. La obra de IFES es profundamente relacional y tiende a atraer a personas extrovertidas; por lo que pasar mucho tiempo a solas puede ser un reto inesperado para ellos. 

Un salvavidas para los obreros jóvenes 

Muchos de estos problemas son retos inevitables, pero la Red de Obreros Jóvenes busca equipar a los obreros jóvenes para que sobrevivan y hasta triunfen en los primeros años de ministerio, que suelen ser todo un reto. La Red de Obreros Jóvenes crea una comunidad de aprendizaje para los obreros jóvenes. Es un lugar en el que pueden forjar relaciones con sus compañeros, compartir sus luchas y aprender juntos cómo debe ser un ministerio fiel. 

Cada cohorte se reúne tres o cuatro veces durante el primer año de ministerio. Además, a todos se les asigna un mentor, que se reúne con ellos mensualmente a través de Skype. La Red de Obreros Jóvenes también tiene un programa de formación y estudio para ayudar a los jóvenes obreros a establecer unos buenos fundamentos bíblicos para su ministerio. 

La historia de Goda 

Los obreros se quedan más tiempo de IFES ahora. Cinco graduados de la Red de Obreros Jóvenes se han convertido en Secretarios Generales de sus movimientos nacionales. Muchos otros siguen estando en el liderazgo activo y están compartiendo lo que han aprendido mediante la Red de Obreros Jóvenes con otros en sus contextos locales. Tenemos muchos motivos de ánimo, pero la historia de Goda, una joven obrera de LKSB Lituania, destacó entre todas las demás: 

Tras convertirme en cristiana, vi que los discípulos de la Biblia iban a los lugares que necesitaban el evangelio. Eso me motivó a unirme a LKSB como obrera, porque tenían una gran necesidad de tener más obreros. Pero, el primer año fue muy duro. Luché para conseguir dinero para mi ministerio. Fue un tiempo muy estresante y me surgieron muchas preguntas. ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué pasará con LKSB? ¿Cómo puedo seguir adelante sin dinero? 

Al unirme a la Red de Obreros Jóvenes y conocer a otros en la misma situación que yo, cobré ánimos. Las enseñanza y las conversaciones me ayudaron a replantearme el levantamiento de fondos. Tres días después de volver a casa, la gente había donado dinero suficiente como para mantenerme durante siete meses. Dios había obrado un milagro. 

Dona hoy para apoyar a la Red de Obreros Jóvenes para ayudar a más personas como Goda a seguir adelante en el ministerio estudiantil. 

Desarrollar una cultura de discipulado

Torur acaba de terminar la escuela secundaria pero, a diferencia de la mayoría de sus amigos, no va a ir a la universidad. Tampoco va a buscar trabajo para ganar algo de dinero. Por lo menos no por el momento. En lugar de eso ha decidido pasar un año sirviendo con KFS Islas Feroe, uno de los movimientos más recientes de IFES. Como a él le ha ayudado mucho el ministerio de escuela secundaria de KFS, Torur tiene muchas ganas de animar y discipular a otros jóvenes. 

Su único compañero de trabajo, Ragnhard (el secretario general), comparte un poco más acerca de la obra: 

“Un 95% de las personas de las Islas Feroe dice ser cristiano. Pero para muchos de ellos solo significa ir a la iglesia en Navidad o para bodas o entierros. Algunos asisten de forma más regular, pero las iglesias de nuestro país carecen de una cultura de discipulado”. 

La Escuela de Discipulado de KFS ofrece a los jóvenes un lugar donde recibir discipulado. Todos los lunes por la tarde se reúnen más de 25 jóvenes para recibir discipulado y formación en apologética, evangelización y cómo dirigir estudios bíblicos. A Ragnhard y a Torur les encantaría que los que están aprendiendo salieran a establecer un ministerio estudiantil universitario y a la larga fortalecieran el discipulado de la iglesia. Ora para que este sueño se haga realidad. 

  • Da gracias a Dios porque Torur está dispuesto a servir con KFS este año y ora para que Dios lo utilice para alcanzar a más estudiantes con las buenas nuevas de Jesús que transforman vidas. 
  • Ora para que el trabajo de traducción de Uncover Juan, un recurso para buscadores, termine pronto y que muchos jóvenes cristianos de las Islas Feroe lo utilicen para ayudar a sus amigos a conocer a Jesús.  Da gracias a Dios porque Torur está dispuesto a servir con KFS este año y ora para que Dios lo utilice para alcanzar a más estudiantes con las buenas nuevas de Jesús que transforman vidas. 

¡Gracias por orar con nosotros!

Cómo empezó la obra estudiantil en Bulgaria

Septiembre 1992. 

La familia Fillingham, Rick, Jane y sus dos hijos pequeños, había viajado a Europa Oriental ese año, y todo cambió. El Telón de Acero había caído. Se abrían nuevas puertas. Sentían el llamado de Dios. Ese mismo año, la familia se mudó a una séptima planta en el centro de Sofía. 

Solo tenían un contacto telefónico en esa ciudad, un estudiante de física que se llamaba Oleg. A través de Oleg, Rick conoció a un pequeño grupo de estudiantes cristianos que habían empezado a reunirse para estudiar la Biblia. En marzo del año siguiente, 20 estudiantes se reunieron para escuchar cómo Rick explicaba la visión de un movimiento nacional estudiantil,y BCSU nació. 

Rick y Jane llegaron a amar el país y a su gente profundamente. Rick pasó los años siguientes viajando por las ciudades de Bulgaria, discipulando a estudiantes y animándolos a crear sus propios grupos de estudio bíblico. El crecimiento era difícil, pero constante. Bulgaria seguía siendo un país peligroso para los creyentes locales. Para los misioneros, la vida estaba llena de burocracia complicada e inexplicable desde el régimen antiguo. Rick y Jane tenían que abandonar el país cada tres meses para renovar el visado y a veces regresar era complicado. La familia descubrió un sistema para cruzar la frontera: si las preguntas que le hacían a Rick se ponían intensas, los niños empezaban a llorar y gritar hasta que los agentes se hartaban del ruido y los dejaban circular. 

Hoy hay 60 estudiantes activamente involucrados con BCSU Bulgaria, incluidos 22 estudiantes internacionales. 

El sueño de Aida para Guinea Ecuatorial

Conoce a Aida. Tiene 23 años. Esta es su historia.

Una llamada de teléfono

Su infancia fue única. Sus amigos la llamaban mwang ntang (niña blanca). Le enseñaron a jugar con un palo y una goma. A los siete años, Aida volvió de Guinea Ecuatorial a España. Pero ya era demasiado tarde. El país y su gente se habían ganado un lugar fijo en su corazón.

Durante su último año de universidad en España, Aida tuvo la oportunidad de volver: cursaría unas prácticas de dos meses en un colegio de Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial. Su lectura para el viaje fue Brillando como estrellas, de Lindsay Brown. Hoja tras hoja, las historias de los estudiantes cristianos que habían marcado la diferencia en sus países iban cautivando a Aida. Y entonces se encendió su sueño de ver a estudiantes cristianos de Guinea Ecuatorial marcando la diferencia en su país.

Al regresar a Barcelona, Aida recibió una llamada que cambió el rumbo de su vida. Era un obrero de GBU España: “Aida, ¿qué te parecería mudarte a Guinea Ecuatorial para impulsar un nuevo movimiento allí?». ¡Justo en el momento oportuno! Durante las siguientes semanas, estuvo leyendo la Biblia, orando y hablando con otros cristianos. Vio claramente que Dios le abría la puerta.

No está sola

Eso ocurrió hace 18 meses. Desde entonces, GBU España ha estado ayudando a Aida para que pudiera mudarse a Malabo. IFES la apoyó con una beca para asistir a la Asamblea Mundial de Sudáfrica. Escuchar las historias y luchas de otros obreros y estudiantes pioneros la ayudó a ajustar sus expectativas. Se dio cuenta de que no sería fácil, pero también de que no estaría sola.

Sé que será difícil y que no soy la persona más cualificada para ir. Habría gente más formada o experimentada. Pero confío en que Dios proveerá y moldeará mi vida conforme a su llamado para mí.

Estoy dispuesta a hacerlo, porque no estoy sola. Sé que Dios me acompaña, así como el resto de la familia IFES. Quizá no vea grandes cosas. Tal vez solo plante la semilla y esta no crezca hasta que yo me vaya. Pero no importa; Dios tiene grandes planes para este país. Estoy aprendiendo que, a veces, los tiempos de Dios no son los nuestros. Dios obra de forma distinta a la nuestra.

GBU Spain

Empezando de cero

Aida quiere alcanzar a los estudiantes, pero ¿cuál es la mejor forma de empezar? Le surgieron algunas ideas al escuchar a otras personas en la Asamblea Mundial; clubes de inglés y clases de música, tanto para cristianos como no cristianos, y otras estrategias. Será complicado; la mayoría de estudiantes son chicos un par de años mayores que ella. Pero, a pesar de los posibles retos, Aida siente paz.

Sé que no voy allí para ser una líder o directora, ni imponer el método de IFES Europa al que estoy acostumbrada. Voy allí para formar un equipo y trabajar conjuntamente con ellos para iniciar un movimiento autóctono. Y, si Dios quiere, así será; primero, en las facultades de Malabo, y esperamos que también en otros campus de Bata.

Belleza y quebranto

A Aida le encanta Guinea Ecuatorial. Le fascina la forma en que siempre estás rodeado de gente. Si sales a la calle, siempre encuentras a alguien que te salude y te acompañe durante el camino. Si estás en casa, siempre habrá alguien que llame a tu puerta para entrar y tomar algo. Le encanta la hospitalidad, el estilo de vida, los aromas, los colores, la diversidad.

Pero, como en cualquier país, también hay quebranto.

Si bien la mayoría de personas son católicos nominales, el animismo es lo que las domina. Cuando nace un bebé, los padres lo presentan a los espíritus para que “lo protejan”. Cuando alguien enferma, acuden al curandero. Si alguien se enfada, puede que maldiga a su enemigo. Las generaciones más jóvenes lo practican menos que sus padres y abuelos, pero está muy arraigado en la cultura. Para los creyentes jóvenes, es difícil liberarse de ello, y para un extranjero es complicado desafiarlo sin ofender.

No sería extraño abrumarse ante esos signos de oscuridad, pero Aida confía en la obra de Dios:

«Creo que el poder para cambiar se encuentra en la Palabra de Dios. Al leer la Biblia juntos en la universidad, oro para que Dios nos hable y nos muestre dónde estamos depositando realmente la fe, si en el único Dios verdadero o en otras cosas».

El país sueña a lo grande, pero dispone de pocos recursos. Muchos se sienten desesperados y frustrados. Pero Aida y los estudiantes cristianos tienen otra esperanza que compartir, una que no se basa en lo humano. Esa esperanza puede cambiar el corazón de todas las personas del campus y las comunidades. Ese es el sueño de Aida.

«Familia de IFES, imaginemos que nos reunimos de nuevo en 2023 y hay aquí una hermana de Guinea Ecuatorial diciendo que el movimiento está listo para unirse a IFES. ¿Orarás conmigo para que se cumpla esa realidad?” Aida recibe el apoyo del proyecto Abriendo nuevos caminos. Puedes donar ahora para apoyar a los pioneros de IFES que, como Aida, llevan el Evangelio a los campus, ciudades y países inalcanzados.

Aida recibe el apoyo del proyecto Abriendo nuevos caminos. Puedes donar ahora para apoyar a los pioneros de IFES que, como Aida, llevan el Evangelio a los campus, ciudades y países inalcanzados.

Capacitando a los estudiantes para compartir a Jesús en la pista

Anna es una estudiante de psicología de Italia. Le encanta el alpinismo y compite con el equipo universitario. También ama a Jesús. Como deportista cristiana, Anna se enfrenta a desafíos únicos: 

«Ser cristiana en el mundo de los deportes no es nada fácil para mí. Nadie quiere escuchar tu opinión sobre Dios. Quiero tener más confianza para compartir mi fe con el equipo, pero iniciar conversaciones sobre Dios es difícil». 

Entrenando y compitiendo varias veces por semana, los deportistas estudiantes suelen tener problemas para equilibrar el compromiso con el equipo, los estudios y la comunidad cristiana. También existe el desafío de vivir para Jesús en lo que puede parecer una cultura completamente anticristiana. Los equipos deportivos pueden ser lugares de beber mucho y conversaciones groseras. ¿Cómo actúa un discípulo de Jesús en ese contexto? 

Anna y 18 otros estudiantes de países europeos se han planteado la pregunta en la escuela de verano Unión de Deportistas Cristianos de Europa (ECSU) durante las últimas semanas. El grupo ahora está en Bulgaria para emprender diez días de misión deportiva. 

  • Demos gracias a Dios por las oportunidades misionales y la capacitación que Anna y los otros 18 estudiantes han recibido este mas y oremos para que vuelvan a sus universidades y equipos deportivos de Europa con coraje y competencia para la misión deportiva. 
  • Ora para que los estudiantes cristianos de toda Europa vivan vidas dentro y fuera del campo y la pista que den la gloria a Dios y ayuden a otros a descubrir el evangelio. 

¡Gracias por orar con nosotros!

Un lugar más al que no pertenezco

No quiero volver jamás a mi primera semana de universidad. Me preguntaron 17 veces de dónde era en un mismo día. La respuesta debería haber sido directa, pero para mí era la peor pregunta del mundo. ¿De verdad querían oír un resumen de cinco minutos de los ocho países en que he vivido? ¿Que de dónde soy? Ni si quiera yo lo sé. 

Mi aspecto era igual que el del resto. Pero por dentro me sentía diferente. ¿Sería este un lugar más al que no pertenezco? No entendía sus bromas. No conocía las canciones que cantaban. Incluso el McDonald’s sabía distinto. Quería llamar a mis padres varias veces por semana, pero ellos viven en el otro lado del mundo, a nueve horas. Empezar de nuevo era muy duro. ¿Por qué me has traído aquí, Dios? 

Definidos por tres letras 

TCK. Estas tres letras no le dicen nada a la mayoría de la gente. Pero para varios millones de personas del mundo, son su definición. Son las siglas en inglés de niño/a de tercera cultura. El término se refiere a las personas que han crecido en una cultura distinta a la del pasaporte de sus padres. 

Como Wianne. Ella es una TCK. Nació en Malawi. Su madre es neerlandesa y su padre sudafricano. Fue a la escuela secundaria en Kenia y ahora estudia salud y sociedad en los Países Bajos. 

Como Matt. Él es un TCK. Es británico, pero nació en Zimbabue y vivió en Kenia, Marruecos, Sudáfrica y Mozambique mientras crecía. Estudia terapia ocupacional en el Reino Unido. 

Como Joshua. Él es un TCK. También es británico, pero creció en Pakistán y Jordania antes de mudarse al Reino Unido con 13 años. Estudió ingeniería en la universidad y ahora se dedica a las TI. 

Para los TCK, ir a la universidad representa un desafío especial: choque cultural, morriña, dificultades para encajar. Pero ser TCK también tiene sus ventajas. Y es que contribuyen de forma única al ministerio estudiantil. Con su experiencia internacional y consciencia cultural, los TCK suelen ser los mejores para ayudar a los estudiantes internacionales. 

Wianne, Matt y Joshua compartieron sus reflexiones sobre su vida como TCK y estudiantes. 

Tratando de sobrevivir. (Wianne) 

«Creo que al principió no lidié muy bien con la transición. Era abrumador. Sentía que se me desvanecía el suelo bajo los pies. Estaba entumecida. Me hizo falta mucha energía solo para sobrevivir. Mi primera reacción fue tratar de integrarme en la sociedad neerlandesa. No quería destacar y ser distinta. Hice lo que pude para encajar y fingía que todo me parecía normal: la comida, la ropa, la forma directa de comunicación, las charlas sin fin sobre el clima… Pero no entendía la cultura neerlandesa y pronto me di cuenta de las diferentes prioridades de la gente que me rodeaba. Echaba de menos mi casa, los amigos de la escuela secundaria internacional, que ahora estaban esparcidos por el mundo, echaba de menos a la gente «normal» de mi alrededor y poder ser yo misma. 

Había decidido seguir a Cristo y bautizarme justo antes de terminar la escuela secundaria. Sabía que Jesús siempre está al control y que es bueno. Pero no me sentía así. La repatriación (regresar a los Países Bajos) fue una les experiencias más duras de mi vida. Sin embargo, en este tiempo de prueba, mi fe profundizó y se volvió más real. 

Echando la vista cuatro años atrás, doy gracias por el lugar donde estoy ¡y me alegro de no tener que cursar de nuevo el primer año! Doy gracias por el crecimiento personal que he vivido en mis años universitarios y mis años de implicación con Ichthus, el movimiento de IFES. Doy gracias a Dios por todos mis amigos neerlandeses que me invitaron a distintas actividades, invirtieron tiempo en escucharme de verdad y me permitieron abrirme y ser yo con ellos. Marcó una gran diferencia para poder adaptarme al país.  

Doy gracias por las oportunidades que he tenido como TCK. Doy gracias por poder conectar tan fácilmente con gente de distintos contextos y culturas, y ser así un puente entre los estudiantes nacionales e internacionales de mi universidad». 

Debería encajar, pero no lo consigo. (Matt) 

«Venir al Reino Unido directamente del polvo de África sin haber vivido aquí por mi cuenta, me sentía fuera de lugar. El desafío principal para mí fue relacionarme con la gente británica. Tengo pasaporte británico y soy blanco, así que por un lado debería encajar. Pero no. Mis prioridades, estilo de vida, temas de conversación y humor son diferentes. 

Recuerdo que un día vi a dos de mis amigos hablando juntos. Me levanté y me puse entre ellos. ¡Instintivamente saltaron alejándose! No lo entendí. Al instante me dijeron que había ocupado su espacio personal poniéndome tan cerca de ellos. ¡Me impactó mucho! 

Recuerdo que un día vi a dos de mis amigos hablando juntos. Me levanté y me puse entre ellos. ¡Instintivamente saltaron alejándose! No lo entendí. Al instante me dijeron que había ocupado su espacio personal poniéndome tan cerca de ellos. ¡Me impactó mucho! 

Ser un TCK y estudiante me ha supuesto desafíos, pero también muchas ventajas. Como TCK, me resulta fácil conectar con gente de otras culturas. Me encanta trabajar con estudiantes internacionales en la universidad. Me encanta ser el puente entre su cultura y el contexto. A través de la iglesia y mi grupo local de IFES, he tenido el privilegio de abrir la Biblia con estudiantes internacionales y ver cómo algunos han conocido al Señor. 

La universidad ha sido (y sigue siendo) uno de los períodos más duros de mi vida. Aún tengo que adaptarme a vivir en el lugar de donde soy según mi pasaporte, pero donde siento que no encajo del todo. 

La universidad también ha sido un lugar de crecimiento espiritual. He aprendido sobre la identidad que tengo en el evangelio de Cristo. Como estudiante, mi iglesia es mi familia y el lugar al que llamo hogar. 

Mi renuencia instintiva (Joshua) 

«Era más o menos el típico estudiante TCK. Me había mudado hacía unos años y me pareció relativamente fácil asentarme y encontrar amigos, así como adaptarme a situaciones nuevas. Igual que otros TCK, tuve que esforzarme para abrirme y desarrollar amistades profundas. En el fondo, siempre guardas una renuencia instintiva, quizá porque te preguntas cuánto tiempo vas a estar allí, si esa amistad llevará a otra dolorosa despedida dentro de unos años… 

Disfruté mucho el tiempo los estudiantes intencionales en la universidad. Tuve amigos cercanos de Japón, Italia, Egipto, Pakistán, Singapur y Malasia. Me encantó conocer a gente de otras culturas, me salía natural.

Ser TCK ha tenido un gran impacto en mi vida. Lo más importante de mí es ser cristiano, y mi ciudadanía es la del cielo. Pero lo segundo que más me define es ser TCK. Si no hubiera sido TCK, creo que me habría conformado con asentarme aquí en el Reino Unido. Pero debido a mi infancia, soy consciente de que existe un mundo entero ahí fuera que necesita que lo alcancen. Si eso significa mudarme al extranjero o servir con gente internacional aquí, aún no lo sé. 

¿De qué formas pueden los demás ayudar a los TCK en la universidad? 

A nivel práctico, los TCK enfrentan muchos desafíos cuando llegan. Abrirse una cuenta bancaria, conseguir que el móvil funcione, cambiar divisas… Esas cosas. También está el tema de las vacaciones universitarias. ¿Adónde vas? No puedes permitirte volver al país donde viven tus padres tres veces al año. Los amigos cristianos y la familia eclesial, con su hospitalidad, pueden marcar una gran diferencia para los TCK durante las vacaciones». 

¿Hay niños de tercera cultura en tu universidad? ¿Hay formas en las que podrías apoyarlos? ¿Qué podrías aprender de ellos? ¿Podrías animarlos de alguna manera a usar sus dones y experiencias para alcanzar a los demás en el campus? 

Se reúnen en Sudáfrica cientos de personas de todo el mundo

Debora estudia arte de los nuevos medios en una universidad de Lituania, pero esta semana no está allí. Está en Sudáfrica, junto con otras 1.200 personas de 172 países. Han asistido al encuentro de IFES que tiene lugar cada cuatro años: la Asamblea Mundial. Para Debora esta semana será una experiencia totalmente nueva. Nunca ha estado rodeada de tantos jóvenes que sienten pasión por compartir el evangelio en sus campus. Nunca ha escuchado alabanzas a Dios en tantos idiomas diferentes. Podrá ver con sus propios ojos que forma parte de una comunidad enorme, dinámica y global. 

Debora forma parte de su movimiento local de IFES en Lituania: LKSB. Su núcleo acaba de empezar a trabajar con estudiantes internacionales y han asistido a sus eventos hasta musulmanes y ateos. En la Asamblea Mundial Debora aprenderá a compartir el evangelio con estudiantes de otras culturas y trasfondos religiosos, además de otros temas. Cuenta: 

“Espero aprender más sobre cómo los estudiantes de otros países comparten el evangelio, para que podamos probar cosas nuevas en casa. Espero entablar amistades duraderas: quizás más adelante podamos hasta realizar viajes misioneros a los países de los demás y organizar eventos aún más grandes juntos”. 

Únanse a nosotros en oración por Debora y por los otros 230 estudiantes que están participando en la Asamblea Mundial, para que regresen a casa con una visión más amplia de Dios y del papel que tienen en su obra. 

¡Gracias por orar con nosotros!