¡Europa necesita conocer a Jesús!

Priscilla era una de 1.700 estudiantes. Fue con sus amigos de GBU Italia para unirse a los estudiantes de unos 47 países más. Esto fue en la Conferencia Europea de Evangelización Estudiantil de IFES, Presence, durante la Pascua de 2017. Casi dos años más tarde, le pedimos que reflexionara sobre el impacto a largo plazo de su asistencia a Presence. Compartió sus reflexiones:

La historia de Priscilla

“Esperaba tener una experiencia maravillosa. Pero no algo tan inspirador. Tanto para mí como para mi grupo de IFES (GBU) de Milán.

Fue increíble experimentar esa conexión con otros estudiantes cuando orábamos juntos en distintos idiomas. Fue impresionante ver lo grande que es IFES, darnos cuenta de que estamos implicados en un proyecto internacional enorme.

IFES world

Pero, para mí, un momento reseñable fue escuchar a un hombre compartir su testimonio la última noche. Se había criado en una familia musulmana en Oriente Medio. Como parte de sus estudios, pasó unos pocos meses en Francia como estudiante internacional. Ahí, conoció a algunos estudiantes cristianos y empezó a leer la Biblia con ellos. Tan solo tres semanas antes de irse de Francia, entregó su vida a Cristo.

Ese hombre trabaja ahora con los estudiantes en Oriente Medio.

Tras leer su historia, estaba convencida de que necesitaba aprovechar mejor las oportunidades que tenemos para alcanzar a los estudiantes internacionales. Estamos acostumbrados a orar por misioneros de todo el mundo, pero, ¿y por las cientos de personas de otros países que están a nuestro alrededor? ¡Necesitan conocer a Jesús! Pueden ser un testimonio poderoso en sus propias comunidades cuando regresan. El tiempo que pasan en nuestro país puede ser breve, pero puede ser suficiente.

GBU Italia

Un nuevo corazón

Mis amigos y yo volvimos de Presence recargados espiritualmente, llenos de ideas, y con un nuevo corazón por los estudiantes internacionales. Desde entonces, hemos empezado a celebrar estudios bíblicos en inglés y en italiano. En mi universidad tenemos muchísimos estudiantes internacionales, la mayoría proceden de China, India, Pakistán, América del Sur y otros países europeos. Proceden de distintos trasfondos religiosos. En general, descubrimos que no sabemos mucho acerca del cristianismo, pero están más abiertos a hablar de asuntos espirituales que nuestros amigos italianos. A veces, sus preguntas me sorprenden. Tienen curiosidad. Hablar acerca de nuestras almas y de nuestro pecado no les resulta extraño.

Antes de Presence sentía interés por los estudiantes internacionales, pero tenía miedo por la barrera lingüística y no estaba segura de cómo afrontarlo. Tras Presence, decidimos no preocuparnos por estas cosas. Nuestro inglés no es perfecto y nuestros estudios bíblicos no siempre son los mejores. Pero, lo importante es hacer que los estudiantes internacionales se sientan amados y bienvenidos.

GBU Italia

Hemos empezado a celebrar eventos evangelísticos mensuales, normalmente con fiestas temáticas, como los años 50, Pizza, Noche de Cine, el Sur de Italia… Estamos aprendiendo que debemos tener alguien que nos traduzca todo al inglés, estamos pensando cómo podemos organizar cosas como la gestión de comidas, juegos, música y la presentación del Evangelio de la forma más eficaz. ¡A veces hemos tenido hasta 60 estudiantes! También hemos salido a encontrarnos con los estudiantes en el campus. Ahora estamos esforzándonos por crear una pequeña guía sobre cómo sobrevivir a la universidad aquí, incluyendo algo de información sobre GBU.

Una aventura que merece la pena

Para los grupos de IFES que no han empezado a involucrarse con los estudiantes internacionales, os diría que os arriesgaseis porque realmente merece la pena. Es una gran oportunidad para descubrir otras culturas y poner a prueba tu fe. ¡Ora por tus universidades y prepárate para sorprenderte!

GBU Italia

Y a los estudiantes de IFES en Europa que están considerando ir a la próxima Conferencia Europea de Evangelización Estudiantil de IFES, Revive, te diría ¡VE! Cuando volví a casa me di cuenta de cómo Presence nos había unido como grupo. Nos hizo un gran equipo con un fin compartido y una misma visión, y el mismo amor por los estudiantes. Presence fue una aventura y nos dio historias que seguimos contando hoy en día.”

Presentando: Revive

Sentimos el impacto de Presence en toda la región. Los estudiantes se enamoraron más de Jesús y se contagiaron de la visión de compartir a Jesús en el campus. Muchas semanas de misiones tuvieron lugar en nuevas ciudades a resultas de Presence. Pero IFES Europa sigue deseando más. Desean ver el avivamiento. En sus estudiantes cristianos. En sus universidades. En cada una de sus naciones. Revive, la nueva Conferencia Europea de Evangelización Estudiantil de IFES, tendrá lugar en Alemania del 27 de diciembre de 2019 hasta el 1 de enero de 2020.

De Myanmar a Nebraska

Alee conoció a Sha K’ Paw por primera vez el día 20 de junio, el día Mundial del Refugiado. Era uno de los voluntarios que ayudaban en medio de un caos de buenas intenciones que incluía pintacaras, un torneo de fútbol y un desfile de moda. El evento anual de Omaha (EE. UU.) siempre ha atraído grandes multitudes, y ese año no fue ninguna excepción. Alee, una obrera de InterVarsity, tenía la responsabilidad de coordinar el equipo de voluntarios.

En el pasado, no habían tenido muchos estudiantes de secundaria que se prestaran como voluntarios, por lo que estos jóvenes le sorprendieron. Empezó a hablar con dos de ellos — Sha y su amigo, Sunkist — ambos eran refugiados Karen procedentes de Myanmar. Resultó que planeaban ir a la Universidad de Nebraska Omaha (UNO) ese otoño. ¡Alee estaba muy interesada! Había conocido a niños Karen antes, pero nunca había conocido a estudiantes Karen que fueran a la universidad. Estuvieron charlando un rato. Y luego se aventuró a preguntar: “¿Sois seguidores de Jesús?”

Sha K’ Paw

Sha K’ Paw nació en Myanmar, un país de Asia del Sur marcado por una guerra civil larga y devastadora. Cuando tenía siete años, se mudó a un campo de refugiados en Tailandia, donde permaneció durante seis años, sin sus padres. Era una vida sencilla: todos los días Sha iba a la escuela, jugaba con sus amigos y comía arroz con legumbres. Su residencia estaba gestionada por unos cristianos que les enseñaron a leer la Biblia y orar todas las mañanas y todas las noches.

by Dinis Bazgutdinov on Unsplash

A los 12 años, Sha y su tía se trasladaron a Estados Unidos en busca de una vida mejor. De repente, se encontró inmerso en un mundo completamente distinto: la cultura, el idioma, la gente… Todo era diferente. Nos escribe:

“Había escuchado historias de gente que hablaba sobre los ‘terceros países’ (los países donde se asientan los refugiados). Había escuchado que tenían mucha comida, una gran educación, muchas libertades y oportunidades. Cuando llegué a Estados Unidos, descubrí que las historias eran ciertas: el país estaba repleto de cosas buenas. Pero también había luchas. Ya no me tenía que preocupar por tener el estómago vacío, pero me debía preocupar por no comer en exceso. Ya no tenia que preocuparme por la guerra, pero no podía hablar inglés y me costaba la escuela, además no lograba comprender la cultura. Aunque ya no vivía con miedo, seguía preocupado por mi futuro.

Como adolescente, miraba hacia atrás y veía cómo Dios me había guiado con seguridad durante toda mi vida. Hubo momentos de mi vida en los que me sentí solo o abandonado, pero Dios había estado ahí conmigo. Hubo momentos en los que quise tirar la toalla, pero Dios me había fortalecido. Al darme cuenta, en lo más profundo, cómo había sido mi Padre y Salvador todo el tiempo, le acepté como mi Señor y Salvador, sin dudas ni reservas. Me bauticé el 5 de marzo de 2011, a los 15 años.”

Una respuesta a la oración

Como todos los obreros saben, conocer estudiantes de la escuela secundaria cristianos que están a punto de ir a la universidad constituye una oportunidad de oro. Solo necesitas conseguir su número de teléfono y puedes involucrarlos directamente en la comunidad antes de pisar siquiera un campus.

Pero Alee conoció a Sha en un momento en el que su equipo de InterVarsity había estado orando para alcanzar a todos los rincones del campus. Habían estado reflexionando acerca de la forma en la que cada persona a la que alcanzan está conectada a una red o a un grupo de personas. Con esas oraciones en la mente, Alee se dio cuenta de la oportunidad que se le presentaba. Soltar, no reclutar. De eso se trataba precisamente el ministerio estudiantil de InterVarsity. Estos dos jóvenes cristianos podrían añadirse a un grupo existente y boyante de UNO. O podrían ser empoderados y formados para empezar el suyo propio, alcanzando a otros refugiados Karen. No cabía duda alguna.

Mookatah

Tras conocer a Alee en el Día Mundial del Refugiado, Sha y algunos de sus amigos conectaron con los obreros de UNO. Congeniaron ante un mookatah (una parrilla Thai) y empezaron a estudiar la Biblia juntos después de integrarse en UNO como estudiantes de primer año. Sha y algunos más fueron discipulados, y no pasó mucho tiempo antes de que estuvieran dirigiendo sus propios estudios bíblicos y les hablaran a sus amigos acerca de Jesús: “Mis amigos necesitan saber que Jesús les quiere; alguien tiene que ayudarles para que lo sepan, y creo que ese alguien soy yo.”

Asian Christian Fellowship, UNO

El grupo creció cuando más estudiantes Karen escucharon hablar acerca de la comunidad y se unieron a ella. Sha reflexiona acerca de este tiempo de crecimiento:

“Seguí creciendo poco a poco, al mismo tiempo que aprendía y dirigía. Algunos de nosotros también orábamos por la misión de Dios en nuestro campus y vimos crecimiento a lo largo del año pasado. Fue la inversión de nuestros obreros en nosotros lo que nos ayudó a crecer, y el Espíritu Santo nos guió.”

La fidelidad de Dios para con los peregrinos

Casi todos los estudiantes Karen son los primeros de sus familias en estudiar en EE.UU. La mayoría, al igual que Sha, se criaron en campos de refugiados antes de mudarse a América. Llegaron con conocimientos escasos, o nulos, de inglés. Sus padres sabían menos aún. Depende de los niños que los padres se adapten a la nueva cultura, actuando como intérpretes, yendo al banco, leyendo el correo. La presión de estar desplazado le resulta muy familiar a estos jóvenes.

by Yoshua Giri on Unsplash

El grupo de unos 25–30 estudiantes refugiados de UNO han estado estudiando el libro de Éxodo, aprendiendo acerca de la historia del pueblo desplazado de Dios. Viendo la fidelidad de Dios en la Biblia y conociendo sus propias historias de sufrimiento, los estudiantes quieren conocerle a Él también. Algunos de ellos han empezado a alcanzar a otras comunidades de refugiados de su entorno. Un estudiante, Manger, dijo:

“Mi propia experiencia, como antiguo refugiado y estudiante universitario de primera generación, me sirve de ánimo. He experimentado el amor de Dios a lo largo de mi vida, y quiero compartirlo con otros. Quiero ver un avivamiento en mi comunidad: en la iglesia, en mi hogar, y en la escuela.”

Fue increíble ver cómo una conversación distendida en un evento comunitario hace unos pocos años se ha convertido en un ministerio estudiantil que no para de crecer. Pero esta historia es alentadora a la par que retadora. ¿Estamos orando como Alee para alcanzar a nuevas áreas de nuestro campus? ¿Cuántas redes sin alcanzar podrían ser impactadas este año si más personas adoptasen la mentalidad de soltar, no reclutar? ¿Estamos buscando compartir la fidelidad de Dios con las personas que nos rodean?

Sé un estudiante internacional para Jesús

El número de estudiantes internacionales está creciendo a pasos agigantados. Hoy en día, más de cinco millones de estudiantes están estudiando fuera de su país de origen. Los números no son lo único impresionante, sino que también lo es la variedad de países de donde proceden estos estudiantes, pues incluyen muchos países cerrados en el Medio Oriente y en Asia Central, donde hay muy pocos cristianos. Si estos estudiantes llegasen a conocer a Jesús, el impacto consiguiente en todo el mundo sería tremendo.

El día que llegué a Tokio, me sentí como un pececillo al que habían abandonado en el océano. Había oído que era un lugar grande, pero superó todas mis expectativas. Allí donde mirase había gente, coches y rascacielos, a una escala que jamás habría imaginado. Este sería mi hogar en los próximos tres años … No sabía si reír o llorar.*

Fuera de nuestro alcance

El número de estudiantes internacionales ha crecido tan vertiginosamente que, prácticamente en cada caso, la iglesia local no ha sido capaz de seguir el ritmo. Los recursos del Ministerio de Estudiantes Internacionales (MEI) en todo el mundo son muy limitados, por lo que la mayoría de estudiantes internacionales siguen sin ser alcanzados. Los pocos obreros del MEI que están sirviendo en la actualidad son, por lo general, superados enormemente en número. En China, por ejemplo, se calcula que por cada obrero del MEI hay 25000 estudiantes internacionales.

A muchas iglesias les gustaría participar en el MEI, pero simplemente no tienen los recursos suficientes como para invertir en el desarrollo de este creciente campo de misión. Las barreras lingüísticas y culturales hacen que a los estudiantes internacionales, a menudo, les cueste involucrarse en el ministerio habitual de las iglesias. Además, en algunos países, acoger a extranjeros atrae una atención no deseada del gobierno, lo que puede poner a la iglesia en peligro.

Es posible que los estudiantes internacionales estén a un paso, pero es posible que sigan estando fuera de nuestro alcance.

by Liam Burnett-Blue on Unsplash

La solución obvia

Cuando llegué a Kazajstán, a penas podía hablar ninguna de las lenguas locales. Solo podía decir “Hola”, “¿Cómo estás” y “No entiendo”. Durante los primeros meses, usé la última frase muchas veces. Me inscribí en un curso intensivo de un año para aprender el idioma: iba a clase por la mañana y estudiaba por la tarde. En clase, los alumnos empezamos a conocernos bastante bien. Éramos 12 y no había dos estudiantes que vinieran del mismo país: Laos, Eritrea, Alemania, Indonesia, Filipinas, Vietnam, Rusia, Kirguistán, Ghana, Ruanda y Nueva Zelanda. Un día, teníamos que hacer una presentación en clase sobre un festival que celebrábamos y el chico de Ghana habló sobre la Semana Santa. Hasta entonces, no conocía las creencias de los cristianos. Me dio que pensar. Más adelante, este estudiante se convirtió en un buen amigo.*

En términos culturales y lingüísticos, es posible que un ghanés y un kazajo tengan poco en común, pero cuando están en un país que no es el suyo, ambos están en el mismo barco. Es posible que el estudiante de Ghana no se sienta llamado a las misiones en ese país a largo término, o que los idiomas no se le den especialmente bien. Sin embargo, es posible que sea el único cristiano que aquel estudiante kazajo conoce. Este estudiante tiene una oportunidad increíble para tocar las vidas de sus compañeros de clase y en su residencia simplemente viviendo y estudiando totalmente para Jesús.

by Tiago Rosado on Unsplash

¿Por qué no yo?

Un estudiante cristiano de los Estados Unidos llamado Sam** decidió estudiar su programa de máster de dos años en Asia del Este. Esta fue su experiencia:

“La forma en que he desarrollado amistades auténticas y sinceras con compañeros de clase o de residencia ha sido realmente orgánica. Cualquiera podría hacerlo. Existen oportunidades excelentes para aprender, así como para conocer a personas de todo el mundo. Mis compañeros de clase vienen de 20 países diferentes y en mi residencia hay estudiantes que vienen de lugares donde no se conoce el evangelio. Además, en esta ciudad hay muchas cosas interesantes y emocionantes que hacer”.

by Ben Blennerhassett on Unsplash

Necesitamos más estudiantes en todo el mundo que quieran pasar un año o dos alcanzando a unos pocos en este campo tan grande. Podría decirse que la mejor persona para alcanzar a un estudiante internacional es otro estudiante internacional. Tanto si es para aprender el idioma durante un año, participar en un programa de intercambio durante un semestre o, incluso, estudiar un curso de posgrado, existen muchas opciones disponibles en diferentes ciudades de todo el mundo. Además, muchas ofrecen becas completas. Los estudiantes internacionales necesitan amigos, especialmente amigos que les hablen de Jesús.

Demasiados estudiantes se preguntan “¿por qué yo?” en vez de preguntarse “¿por qué no yo?”.

Ponte en contacto con tu movimiento nacional si estás interesado en conocer más sobre este ministerio.

* basado en una historia real

** No es su nombre real.

Explorando el evangelio de Marcos en tres idiomas

Para muchos estudiantes internacionales en Eurasia, los martes por la noche son lo más destacado de la semana. Entre 15 y 20 estudiantes se reúnen para comer juntos y estudiar la vida de Jesús según el evangelio de Marcos. En la sala, hay estudiantes de todo el mundo. Hay una mezcla de ateos, musulmanes y cristianos y muchos proceden de países no alcanzados. Se oye un murmullo por toda la sala mientras los estudiantes hablan sobre la Biblia en inglés, japonés y ruso. Debido a que los estudiantes hablan idiomas diferentes, primero escenifican el pasaje y después pasan a comentarlo en grupos pequeños.

Los líderes no siguen ningún manual, sino que van probando diferentes cosas, cometen errores y aprenden de ellos. A veces, es un poco caótico, pero ¡Dios los sigue trayendo de vuelta! Están ansiosos por aprender. Después de leer el evangelio de Marcos, un estudiante de China dijo: «¿Pero cómo empezó todo? ¿Qué pasó antes de Jesús? ¡Quiero aprender lo que pasó en el principio!»

  • Da gracias a Dios por la forma en que ha abierto oportunidades para que estudiantes de países no alcanzados conozcan a cristianos durante su tiempo como estudiantes internacionales.
  • Ora para que estos estudiantes lleguen a conocer a Jesús por sí mismos a medida que continúan estudiando el evangelio de Marcos este año.
  • Ora para que los líderes sepan cómo comunicar eficazmente el evangelio con estos estudiantes internacionales, a pesar de las barreras lingüísticas y culturales.

¡Gracias por orar con nosotros!

¿Debo volver a casa?

Es maravilloso que los estudiantes internacionales abracen la fe en Cristo. Pero eso es tan solo el principio. Muchos se enfrentan a desafíos enormes cuando terminan los estudios, especialmente quienes abrazan la fe desde un contexto musulmán. Se trata de una decisión angustiosa: quedarse en un país extranjero y vivir lejos de tus seres queridos o regresar y afrontar una vida de aislamiento, rechazo y persecución intensa (o incluso la muerte). La decisión no es sencilla.

Rahab Chandler, obrera con estudiantes internacionales en el Reino Unido, comparte dos historias de creyentes de contexto musulmán que abrazaron la fe durante sus estudios de doctorado.

El camino de Hadija

Conocí a Hadija* por un amigo en común. Venía de un país de Oriente Medio y estaba cursando un doctorado. La invité a casa, a uno de nuestros cafés internacionales, y le presente a algunos amigos cristianos. Durante los años siguientes, empezamos a vernos asiduamente. Era musulmana a nivel cultural, pero nunca se había comprometido con la fe en el islam. Pasábamos ratos hablando sobre sus estudios y yo le compartía lo que dice la Biblia sobre ciertos aspectos. Su interés iba creciendo, pero no mostraba el deseo de convertirse al cristianismo.

by Natalie Grainger on Unsplash

Con el tiempo, empezó a ir a una iglesia donde oyó una buena enseñanza y se empezó a interesar por la comunidad cristiana. Todo comenzó a cambiar. Nuestras charlas semanales eran más profundas. Podía ver cuán cerca estaba. Un domingo, tras escuchar una predicación sobre la segunda venida de Cristo, no pudo resistirse más. Profesó fe en el evangelio y expresó su desesperación por hacer las paces con Dios. Se bautizó unos meses más tardes y contó su testimonio para implorar a los demás que depositaran su fe en Cristo como había hecho ella.

¿Cuál es mi lugar?

Hadija ha crecido muchísimo. Pero aún no le ha contado nada a su familia. Se preocupa más por ellos que por sí misma. Sabe que si su extensa familia descubre que ahora es cristiana, los pondría a todos en peligro. Afirma estar dispuesta morir por Cristo, pero lo que no soporta es pensar que su familia sufriría por algo que no pueden comprender. Más allá del peligro físico, existe otro problema: si regresa, la obligarán a casarse con un musulmán. Incluso si le perdonaran la vida, le resultaría muy difícil avanzar sin ninguna comunidad cristiana a su alrededor.

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Para Hadija, lo más sabio es no volver por ahora. Gracias a Dios, a sus padres les parece bien que permanezca en el Reino Unido, ya que creen que aquí tiene más libertad, y no la presionan para que vuelva. Tal vez se imaginan que se ha convertido, ya que saben que sus amigos son cristianos. Hadija necesita encontrar un trabajo para poder quedarse en el Reino Unido unos años más y solicitar la residencia indefinida. Dios ha proveído hasta ahora y confiamos en que lo seguirá haciendo.

Pero es muy complicado. Ama a su familia y los echa de menos. La realidad de la separación a largo plazo no desaparece. Ha pasado por depresión. Hadija tiene miedo de que otras personas de su país se enteren sobre su fe, así que ha limitado su esfera de amistades a un grupo reducido. La mayoría son de mayor edad. No siente que este sea su lugar, ni siquiera con los que tenemos cercanía con ella.

Para Hadija, no hay respuestas rápidas ni soluciones exprés.

Omari y Sariya

Para algunos, volver a casa es posible y la mejor opción.

Omari*, estudiante de doctorado, y su mujer Sariya* vinieron al Reino Unido desde un país del Medio Oriente. Omari ya había pasado del islam al ateísmo, desilusionado con su educación musulmana. Es un hombre con confianza y no le costó llevarse bien con sus compañeros de trabajo. También comenzó a asistir con asiduidad a uno de los cafés internacionales para entablar amistades. Convencido como estaba sobre su ateísmo, no le entusiasmaba escuchar sobre la fe cristiana, pero siempre estaba abierto a debate.

by Victoriano Izquierdo on Unsplash

Sariya era musulmana practicante, pero no mucho. La conocimos cuando asistió a una actividad para mujeres casadas del grupo de estudiantes. A través de ese grupo, Sariya se hizo amiga de otras chicas cristianas. Tras varios meses sin mostrar ningún interés espiritual, mencionó que a su marido le apetecía estudiar la Biblia con cristianos. Comenzaron a quedar con una pareja de la ciudad para hacer los estudios bíblicos resumidos del curso Al Massira, que son específicos para buscadores de contexto musulmán.

Con el tiempo, ambos se convirtieron y se bautizaron en una ceremonia íntima. Una pareja cristiana de la ciudad los discipuló, y comenzaron a prepararse para volver a casa. Sus amigos los ayudaron a pensar en maneras de compartir su nueva fe con sabiduría y qué debían hacer para ser una familia caracterizada por el amor y la fidelidad. También hablaron sobre sufrir por la fe.

No hay vuelta atrás

Omari y Sariya han regresado a Oriente Medio. Por ahora, les va bien. Durante el primer año se mostraron cautelosos con su familia, pero se comportaron con sabiduría. Sin mostrarlo explícitamente, se veía claramente que su fe había cambiado. Al principio, temían reunirse con los creyentes locales y solo asistían a una iglesia internacional dirigida por expatriados. Dios les proveyó de una pareja local de expatriados que se acercó a ellos, y empezaron a quedar para estudiar la Biblia con regularidad. Un par de años después, se involucraron en una pequeña comunidad de creyentes locales y buscadores. Actualmente siguen activos en ella y Omari predica a menudo.

by rawpixel on Unsplash

La pareja que los discipuló en el Reino Unido sigue apoyándolos, igual que algunas otras personas. Algunos de sus familiares conocen toda la historia e incluso han mostrado interés. Otros desconocen, por seguridad, el cambio de fe de Sariya y Omari. Volver a casa no fue fácil, pero de momento parece que les va bien. Siguen firmes y creciendo en fe y servicio.

Familia de acogida

Estas historias son una fuente de inspiración. ¡Alegrémonos por los estudiantes internacionales de contexto musulmán que abrazan la fe! Agradezcamos a Dios que hayan considerado que vale la pena abandonarlo todo por Jesús.

A la vez, son historias aleccionadoras. Hadija, Omari y Sariya no cuentan con el apoyo de sus familias. De algún modo, todos están aislados. Se enfrentan a desafíos enormes en el día a día y necesitan mucha sabiduría para ser testigos valientes y cautelosos a la vez. Para ellos, el apoyo de la familia eclesial es imprescindible. ¿Hay creyentes que provengan de contexto musulmán en tu iglesia o grupo estudiantil? ¿Cuál es su historia? ¿Cómo podrías ayudarlos y ser su familia de acogida? Necesitan urgentemente tu amistad, amor y oraciones.

*No es su nombre real.

Para leer más sobre los desafíos a los que se enfrentan los creyentes que provienen de contexto musulmán, lee el artículo de Rahab Chandler To return or not to return home (regresar o no regresar) aquí.

Aferrándose a la Palabra de Dios

En algunos países, es ilegal que los estudiantes locales participen en actividades cristianas, por lo que el movimiento está formado exclusivamente por estudiantes internacionales. Yacoub es un obrero en uno de estos países de África francófona. Le ha alentado ver cómo los estudiantes han crecido en su fe aquí para después volver a sus países de origen (a menudo lugares sensibles) y compartir las buenas nuevas:

La misión de GBU empieza con los estudiantes internacionales, quienes la terminarán en otro lugar. Durante el tiempo que están aquí, los estudiantes descubren el amor de nuestro Señor y se aferran a Su Palabra.

Haady* es uno de estos estudiantes y amigo de Yacoub. Él llegó a conocer a Cristo de una forma más profunda mientras estudiaba en el extranjero. Recientemente, ha regresado a su país de origen y se ha involucrado en el grupo local de GBU. Vivir y testificar para Cristo en un ambiente tan hostil será realmente difícil.

Yacoub nos pidió que orásemos por el ministerio estudiantil en su país:

  • Ora para que el Señor levante más obreros fieles para su campo.
  • Ora para que el Señor nos dé estrategias eficaces para conocer a los estudiantes internacionales y crear nuevas células, con el fin de que su obra siga avanzando.
  • Ora por aquellos que, como Haady, vuelven a países sensibles. Ora para que encuentren una comunidad y apoyo en sus países de origen y para que se mantengan firmes frente al sufrimiento y la persecución, aferrándose a la Palabra de Dios.

*No es su nombre real.

¡Gracias por orar con nosotros!

De Angola a China

Frederico hacía lo que podía, pero se encontraba a más de 10 000 km de los estudiantes angoleños en China. Frederico siempre se había centrado en las universidades de su propio país. Sin embargo, se dio cuenta de que había un número muy elevado de angoleños estudiando en China, y quería hacer algo para apoyarles. Animarles por medio de las redes sociales era mejor que nada. Pero ¡anhelaba conocerles en persona!

Así, con el apoyo del proyecto de IFES Abriendo nuevos caminos, Frederico y Mariano, otro obrero de GBECA, empezaron a organizar un viaje para visitar a un pequeño grupo de estudiantes angoleños en China.

Sin embargo, este no sería un viaje fácil.

by Sergey Pesterev on Unsplash

Barreras inesperadas

Frederico y Mariano perdieron su primer vuelo debido a que sus visas no llegaron a tiempo. Cuando lo intentaron por segunda vez, primero tuvieron que ir en coche desde Angola a Windhoek, en Namibia, para tomar el vuelo. Sin embargo, el coche se averió a mitad de camino y tuvieron que ser remolcados casi todo el viaje (unos 600 km) a lo largo de la noche. Volvieron a perder el vuelo,

por lo que regresaron a Angola, decididos a intentarlo por tercera vez. Habría sido tentador renunciar a su sueño, pero Frederico pensó:

“En el pasado, muchos misioneros dieron su vida para que nosotros fuéramos salvos en Cristo. Incluso si Dios nos usa para salvar a un solo estudiante, merece la pena pasar por todo esto”.

Su tercer intento fue un éxito y, al cabo de poco, se encontraron cara a cara con los estudiantes y les explicaron la historia de su accidentado viaje para poder estar allí. Los estudiantes se sintieron conmovidos por el gran esfuerzo que les había supuesto viajar hasta allí, y por el amor de Dios hacia ellos. El grupo, de unos 30 estudiantes, pasó cinco días con Frederico y Mariano leyendo la Biblia, orando y disfrutando de la comunidad durante las comidas. Algunos profesaron su fe por primera vez y, para otros, fue un tiempo importante de discipulado y crecimiento. Frederico y Mariano también les hablaron de la Comunidad IFES en todo el mundo para que supieran que forman parte de algo mucho mayor.

by Nicole Honeywill on Unsplash

Invirtiendo en el futuro

Desde aquel viaje, los estudiantes angoleños han continuado reuniéndose y el grupo ha ido creciendo a medida que ha ido atrayendo a otros miembros de la comunidad estudiantil angoleña de su campus, formada por unos 100 estudiantes. Los estudiantes están ansiosos por tener una buena enseñanza bíblica y saber cómo hablar de Jesús a sus amigos. Frederico sigue discipulando al grupo en la distancia y espera volver a verlos pronto.

Dos de los líderes estudiantiles reflexionaron sobre el impacto de la visita:

“Nos fortaleció a todos. Experimentamos muchas transformaciones maravillosas en nuestro andar con Dios, especialmente en cómo vemos la vida aquí, nuestro propósito y nuestras relaciones. Algunos, incluso, han visto cómo Dios ha transformado y restaurado a familiares en Angola mediante nuestros testimonios.

Estamos invirtiendo en un grupo estudiantil bastante estratégico, pues varios de ellos volverán para tomar posiciones clave en el liderazgo de la iglesia, en la educación y en la sociedad angoleña. No solo eso, ya que, en la actualidad, hay más de 500 000 chinos viviendo y trabajando en Angola. Si Dios quiere, estos estudiantes internacionales regresarán capacitados y con la visión de alcanzar a esta comunidad.

by Rohan Reddy on Unsplash

Responda

¿Hay estudiantes de tu movimiento nacional que estén estudiando en el extranjero? ¿Están creciendo en su vida espiritual o están, simplemente, sobreviviendo? ¿Cómo podrías apoyarlos este año?

El viaje para visitar a estos estudiantes angoleños en China fue financiado por el proyecto de IFES Abriendo nuevos caminos. Esta fue una de las 67 becas que se concedieron en 2018 para apoyar la obra pionera en universidades, ciudades y países sin alcanzar de todo el mundo. Lee más historias de Abriendo nuevos caminos aquí.

Dona hoy para ayudarnos a financiar más proyectos como este y alcanzar a más estudiantes con el evangelio.

En estos momentos, IFES está aceptando solicitudes para la Ronda número 5 de subvenciones. Dicha ronda se cerrará el jueves 28 de febrero. Envía un correo electrónico a bng@ifesworld.org para enviar tu solicitud o visita nuestra página web para descubrir más.

Aumentan las oportunidades para llegar a las personas menos alcanzadas por el Evangelio

Uno de los mayores retos de la educación universitaria durante los últimos veinte años ha sido el aumento sin precedentes de estudiantes que deciden estudiar en el extranjero. De 2 millones en el año 2000 a 5 millones en 2018, este crecimiento ha sido monumental, y parece que seguirá en el futuro. Este crecimiento ha creado oportunidades para que los estudiantes de algunos de los países menos alcanzados del mundo escuchen el Evangelio.

Puertas Abiertas registra la persecución que sufren los cristianos en su Lista de Observación Mundial. Los diez países donde hay más persecución han enviado a 220.647 estudiantes a completar sus estudios en el extranjero en 2016, según las estadísticas publicadas por la UNESCO. 2.317 de Corea del Norte. 24.008 de Yemen. 28.515 de Afganistán. 30.591 de Iraq. Y miles más proceden de otros países sin alcanzar.

Nadim* es tan solo un ejemplo. Originario de Oriente Medio, llegó a la fe el año pasado mediante el ministerio de estudiantes internacionales en Eurasia.

Me sentí increíblemente liberado al saber que he sido perdonado y que estoy seguro. Jamás me había sentido así, comparte con nosotros.

Por la gracia de Dios, estudiantes como Nadim tienen una pequeña ventana de oportunidad para conocer cristianos y escuchar las buenas nuevas de Jesús mientras estudian en el extranjero. Ora con nosotros para que no se pierdan estas oportunidades, sino que miles de estudiantes internacionales lleguen a la fe este año.

  • Ora por Nadim y otros estudiantes internacionales cristianos, para que se mantengan firmes en su fe y tengan oportunidades de compartir el Evangelio con sus familias y amigos en casa.

  • Ora para que los movimientos nacionales se involucren en el ministerio de estudiantes internacionales. Ora con ellos para que su trabajo sea fructífero. Ora para que sepan cómo alcanzar a los estudiantes de distintos culturas, idiomas y religiones.

  • Ora para que más de 220.647 estudiantes internacionales procedentes de los países más peligrosos para los cristianos conozcan a Jesús y se vuelvan a Él durante el tiempo que pasan fuera de su hogar.

Durante el mes de febrero, Prayerline se centrará en el ministerio de estudiantes internacionales en una variedad de contextos. Puedes leer más historias en el blog de IFES y ver las estadísticas en Instagram.

estadísticas de iie.org y UNESCO

*No es su nombre real.

¡Gracias por orar con nosotros!

Descubre cómo Dios está usando a un pequeño grupo estudiantil para alcanzar a otros estudiantes

El país europeo de Luxemburgo aún no ha experimentado un avivamiento en la universidad. Solo seis estudiantes cristianos se reúnen con regularidad en todo el país para estudiar la Biblia. La mayoría de sus amigos no muestran ningún interés por hablar de Jesús. Sin embargo, este lugar pionero tan difícil, ha tenido algunas fuentes de ánimo en este último año:

  • Recientemente, Luca* invitó a su amigo musulmán Jamal* a ir con él a un estudio bíblico. A Jamal le gustó tanto que, más adelante, invitó a dos de sus amigos a ir con él.
  • Acaba de iniciarse un grupo de estudio bíblico francófono. Cuatro estudiantes han empezado a asistir a este grupo para mejorar su francés, hacer preguntas sobre la fe cristiana y descubrir más sobre la persona de Jesús.
  • José* es un estudiante internacional procedente de México. Empezó el año como un ateo indiferente pero, recientemente, ha demostrado cierto interés. Hace algunas semanas, se reunió con un obrero cristiano y le hizo preguntas hasta altas horas de la noche.
  • Lara*, una estudiante, estaba sentada en el comedor con sus amigos, escuchando los problemas que compartía uno de ellos. Al final de la conversación, tuvo la valentía de preguntar si podía orar por él.

Alabemos a Dios por estos tres ejemplos de cómo Dios está obrando y unámonos en oración por estos estudiantes ahora que empieza un nuevo año:

  • Ora para que el movimiento (FCSA Luxemburgo) pueda registrarse oficialmente en la universidad. Volverán a solicitarlo en febrero, pues su primera solicitud fue rechazada.
  • Ora para que, en este trimestre, nuevos estudiantes se unan al grupo, pues la mayoría de los estudiantes actuales acabarán sus estudios dentro de unos meses.
  • Ora por José, Jamal y los demás estudiantes no creyentes, para que sigan haciendo preguntas y asistiendo a los estudios bíblicos; ora para que lleguen a conocer a Jesús este año.

*No es su nombre real.

¡Gracias por orar con nosotros!

Estudiantes internacionales en Japón que comparten el evangelio

Solemos escuchar historias sobre el ministerio para estudiantes internacionales. Pero normalmente no escuchamos historias sobre el ministerio llevado a cabo por estudiantes internacionales.

Es comprensible, porque no es fácil ser un estudiante internacional. Las cosas del día a día de un estudiante (montarse en el autobús, comprar la comida, ir a la biblioteca…) pueden convertirse en algo solitario, desconcertante y abrumador. La mayoría de nosotros en esta situación nos concentraríamos simplemente en sobrevivir y no en la evangelización. Además, no hablaríamos bien el idioma ni entenderíamos la cultura. Compartir el evangelio con la gente local parece algo imposible, porque eres simplemente un forastero. No estás preparado. ¿Verdad?

Vamos a conocer a Kristine. Kristine tiene 25 años y creció en la pequeña isla de Guam, en el Pacífico Sur. Es una estudiante internacional en Tokio, cursando un Máster en literatura. Y ama a Jesús.

Gaikokujin

El primer semestre fue el peor. La vida pacífica en la isla que había dejado atrás parecía estar muy lejos de esta enorme urbe que nunca duerme, con 38 millones de habitantes. Pero Kristine se sentía sola. Sus amigos de intercambio solo estaban allí un tiempo y les gustaba salir y emborracharse. Kristine no sabía que había un grupo cristiano en su campus. Quería conocer a gente local pero le costaba pasar de ser simplemente una “conocida” a una amiga de verdad. La llamaban gaikokujin, que significa “extranjera”. Le recordaban cada día su identidad como extranjera. Se dio cuenta de que la gente nunca la consideraría como una más, por muy bien que hablara el japonés.

“¿Por qué estoy aquí, Señor?” se preguntaba.

Kristine pronto descubrió que su condición de “forastera” no era necesariamente una desventaja. Al contrario, Dios estaba utilizando esta situación para abrir puertas a las que los “nacionales” no podían acceder.

La madre de la familia con la que se quedaba Kristine enseñaba inglés a las personas del barrio. Estaba planeando una clase especial para Navidad e invitó a Kristine a asistir como invitada nativa de habla inglesa. Permitió a Kristine contar la historia del nacimiento de Jesús durante la clase y repartir cómics de Navidad a los niños. Estos escucharon atentamente.

Otro día Kristine conoció a una señora mayor en el autobús y esta se interesó mucho por la extranjera. Empezaron a hablar y se intercambiaron los números de teléfono. Dos años más tarde siguen quedando cada dos meses más o menos. Kristine habla abiertamente de su fe cristiana y le pregunta a la mujer mayor cómo puede orar por ella.

En la cultura japonesa es muy difícil compartir el evangelio, porque la mayoría de las personas no quieren escucharlo. Especialmente si lo está compartiendo otra persona japonesa. No encaja con lo que se espera de un japonés. Pero estas expectativas y limitaciones sociales no existen de la misma forma para los extranjeros. Cuando eres forastero puedes ir un poco más lejos. A veces la gente está más dispuesta a escuchar el evangelio cuando lo comparte alguien de fuera de su contexto. Y los forasteros como Kristine tienen el atractivo añadido de que hablan bien inglés. En lugar de ser un obstáculo para la evangelización, la barrera lingüística puede ser una herramienta útil que crea oportunidades para conocer a gente, entablar amistades y hacer vida juntos.

Invertir en el campus

Después de estar allí un tiempo, Kristine descubrió el grupo de KGK Japón. Un grupo de estudiantes decidió reunirse todas las mañanas antes de clase para pasar un tiempo estudiando la Biblia y orando. Dos estudiantes asistían regularmente y se hicieron buenas amigas de Kristine. Cada mañana compartían cómo Dios había contestado a las oraciones del día anterior. A una de ellas le gustaban tanto estos encuentros que empezó a hacer devocionales con su familia. Una vez a la semana les preparaba el desayuno a sus padres y se sentaba con ellos a estudiar la Biblia. La otra estudiante se acababa de convertir y era la única cristiana de su familia. Estos devocionales matutinos eran un tiempo de crecimiento espiritual emocionante para ella. Decidió bautizarse y ha empezado a orar por su familia, para que conozcan a Cristo.

La mentalidad de “una oveja”

Esta forma de evangelizar, pasando tiempo con las personas, requiere tiempo, compromiso y esfuerzo. Pero esta es la clase de inversión que Japón necesita ahora mismo. Un 99,4% de personas en Japón no siguen a Cristo. Esto no va a cambiar con una misión que suelta el evangelio y luego sale corriendo. La gente necesita ver cómo se vive la vida con Jesús de forma auténtica, día tras día, año tras año. Kristine sabe que quizás nunca llegue a ver grandes números de personas japonesas creyendo en Jesús, pero está dispuesta a seguir trabajando durante el tiempo que Dios quiera que esté allí. Habla de tener una mentalidad de “una oveja”: la disposición de darlo todo por una sola persona, compartir con paciencia y vivir según el evangelio, y orar por el milagro de la salvación.

Para Kristine este país extranjero se ha convertido en su hogar. ¡Incluso animó a la selección japonesa en el Mundial de fútbol! Aunque es difícil cuando siempre te ven como extranjera, reconoce que esta condición le da una oportunidad única para hablar del evangelio con la gente. A medida que invierte en amistades y ora por Japón, su amor por las personas ha ido creciendo.

Yasu, un obrero de KGK, anhela ver más estudiantes internacionales con corazón de siervo en Japón.

“Creo que los estudiantes internacionales tienen el potencial de influir en la iglesia japonesa y en el ministerio en el campus de forma positiva. Traen una pasión, energía y perspectivas renovadas. Estas serán las claves para que avance el evangelio en Japón”.

Los estudiantes internacionales pueden parecer los menos indicados para compartir el evangelio, a causa del idioma y la barrera cultural Pero la historia de Kristine nos recuerda que Dios puede utilizarnos en nuestra debilidad para que el evangelio sea proclamado a las naciones.