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El sueño de Aida para Guinea Ecuatorial

Una graduada de GBU España se muda para impulsar un nuevo movimiento estudiantil

Conoce a Aida. Tiene 23 años. Esta es su historia.

Una llamada de teléfono

Su infancia fue única. Sus amigos la llamaban mwang ntang (niña blanca). Le enseñaron a jugar con un palo y una goma. A los siete años, Aida volvió de Guinea Ecuatorial a España. Pero ya era demasiado tarde. El país y su gente se habían ganado un lugar fijo en su corazón.

Durante su último año de universidad en España, Aida tuvo la oportunidad de volver: cursaría unas prácticas de dos meses en un colegio de Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial. Su lectura para el viaje fue Brillando como estrellas, de Lindsay Brown. Hoja tras hoja, las historias de los estudiantes cristianos que habían marcado la diferencia en sus países iban cautivando a Aida. Y entonces se encendió su sueño de ver a estudiantes cristianos de Guinea Ecuatorial marcando la diferencia en su país.

Al regresar a Barcelona, Aida recibió una llamada que cambió el rumbo de su vida. Era un obrero de GBU España: “Aida, ¿qué te parecería mudarte a Guinea Ecuatorial para impulsar un nuevo movimiento allí?». ¡Justo en el momento oportuno! Durante las siguientes semanas, estuvo leyendo la Biblia, orando y hablando con otros cristianos. Vio claramente que Dios le abría la puerta.

No está sola

Eso ocurrió hace 18 meses. Desde entonces, GBU España ha estado ayudando a Aida para que pudiera mudarse a Malabo. IFES la apoyó con una beca para asistir a la Asamblea Mundial de Sudáfrica. Escuchar las historias y luchas de otros obreros y estudiantes pioneros la ayudó a ajustar sus expectativas. Se dio cuenta de que no sería fácil, pero también de que no estaría sola.

Sé que será difícil y que no soy la persona más cualificada para ir. Habría gente más formada o experimentada. Pero confío en que Dios proveerá y moldeará mi vida conforme a su llamado para mí.

Estoy dispuesta a hacerlo, porque no estoy sola. Sé que Dios me acompaña, así como el resto de la familia IFES. Quizá no vea grandes cosas. Tal vez solo plante la semilla y esta no crezca hasta que yo me vaya. Pero no importa; Dios tiene grandes planes para este país. Estoy aprendiendo que, a veces, los tiempos de Dios no son los nuestros. Dios obra de forma distinta a la nuestra.

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Empezando de cero

Aida quiere alcanzar a los estudiantes, pero ¿cuál es la mejor forma de empezar? Le surgieron algunas ideas al escuchar a otras personas en la Asamblea Mundial; clubes de inglés y clases de música, tanto para cristianos como no cristianos, y otras estrategias. Será complicado; la mayoría de estudiantes son chicos un par de años mayores que ella. Pero, a pesar de los posibles retos, Aida siente paz.

Sé que no voy allí para ser una líder o directora, ni imponer el método de IFES Europa al que estoy acostumbrada. Voy allí para formar un equipo y trabajar conjuntamente con ellos para iniciar un movimiento autóctono. Y, si Dios quiere, así será; primero, en las facultades de Malabo, y esperamos que también en otros campus de Bata.

Belleza y quebranto

A Aida le encanta Guinea Ecuatorial. Le fascina la forma en que siempre estás rodeado de gente. Si sales a la calle, siempre encuentras a alguien que te salude y te acompañe durante el camino. Si estás en casa, siempre habrá alguien que llame a tu puerta para entrar y tomar algo. Le encanta la hospitalidad, el estilo de vida, los aromas, los colores, la diversidad.

Pero, como en cualquier país, también hay quebranto.

Si bien la mayoría de personas son católicos nominales, el animismo es lo que las domina. Cuando nace un bebé, los padres lo presentan a los espíritus para que “lo protejan”. Cuando alguien enferma, acuden al curandero. Si alguien se enfada, puede que maldiga a su enemigo. Las generaciones más jóvenes lo practican menos que sus padres y abuelos, pero está muy arraigado en la cultura. Para los creyentes jóvenes, es difícil liberarse de ello, y para un extranjero es complicado desafiarlo sin ofender.

No sería extraño abrumarse ante esos signos de oscuridad, pero Aida confía en la obra de Dios:

«Creo que el poder para cambiar se encuentra en la Palabra de Dios. Al leer la Biblia juntos en la universidad, oro para que Dios nos hable y nos muestre dónde estamos depositando realmente la fe, si en el único Dios verdadero o en otras cosas».

El país sueña a lo grande, pero dispone de pocos recursos. Muchos se sienten desesperados y frustrados. Pero Aida y los estudiantes cristianos tienen otra esperanza que compartir, una que no se basa en lo humano. Esa esperanza puede cambiar el corazón de todas las personas del campus y las comunidades. Ese es el sueño de Aida.

«Familia de IFES, imaginemos que nos reunimos de nuevo en 2023 y hay aquí una hermana de Guinea Ecuatorial diciendo que el movimiento está listo para unirse a IFES. ¿Orarás conmigo para que se cumpla esa realidad?” Aida recibe el apoyo del proyecto Abriendo nuevos caminos. Puedes donar ahora para apoyar a los pioneros de IFES que, como Aida, llevan el Evangelio a los campus, ciudades y países inalcanzados.

Aida recibe el apoyo del proyecto Abriendo nuevos caminos. Puedes donar ahora para apoyar a los pioneros de IFES que, como Aida, llevan el Evangelio a los campus, ciudades y países inalcanzados.

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