El Ministerio Estudiantil en los Últimos Tiempos 

10 Principios del Libro de los Hechos

Estamos en los últimos tiempos. No necesitas buscar señales para demostrarlo, tampoco necesitas que te lo diga un podcast escatológico. 

Según el apóstol Pedro (y el profeta Joel), estamos en los últimos tiempos. Y llevamos aquí un tiempo, desde que Dios derramó el Espíritu Santo después de que Jesús resucitara de entre los muertos y ascendiera al cielo (Hechos 2:17). 

Estos son los últimos tiempos: cuando «toda carne» tendrá la oportunidad de que «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo» (Hechos 2:21), el Señor que es Jesucristo (Hechos 2:22-36), el Salvador del que damos testimonio hasta que vuelva (Hechos 1:11).  

Entonces, si el libro de los Hechos describe el ministerio de la Iglesia en aquellos últimos tiempos, ¿qué podemos aprender de ese libro ahora? 

Aquí siguen 10 observaciones que sirven como principios para el ministerio estudiantil en «los últimos tiempos», en la era del derramamiento del Espíritu, en el tiempo entre Pentecostés y el retorno de Cristo. 

1. Dar testimonio de Jesús.

En las palabras de despedida de Jesús a los apóstoles, les dice «serán mis testigos» (1:8). Un testigo ha visto suceder algo por lo que puede declarar que es cierto en base a su experiencia.  

Los apóstoles vieron a Jesús vivir (2:22), morir (2:23) y resucitar (2:32). Antes de ascender al cielo, se aseguró de que los discípulos estuvieran convencidos de que estaba vivo (1:3). Eran testigos. Incluso el apóstol Pablo, que no llegó a conocer a Jesús en su cuerpo terrenal, tuvo un encuentro personal con Cristo resucitado (9:1-9). 

Tú tampoco habrás visto a Jesús en carne y hueso, y puede que no hayas tenido una «conversión en el camino a Damasco» como la de Pablo. Pero si te has vuelto a Dios en Jesús, entonces tendrás una historia que contar: la de cómo encontraste su perdón, su misericordia y su amor. 

Creemos que la vida abundante se encuentra conociendo personalmente a Jesús como Salvador y Señor.  

Las experiencias de estudiantes como Sophia y Shiuli lo atestiguan. No todos los que seguimos a Jesús llegamos a ser evangelistas talentosos, pero todos tenemos una historia personal que contar.   

¿Cuál es su historia? Sé testigo: busca hoy una oportunidad para compartirlo con alguien.  

2. Ministrando en el poder del Espíritu.

Antes de que los discípulos fueran enviados como testigos, tenían que recibir el poder del Espíritu Santo (1:4-5, 8). Cuando se derrama el Espíritu, podemos ver por qué:   

En su testimonio, los discípulos pueden ahora atravesar las barreras lingüísticas (2:5-13), hablar con audacia (2:14; 4:13, 31), afrontar la persecución y la muerte con gracia (7:54-60) y curar el cuerpo (3:1-10) y el espíritu (5:16). No se trata de una experiencia puntual, sino que fueron llenos de continuo (2:4; 4:8, 31; 13:9), que empodera para dar testimonio. 

Como comunidad de movimientos interconfesionales, el trasfondo de nuestras iglesias hace que podamos tener ideas y experiencias bastante diferentes sobre cómo nos capacita hoy el Espíritu Santo. Pero esas diferencias no deberían impedirnos buscar este empoderamiento.

¡Quienes estaban más cerca de Jesús necesitaban ser fortalecidos y equipados en su testimonio! Todos lo necesitamos y estamos unidos en nuestra afirmación de «la morada y la obra del Espíritu Santo en el creyente«. 

Mantén un debate con tu grupo pequeño: ¿Qué experiencia de empoderamiento y capacitación por parte de Dios has experimentado? ¿En qué área sientes esa necesidad? Orad juntos para que el Espíritu os equipe. 

3. Proclamar un mensaje evangélico claro.

En los Hechos llegamos a «escuchar» acerca de las Buenas Nuevas de Jesús predicada en diversos lugares a todo tipo de personas. Para adaptarse a la situación o a un público determinado, el contenido se modifica, pero el mensaje evangélico permanece siempre claro:  

Oímos a los apóstoles adaptar sus palabras a judíos (2:14-36), no judíos temerosos de Dios (10:34-43) y paganos (14:8-18), a un furioso consejo religioso (4:5-12), a escépticos filósofos griegos (17:22-34) y hasta a un rey engreído (25:23-26:32). Sin embargo, desde el comienzo de Pedro en el capítulo 2 hasta el final de Pablo en el 26, el mensaje no ha cambiado: Jesús -el Cristo (el Rey Salvador designado por Dios)- sufrió, murió y resucitó para que todos los que se arrepientan puedan encontrar el perdón de sus pecados. 

En nuestra labor de evangelización, podemos correr el riesgo de caer en dos extremos: una repetición formulista de las Buenas Nuevas que no tenga en cuenta la situación o el público; o un mensaje tan preocupado por la situación o el público que las Buenas Nuevas no se presenten con claridad. 

¿Qué nuevas formas podéis utilizar tú o tu grupo universitario para proclamar de forma relevante las Buenas Nuevas? Inspírate en los movimientos que están charlando alrededor de una infusión, organizando una escape room, usando mangay dibujando en la arena  

4. Conectando con la cultura

Una de las maneras en que los apóstoles dieron forma a su manera de contar las Buenas Nuevas fue mediante un compromiso meditado con la cultura circundante. Pudieron encontrar puntos en común, establecer conexiones y señalar a Cristo. 

En un contexto judío, eso significaba comprometerse con las Escrituras hebreas (Pedro en 2:25-35) y con la historia de Israel (Esteban en 7:1-53). Y era habitual que Pablo razonara a partir de las Escrituras en las sinagogas (17:2-3).  

Entre los gentiles, vemos a Pablo comprometiéndose con otras cosmovisiones: apelando a la multitud de Listra para que considere su buena experiencia de un Dios Creador (14:15-17) o ayudando a los atenienses a ver que sus altares y poetas apuntan a un Dios desconocido que, de hecho, es conocible (17:22-31). 

¿En qué medida comprendes la cultura y la visión del mundo que prevalecen en tu contexto? ¿Has considerado qué recursos de la iniciativa Conectar con la Universidad de IFES podrían ayudarte a crecer en la interconexión entre la Palabra y tu Mundo?  

5. Aportando impacto evangélico

Los testigos de Cristo llenos del Espíritu, que proclamaban el Evangelio de forma clara y atractiva, también mostraban las Buenas Nuevas con sus acciones. El progreso del Evangelio tiene un impacto social.

La primera comunidad de cristianos formó una «sociedad» equitativa al apoyarse generosamente unos a otros (2:45-46; 4:33-35). Las barreras sociales se derrumbaron cuando Pedro entró en casa de un gentil (10:1-11:18). El oscuro y opresivo clima espiritual de Éfeso se disipó cuando los afligidos fueron liberados (19:11-20). Un barco lleno de prisioneros y tripulantes en peligro de muerte se mantuvo a salvo (27:13-44). 

En IFES, nos comprometemos a que el Evangelio tenga un impacto para toda la vida y en el aquí y el ahora. Los estudiantes pueden ser catalizadores del cambio: contra la discriminación, cuidando de la creación y mejorando la salud mental. La Iniciativa Logos y Cosmos consiste en fomentar proyectos impulsados por la fe que aborden retos en contextos locales y nacionales. 

¿Qué impacto están teniendo las Buenas Nuevas en tu grupo o movimiento en el campus o en la sociedad? ¿Qué retos prácticos puedes afrontar con la fe, la esperanza y el amor que brotan del Evangelio?

6. Orando sin cesar

Hechos está, como era de esperar, lleno de hechos: conversiones, curaciones, fugas de cárceles, debates y viajes misioneros. ¿Hubo tiempo o necesidad de orar? ¡Desde luego! 

Antes de la poderosa predicación del día de Pentecostés, estaban «todos juntos en un mismo lugar» (2:1), donde estaban «en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración» (1:14). Después de que Pedro y Juan predicaran valientemente al Sanedrín (4:1-22), volvieron con los creyentes y oraron (4:23-31). Fue durante la oración personal cuando Pedro recibió una visión que cambió su ministerio (10:9) y durante la oración colectiva Barnabás y Pablo fueron llamados a otra misión (12:25-13:3). Incluso en la curación final del libro se destaca la oración (28:8).  

Esta imagen de la oración nos recuerda que nunca debemos estar tan ocupados sirviendo a Cristo con la fuerza del Espíritu que nos olvidemos de hablarlo todo con el Padre. La oración debería ser una prioridad natural, pero a menudo se la deja de lado. Quizá por eso muchas de las cartas del Nuevo Testamento nos instan específicamente a orar (por ejemplo, Filipenses 4:6-7; 1 Tesalonicenses 5:17). 

Haz una auditoría de oración: considera cómo estás orando por el ministerio estudiantil, personalmente, en tu grupo pequeño, en tu movimiento nacional y en tu región de IFES. ¿Necesitas movilizar más la oración?  

Ora regularmente por tus hermanas y hermanos comprometidos en el ministerio estudiantil en todo el mundo con nuestro Prayerline o la Guía de oración diaria, ¡y no te querrás perder el Día Mundial del Estudiante de IFES! 

7. Discernir la guía de Dios

Un aspecto vital de la oración y del ministerio es escuchar a Dios, estar atento a la guía del Espíritu Santo. ¡El progreso del Evangelio tiene un Director Celestial! 

Felipe fue empujado a acercarse al carro del etíope para compartir las Buenas Nuevas (8:29). Pedro, discerniendo que Dios le hablaba en sus oraciones a la hora de comer, estaba dispuesto a saltarse las normas y entrar en casa de un gentil para compartir el Evangelio (10:27-29).  

Durante la adoración y el ayuno, la iglesia de Antioquía recibió la guía del Espíritu para la misión (13:2), al igual que Pablo a través de un sueño (16:9-10) y de otras formas (16:6-7, ¿quizás simplemente las circunstancias?).  

Mientras los apóstoles consideran cómo debe ser la inclusión de los gentiles, mediante el debate y la reflexión sobre las Escrituras (15:1-21), reconocieron la guía del Espíritu Santo (15:28). 

¿Te sorprende que no se nos dijera que los apóstoles buscaban activamente la dirección de Dios en la siguiente acción? Por ejemplo, en Hechos 16, Pablo no se queda en una región hasta que Dios le dice dónde debe ir después; va dónde puede mientras se mantiene abierto a la dirección del Espíritu. 

La historia de IFES a lo largo de los últimos 75 años está marcada por esa atención pragmática a la guía de Dios. 

Reflexiona en oración sobre cómo te ha guiado Dios. Da gracias y pide un discernimiento creciente, ya sea a través de las Escrituras, los sueños, las circunstancias o las conversaciones. 

8. Llegar a nuevos lugares

Todo el impulso del ministerio en Hechos consiste en que el Evangelio llegue «hasta los confines de la tierra» (1:8). La invitación de salvación de los «últimos tiempos» era para todos (2:17-21), por lo que todos necesitaban oírla. 

Así, vemos cumplirse el mandato de Jesús (1:8) cuando sus testigos llevan las buenas nuevas desde Jerusalén (capítulos 1-7) a Judea y Samaria (capítulos 8-12), hasta los confines de la tierra (capítulos 13-28). Ya sea debido a la dispersión de la persecución (8:1-3), al planteamiento estratégico de las misiones (13:2-3) o al aprovechamiento fortuito de una oportunidad (25:10-12), el Espíritu Santo nos dirige a movernos hacia fuera. 

Por el camino, las vidas son tocadas y cambiadas. Simón, el hechicero samaritano, encuentra la fuente del verdadero poder (8:9-25). Cornelio, el cesáreo temeroso de Dios, llega a conocer al Dios que temía (10:44-48). Lidia, la mujer de negocios de Tiatira, experimenta nuevas riquezas en Cristo (16:15). Dámaris, la filósofa ateniense, descubre que Jesús es el sentido de la vida (17:34).  

¿Compartes la ambición piadosa de Pablo por llevar las Buenas Nuevas a lugares aún no alcanzados (Romanos 15:20)? Lee algunos ejemplos de cómo está pasando eso mismo en el ministerio estudiantil. Descubre más acerca del proyecto Abriendo nuevos caminos. ¡A veces el «nuevo lugar» está justo en tu campus¡! 

¿Cómo participarás en el movimiento hacia el exterior del Espíritu?  

9. Desarrollando un ministerio sostenible

Aunque el movimiento hacia fuera del Evangelio era la preocupación central, eso no significaba que los apóstoles se despreocuparan de las estructuras y prácticas que sustentarían el ministerio. Estar en los últimos tiempos no era excusa para una administración chapucera o una atención pastoral descuidada.  

Cuando el rápido crecimiento de la Iglesia provocó problemas logísticos, los doce apóstoles delegaron responsabilidades para garantizar un trato justo a todos (6:1-7). Cuando la confusión y los malentendidos sobre los gentiles en la Iglesia amenazaron con hacer descarrilar el avance del Evangelio, los apóstoles y los ancianos enviaron una carta para aclarar la situación (15:22-31). 

Los apóstoles volvieron a visitar las iglesias que habían plantado y nombraron líderes (14:21-23; 18:23). En lugares como Corinto y Éfeso, Pablo permaneció un tiempo considerable (18:18; 19:10) y partió habiéndoles dado instrucciones claras a los ancianos (20:13-28). 

La preocupación por las estructuras y prácticas que facilitan un ministerio sostenible nunca debe considerarse «poco espiritual»; la administración puede estar tan llena del Espíritu como la oración y la predicación (6:3-4). 

¿Existen áreas prácticas o pastorales en tu grupo o movimiento estudiantil que se beneficiarían de unas estructuras más sanas o de «mejores prácticas»? ¿Cómo estás empoderando a los nuevos líderes? ¿Conoces el apoyo a la gobernanza que tenemos a disposición de los movimientos IFES? 

10. Perseverar a pesar de la persecución y los reveses

En los puntos anteriores podemos ver lo apasionante que fue el ministerio de los apóstoles en los últimos tiempos. Pero fue difícil.  

Desde el primer día, los apóstoles se enfrentaron al ridículo (2:13). Y a la oposición a su mensaje (4:18) pronto siguió la persecución, que incluyó el encarcelamiento (5:18; 8:3), el castigo físico (5:40) y hasta la muerte (7:57-58). Sin embargo, Dios da fuerzas para perseverar (por ejemplo, 7:55).  

Hoy, en muchas partes del mundo, los seguidores de Cristo se enfrentan a las mismas amenazas y abusos. Demos gracias por el testimonio de los estudiantes en estos contextos y ora por los estudiantes y los obreros en esos lugares y por quienes se oponen a ellos. 

Los apóstoles también se enfrentaron a otros contratiempos. Pablo tuvo un fuerte desacuerdo con su compañero de misión acerca de un «empleado» (15:36-41), experimentó una tormenta y un naufragio (27:13-44), y solo «algunos» respondieron a su atractiva charla en Atenas (17:34). Sin duda, tales acontecimientos podrían haber sido desalentadores. La persecución descarada por causa del Evangelio era comprensible y soportable (5:41), pero las penurias relacionadas con las relaciones, el clima y el impacto del ministerio eran más difíciles de explicar. No obstante, Pablo perseveró, considerando sus dificultades como una oportunidad para que brillara la gracia de Dios (2 Corintios 4). 

Da gracias porque, a pesar la oscuridad de la guerra, la perturbación de una pandemia y la conmoción del incendio de un local Dios ha permitido a los estudiantes y movimientos de IFES perseverar en el ministerio. Pídele que te dé la gracia que necesitas para afrontar las dificultades de tu contexto. 


Estos 10 principios de los Hechos presentan una rica imagen del ministerio fiel y fructífero en los primeros años de los últimos tiempos. Vemos que las personas y las sociedades cambiaron cuando los testigos de Jesús, llenos del Espíritu, orando y perseverando llevaron su buenas nuevas a todo el mundo, comprometiéndose con la cultura al tiempo que plantaban y alimentaban nuevos grupos de creyentes, hasta Su regreso. 

¿Qué ha puesto Dios hoy en tu corazón? ¿Cuál de los 10 principios te gustaría desarrollar en tu grupo o movimiento? ¿Cómo lo vas a hacer?  

Mientras vivimos y ministramos en la era entre el derramamiento del Espíritu y el retorno de Cristo, sigamos el ejemplo de la Iglesia primitiva para que también nosotros seamos fieles y fructíferos en nuestros años de los últimos tiempos. 

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