Los estudiantes internacionales comparten a Jesús mediante un relato virtual

Ling, una estudiante internacional cristiana de Asia, aprendió el valor de los relatos en su comunidad estudiantil internacional de InterVarsity/USA.

Leyó que Dios mandó a los israelitas a que recordasen y que compartieran su testimonio de cómo Dios les había liberado constantemente. Por lo que Ling decidió que cada semana compartiría con su madre las historias de cómo Dios estaba trabajando en su vida por medio de videollamadas.

Al poco tiempo, el hermano de Ling quiso aprender más acerca de Jesús. Se reunieron de forma virtual cada viernes y Ling compartió historias de los milagros y las enseñanzas de Jesús. ¡Entonces su hermana se unió a los debates bíblicos! En cuestión de tres meses, la madre, el hermano y la hermana de Ling empezaron a seguir a Jesús. Ling ha seguido discipulándoles mediante videollamadas.

Estos días son especialmente retadores para los estudiantes internacionales que están lejos de sus familias y no pueden regresar a sus casa. Pero, gracias a la tecnología, pueden permanecer en contacto con su hogar y hasta llevar a los miembros de su familia a conocer a Jesús. Oremos por ellos esta semana.

  • Agradece a Dios por el compromiso de Ling para compartir historias de Jesús mediante videollamadas y alaba a Dios por su obra salvadora en sus vidas.
  • Ora por los estudiantes internacionales en Estados Unidos de América que están sufriendo ansiedad y soledad, para que encuentren paz y consuelo en Cristo. Ora para que se sientan debidamente apoyados en estos momentos.
  • Con tanto tiempo que están pasando conectando con sus hogares, ora para que los estudiantes internacionales tengan valor para compartir historias de Jesús con sus familiares y amigos.

Acompañando a los estudiantes con depresión

Yo no me apunté para esto, pensó Kelley. Con 24 años y tras dos años sirviendo a los estudiantes de InterVarsity/USA, Kelley se sentía decepcionada, desalentada y desilusionada.

Estar implicada en el movimiento como una líder estudiantil le había resultado bastante directo. Conocía bien la rutina: reuniones de evangelización, reuniones semanales, campamentos de invierno y misiones en verano. Y a repetir lo mismo el año siguiente. Pero, desde que se unió al grupo de obreros se tornó distinto. Engorroso. Desalentador. Pesado. Perdió la cuenta del número de estudiantes a los que conocía que estaban luchando con su salud mental. Algunos se encontraban apesadumbrados bajo una espesa oscuridad. Algunos tenían desórdenes alimenticios. Algunos se auto-lesionaban. Algunos tenían tendencias suicidas. ¿Qué está pasando aquí, Señor?

Obreros y no médicos

Kelley no era ninguna experta en salud mental. Pero los estudiantes a los que amaba estaban pasándolo mal, por lo que decidió adentrarse en este campo. Su investigación, los libros y los cursos le ayudaron, pero tampoco convirtieron a Kelley en una consultora o psiquiatra capacitada. Muchos de estos estudiantes necesitaban ayuda profesional y ella lo sabía. Aún así, Kelley se seguía encontrando con estudiantes que luchaban en esa compleja área gris: quizá se encontraban al principio de sus problemas de salud mental, pero no estaban seguros si necesitaban o querían ayuda; o quizá estaban en el tiempo de espera de 6 meses para lograr ver a los consejeros de la universidad. Cada situación era única y requerían que Kelley orase, discerniese y observase, especialmente en las primeras fases de sus interacciones:

¿Tiene problemas este estudiante a causa de sus circunstancias? ¿Hay algún asunto que no esté viendo y deba ser tratado? ¿Existen también elementos clínicos? ¿Es grave? ¿Acaso están teniendo un mal día? ¿Sería recomendable buscar ayuda profesional?

Aunque Kelley sabía que la responsabilidad de realizar un diagnóstico recaía sobre un médico, el ayudar a los estudiantes a comprenderse a sí mismos podría capacitarlos para buscar antes la ayuda que necesitaban.

La profundidad de la pena

Mes tras mes, Kelley se encontraba con más y más estudiantes que estaban pasándolo mal. Un día, la comunidad amaneció con la terrible noticia de que un estudiante se había suicidado. Estaban destrozados. ¿Por qué, Dios? Pero Dios estaba obrando incluso en la profundidad de su pena. Los estudiantes se abrieron más y compartieron más: Me he sentido así también. Yo estoy igual. Creo que necesito ayuda.

Generación Z

Los número tan altos de problemas de salud mental que se estaba encontrando en el campus hicieron que Kelley se plantease si somos más conscientes de la salud mental hoy en día o si los casos están aumentando. De ser lo último, ¿por qué? ¿Qué le pasa a esta generación, a la que se refieren con frecuencia como ‘generación Z’, para que sean mas propensos a sufrir este tipo de problemas? Reflexionó:

“La conexión humana es muy escasa. Creo que las redes sociales tienen mucho que ver con ello, porque promueven una sensación de falsa identidad que lleva a tener sentimientos de separación y aislamiento.

Hoy en día también ocurre, al menos en muchos países occidentales, que todo se adapta a tus necesidades. Ahora puedes tener tu propia plataforma audiovisual, tu propia lista de reproducción en Spotify, tu propia bebida personalizada en Starbucks. Esto crea una burbuja que te coloca en el centro de todo, crea una vida que gira en torno de tus necesidades. ¡Y, por supuesto, esto es deprimente! No es real y no llena. La gente intenta neutralizar esto haciendo más en las redes sociales, viendo más Netflix, o haciendo lo que necesiten para adormecer esa sensación de estar solo y aislado.

También están los problemas de identidad. Nadie se está preguntando quién es Dios. Todo el mundo se está preguntando ‘¿quién soy yo?’ Los libros de auto-ayuda te dicen que no te preocupes, sé tú mismo. Pero, ¿cómo puedes ser tú mismo si no sabes quién eres? ¿Cómo puedes saber quién eres si no conoces a Cristo?

Robin Worrall – Unsplash

Orando por los 44

Concienciar a los estudiantes y conseguir que hablasen fue un buen comienzo. Pero Kelley quería ver avances. Escribió los nombres de todas las personas que tenían depresión y a las que conocía personalmente. Eran 44. ¡Cuarenta y cuatro! Impresionada y apenada, Kelley colocó todos los nombres en su pared creando la forma de una cruz.

Jesús, estoy poniendo a estas personas en Tu cruz. Por Tu sangre, oro por su sanidad y rescate. Por favor, restáuralos a un sitio de esperanza.

Al poco tiempo, Kelley comenzó a recibir llamadas telefónicas. Las personas por las que estaba orando le llamaban y le relataban cómo Dios estaba obrando en sus vidas. Estaba en mi coche y, repentinamente, sentí una ligereza, una esperanza, le contaban, sin saber siquiera que ella había estado orando. Para otros, en cambio, la sanidad vino al buscar la ayuda profesional que necesitaban. Algunos mejoraron por la medicación, otros fueron a terapia y consiguieron adquirir herramientas para gestionar su salud mental. No siempre era un apaño rápido, pero muchos de ellos experimentaron mejoras y sanidad en el transcurso de un año y medio.

Hoy en día, tan solo quedan nueve nombres en la pared de Kelley.

Una aproximación holística

Con frecuencia, la recuperación de un estudiante con problemas de salud mental requiere algo más que oración. Pero nunca menos. La historia de Kelley muestra cómo Dios usó la ayuda profesional médica, junto al ministerio proactivo y la oración persistente de los obreros para sanar a muchos estudiantes. Según los movimientos de IFES afrontan la realidad de ministrar a una generación muy afectada por problemas de salud mental, debemos tomar una aproximación holística para acompañar a estos estudiantes por esta oscuridad.

Cómo obtener ayuda

Si eres un estudiante que está luchando con problemas de salud mental, te animamos a buscar atención médica a través de tu universidad o de tu médico, o que empieces a hablar con tu movimiento nacional o con un amigo de confianza.

Cómo Daniel está empoderando a estudiantes como Adam para plantar nuevos grupos

Adam era un estudiante reservado de primer año cuando lo conoció Daniel, obrero de IFES. Adam estudiaba en otra facultad, en la que no había ningún ministerio estudiantil, así que iba a los eventos de IVCF Canadá en la Universidad de Ottawa. Al cabo de un año, Daniel tuvo una idea. Le preguntó a Adam si consideraría empezar un grupo nuevo en su facultad.

Al principio, el grupo era muy pequeño, pero gradualmente fue creciendo ¡hasta que tuvo que dividirse en dos grupos! Adam tuvo que liderar en solitario el primer grupo y los estudios bíblicos semanales , mientras que Daniel ayudaba a otro estudiante a liderar el segundo grupo. Adam comparte sus reflexiones:

“Tuve que crecer bastante como líder. Soy bastante reservado e introvertido por naturaleza, pero he tenido que dejar mi zona de confort e interactuar con los que vienen al grupo”.

El papel del obrero Daniel de empoderar a estudiantes como Adam para que se conviertan en líderes es crucial en esta obra pionera. Recientemente, Daniel asistió a la reunión Abriendo nuevos caminos de IFES para pioneros jóvenes. Tanto él como otros obreros de IFES de todo el mundo necesitan tus oraciones para que tengan la sabiduría y la visión de levantar líderes estudiantiles en 2020.

  • Ora para que los dos grupos nuevos en la facultad de Adam crezcan en número y madurez en este nuevo año. Ora para que surjan nuevos líderes.
  • Al ser un país tan grande, los obreros de IVCF Canadá no pueden estar presentes en cada universidad. Deben levantar estudiantes para que empiecen y lideren grupos. Ora para que sean buenos formadores y facilitadores.

¡Gracias por orar con nosotros!

Escuchar, aprender y servir en Hawái

La semana que viene, los estudiantes de Hawái pasarán parte de sus vacaciones de primavera sumergidos hasta las rodillas en el rico suelo de los humedales de cultivos de taro. Como parte de su retiro anual, los estudiantes pasarán un día ayudando en los campos del precioso valle de Waipio Servir a la comunidad local hawaiana y cuidar de la tierra son dos valores especialmente importantes para el ministerio de InterVarsity/USA con nativos.

Además de estudiar la Biblia y escuchar la Palabra de Dios, el grupo invertirá tiempo en ayudar a los ancianos de las comunidades hawaianas de Hilo, escucharlos y aprender sobre su pasado. Aprender sobre la historia del archipiélago ayudará a los estudiantes a abrazar su identidad como hawaianos y crecer en su fe como cristianos. La historia está marcada por mucho dolor, pero, en Cristo, también por la esperanza de restauración y sanidad.

Los estudiantes quieren ayudar a sus amigos a comprender que no existe conflicto alguno entre ser cristiano y ser hawaiano. Quieren mostrarles que a Dios le preocupa su cultura, comunidades y tierra.

Únete a nosotros y oremos por ellos esta semana:

  • Ora para que los estudiantes sean de bendición al ayudar en los campos y pasar tiempo con la comunidad local.
  • Ora para que los estudiantes sepan cómo vivir su identidad como cristianos hawaianos.
  • Ora para que el ministerio crezca este año a medida que los estudiantes experimentan el amor de Cristo.

¡Gracias por orar con nosotros!

De Myanmar a Nebraska

Alee conoció a Sha K’ Paw por primera vez el día 20 de junio, el día Mundial del Refugiado. Era uno de los voluntarios que ayudaban en medio de un caos de buenas intenciones que incluía pintacaras, un torneo de fútbol y un desfile de moda. El evento anual de Omaha (EE. UU.) siempre ha atraído grandes multitudes, y ese año no fue ninguna excepción. Alee, una obrera de InterVarsity, tenía la responsabilidad de coordinar el equipo de voluntarios.

En el pasado, no habían tenido muchos estudiantes de secundaria que se prestaran como voluntarios, por lo que estos jóvenes le sorprendieron. Empezó a hablar con dos de ellos — Sha y su amigo, Sunkist — ambos eran refugiados Karen procedentes de Myanmar. Resultó que planeaban ir a la Universidad de Nebraska Omaha (UNO) ese otoño. ¡Alee estaba muy interesada! Había conocido a niños Karen antes, pero nunca había conocido a estudiantes Karen que fueran a la universidad. Estuvieron charlando un rato. Y luego se aventuró a preguntar: “¿Sois seguidores de Jesús?”

Sha K’ Paw

Sha K’ Paw nació en Myanmar, un país de Asia del Sur marcado por una guerra civil larga y devastadora. Cuando tenía siete años, se mudó a un campo de refugiados en Tailandia, donde permaneció durante seis años, sin sus padres. Era una vida sencilla: todos los días Sha iba a la escuela, jugaba con sus amigos y comía arroz con legumbres. Su residencia estaba gestionada por unos cristianos que les enseñaron a leer la Biblia y orar todas las mañanas y todas las noches.

by Dinis Bazgutdinov on Unsplash

A los 12 años, Sha y su tía se trasladaron a Estados Unidos en busca de una vida mejor. De repente, se encontró inmerso en un mundo completamente distinto: la cultura, el idioma, la gente… Todo era diferente. Nos escribe:

“Había escuchado historias de gente que hablaba sobre los ‘terceros países’ (los países donde se asientan los refugiados). Había escuchado que tenían mucha comida, una gran educación, muchas libertades y oportunidades. Cuando llegué a Estados Unidos, descubrí que las historias eran ciertas: el país estaba repleto de cosas buenas. Pero también había luchas. Ya no me tenía que preocupar por tener el estómago vacío, pero me debía preocupar por no comer en exceso. Ya no tenia que preocuparme por la guerra, pero no podía hablar inglés y me costaba la escuela, además no lograba comprender la cultura. Aunque ya no vivía con miedo, seguía preocupado por mi futuro.

Como adolescente, miraba hacia atrás y veía cómo Dios me había guiado con seguridad durante toda mi vida. Hubo momentos de mi vida en los que me sentí solo o abandonado, pero Dios había estado ahí conmigo. Hubo momentos en los que quise tirar la toalla, pero Dios me había fortalecido. Al darme cuenta, en lo más profundo, cómo había sido mi Padre y Salvador todo el tiempo, le acepté como mi Señor y Salvador, sin dudas ni reservas. Me bauticé el 5 de marzo de 2011, a los 15 años.”

Una respuesta a la oración

Como todos los obreros saben, conocer estudiantes de la escuela secundaria cristianos que están a punto de ir a la universidad constituye una oportunidad de oro. Solo necesitas conseguir su número de teléfono y puedes involucrarlos directamente en la comunidad antes de pisar siquiera un campus.

Pero Alee conoció a Sha en un momento en el que su equipo de InterVarsity había estado orando para alcanzar a todos los rincones del campus. Habían estado reflexionando acerca de la forma en la que cada persona a la que alcanzan está conectada a una red o a un grupo de personas. Con esas oraciones en la mente, Alee se dio cuenta de la oportunidad que se le presentaba. Soltar, no reclutar. De eso se trataba precisamente el ministerio estudiantil de InterVarsity. Estos dos jóvenes cristianos podrían añadirse a un grupo existente y boyante de UNO. O podrían ser empoderados y formados para empezar el suyo propio, alcanzando a otros refugiados Karen. No cabía duda alguna.

Mookatah

Tras conocer a Alee en el Día Mundial del Refugiado, Sha y algunos de sus amigos conectaron con los obreros de UNO. Congeniaron ante un mookatah (una parrilla Thai) y empezaron a estudiar la Biblia juntos después de integrarse en UNO como estudiantes de primer año. Sha y algunos más fueron discipulados, y no pasó mucho tiempo antes de que estuvieran dirigiendo sus propios estudios bíblicos y les hablaran a sus amigos acerca de Jesús: “Mis amigos necesitan saber que Jesús les quiere; alguien tiene que ayudarles para que lo sepan, y creo que ese alguien soy yo.”

Asian Christian Fellowship, UNO

El grupo creció cuando más estudiantes Karen escucharon hablar acerca de la comunidad y se unieron a ella. Sha reflexiona acerca de este tiempo de crecimiento:

“Seguí creciendo poco a poco, al mismo tiempo que aprendía y dirigía. Algunos de nosotros también orábamos por la misión de Dios en nuestro campus y vimos crecimiento a lo largo del año pasado. Fue la inversión de nuestros obreros en nosotros lo que nos ayudó a crecer, y el Espíritu Santo nos guió.”

La fidelidad de Dios para con los peregrinos

Casi todos los estudiantes Karen son los primeros de sus familias en estudiar en EE.UU. La mayoría, al igual que Sha, se criaron en campos de refugiados antes de mudarse a América. Llegaron con conocimientos escasos, o nulos, de inglés. Sus padres sabían menos aún. Depende de los niños que los padres se adapten a la nueva cultura, actuando como intérpretes, yendo al banco, leyendo el correo. La presión de estar desplazado le resulta muy familiar a estos jóvenes.

by Yoshua Giri on Unsplash

El grupo de unos 25–30 estudiantes refugiados de UNO han estado estudiando el libro de Éxodo, aprendiendo acerca de la historia del pueblo desplazado de Dios. Viendo la fidelidad de Dios en la Biblia y conociendo sus propias historias de sufrimiento, los estudiantes quieren conocerle a Él también. Algunos de ellos han empezado a alcanzar a otras comunidades de refugiados de su entorno. Un estudiante, Manger, dijo:

“Mi propia experiencia, como antiguo refugiado y estudiante universitario de primera generación, me sirve de ánimo. He experimentado el amor de Dios a lo largo de mi vida, y quiero compartirlo con otros. Quiero ver un avivamiento en mi comunidad: en la iglesia, en mi hogar, y en la escuela.”

Fue increíble ver cómo una conversación distendida en un evento comunitario hace unos pocos años se ha convertido en un ministerio estudiantil que no para de crecer. Pero esta historia es alentadora a la par que retadora. ¿Estamos orando como Alee para alcanzar a nuevas áreas de nuestro campus? ¿Cuántas redes sin alcanzar podrían ser impactadas este año si más personas adoptasen la mentalidad de soltar, no reclutar? ¿Estamos buscando compartir la fidelidad de Dios con las personas que nos rodean?

Arrepintiéndonos juntos y respondiendo que sí al llamado de Jesús

Matthew tomó su bloque. Ante él, se iluminaba una enorme escultura que representaba a Babilonia. Pero no era la antigua, sino la actual. En la parte más alta de la escultura, había fotos de los lujos y comodidades de la vida moderna: riquezas, tecnología, moda, comida… Debajo de ellas, había imágenes que representan la realidad: la explotación y esclavitud de las muchas personas del mundo que pagan el precio de esos lujos.

Formaba parte de Urbana18, una conferencia misionera para estudiantes de EE. UU. y Canadá.

Para conectar con el mensaje de Apocalipsis, se invitó a 10 000 estudiantes a que se llevaran un bloque en representación de su complicidad con Babilonia y a que se comprometieran a tomar decisiones que respondieran que sí a Jesús. Cada uno de los bloques contenía el siguiente texto:

«Salid de ella, pueblo mío.» Apocalipsis 18:4

Esa fue una de las muchas maneras en que se retó a los estudiantes a responder al libro de Apocalipsis e involucrarse en la misión durante la semana. Matthew comentó lo siguiente:

«Ha sido muy alentador escuchar las historias de cómo Dios está llamando a las personas y cómo ellas responden y actúan según ese llamado. Me ha hecho reflexionar sobre cómo puedo hacer que mi fe pase de la aceptación al arrepentimiento y la acción».

Ora con nosotros por los estudiantes que regresan a sus universidades tras haber atendido a Urbana.

  • Ora para que sean valientes para tomar decisiones que respondan que sí a Jesús en sus campus.
  • Ora para que muchos respondan al llamado de la misión en sus universidades, lugares de trabajo y hasta los confines de la tierra.
  • La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rogad al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.

Más información sobre la conferencia misionera Urbana, incluidas la mayoría de las plenarias, en urbana.org.

¡Gracias por orar con nosotros!

Conoce a dos nuevos estudiantes comprometidos con ver el testimonio en sus campus

No sería de extrañar que Laura y Danae, estudiantes de la facultad de Nueva Caledonia, Canadá, se sintieran abrumadas. No disponen de ningún obrero y cuentan con muy pocos estudiantes cristianos. Con todo, están comprometidas por ver cómo se establece el testimonio cristiano en sus campus. Por eso este semestre, como líderes de un nuevo grupo de InterVarsity en Canadá, han estado organizando campañas evangelísticas con regularidad. Los estudiantes han resultado mostrarse más abiertos de lo que parecía:

«Hemos tenido el privilegio de conocer a un joven estudiante hindú de India. Ha comenzado a asistir a los estudios bíblicos. Un día, mientras leíamos un pasaje del Evangelio de Marcos, le pregunté por qué venía y qué es lo que esperaba encontrar en el grupo. Me contestó: «La verdad. Intento descubrir lo que es cierto y lo que no».


Su respuesta me animó mucho. Dios está poniendo insatisfacción en los corazones de los estudiantes de aquí y les está dando hambre por descubrir la verdad. Estamos muy agradecidas por ser parte de este precioso camino junto con nuestros compañeros de estudios».

Únete a nosotros esta semana y ora para que Dios trabaje en el campus:

  • Ora por Laura y Danae, para que sigan liderando el grupo estudiantil con valentía y fidelidad. Ora para que emerjan nuevos líderes que tomen el relevo cuando se gradúen el año que viene.
  • Oro por este estudiante indio y por otros buscadores, para que conozcan a Jesús como el camino, la verdad y la vida.
  • Impartirán un curso para buscadores el año entrante. Ora para que los estudiantes se interesen por asistir y que lleguen al arrepentimiento y la fe a través de ello.

¡Gracias por orar con nosotros!