Un mejor banquete para todos

Perspectivas sobre el ministerio estudiantil y las discapacidades

Temporadas de cambios 

Al mudarse de Massachusetts a Carolina del Norte, Kala cambió el aire frío y la nieve por los calurosos días de verano. Con todas las transiciones que se le acercaban, lo primero que hizo para encontrar cierto sentido de estabilidad fue unirse a un grupo cristiano. Consciente de que InterVarsity, el movimiento estudiantil de los EE. UU., tenía grupos cristianos para estudiantes de postgrado como el de Harvard, Kala buscó uno en la Universidad de Duke. Estuvo encantada con el descubrimiento de la Comunidad cristiana de graduados de Duke, que organizaba cenas y debates todos los viernes por la noche.  

El líder del ministerio, la Dra. Stephanie Holmer, así como el resto del equipo de liderazgo, la recibió con los brazos abiertos. Técnicamente, Kala todavía no era una estudiante de postgrado ni tampoco era la persona más sociable del grupo. Sin embargo, aportaba valor y perspectiva, incluso cuando simplemente se debatía sobre la diferencia entre los índices de humedad de Massachusetts y de Carolina del Norte.  

A más de 5000 millas de distancia, Grace cruzaba las fronteras estatales para matricularse a la Universidad de Abubakar Tafawa Balewa, en el norte de Nigeria, dejando así la húmeda región cristiana que había conocido toda su vida por una árida y predominantemente musulmana en otra parte del país. Grace llegó a su campus cargando sus apoyos para caminar y sus miedos. Sin embargo, estaba decidida a perseguir sus sueños. No sabía cómo iba a integrarse en aquella nueva sociedad. Se imaginaba a sus compañeros mirando fijamente a la chica apoyada en un bastón. De pequeña, Grace había sobrevivido a un ataque de polio y ahora solo podía andar con ayuda.  

“Cuando llegué a mi campus, me perdí y no encontraba a la persona que me tenía que ayudar con la inscripción”, nos cuenta Grace. “Me senté con mi padre e hice una pequeña oración. Casi de inmediato, un joven se nos acercó con una gran sonrisa y nos preguntó si podía ayudarnos. Se trataba de un líder estudiantil del ministerio en el campus de mi iglesia local y me presentó a las estudiantes de la comunidad que se alojaban en la residencia de mujeres. A medida que fue pasando el tiempo, la comunidad se convirtió en una familia para mí, lejos de mi hogar, y, para mi sorpresa, no fue difícil integrarme. Conseguí unirme al coro de la comunidad y, más tarde, me convertí en Coordinadora para el bienestar de las mujeres de la comunidad en el campus. El amor que recibí a mi llegada hizo posible que pudiera transmitirlo a otros”.  

Un mejor banquete  

En Lucas 14, unos fariseos importantes invitan a Jesús para que coma con ellos ese día, que es sábado, junto con un hombre enfermo. El hombre enfermo está allí porque los fariseos pretenden que Jesús caiga en una trampa e infrinja sus doctrinas. No hay una intención honesta para invitar a alguien diferente, por lo que, en realidad, el hombre enfermo de hidropesía no es ni bienvenido ni respetado. De nuevo en Carolina del Norte, Kala intentó unirse a un nuevo grupo cristiano. Sin embargo, más tarde descubrió que los demás la juzgaban y hablaban de ella a sus espaldas. Solamente dejaban que participase en el grupo para entretener a los que hablaban de su manera de expresarse y de su “incomodidad social”. Al cabo de un tiempo, a Kala le diagnosticaron un trastorno del espectro autista (TEA). 

El contraste entre las dos comunidades estudiantiles cristianas a las que se había unido no podía ser más marcado. Más tarde, cuando sus síntomas de TEA se convirtieron, de manera inesperada, en un reto, la Comunidad cristiana de graduados de Duke permaneció a su lado, mientras que el otro grupo se quedó mirando mientras ella caía y, finalmente, rompieron todo contacto con ella.  

Las experiencias de Grace y Kala con diferentes comunidades estudiantiles cristianas (tanto afiliadas a IFES como no) demuestran cuán importante es la manera en la que tratamos a aquellos que son diferentes a nosotros. En el banquete, Jesús no podría ser más claro con su anfitrión, que había invitado a alguien diferente con malas intenciones. “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos, a su vez, te inviten y así seas recompensado. Más bien, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. Entonces serás dichoso, pues aunque ellos no tienen con qué recompensarte, serás recompensado en la resurrección de los justos.” (Lucas 14:12-14). En vez de hacer vida social solo con los que pueden darte lo que quieres, Jesús propone una forma maravillosamente diferente. Acepta, honra, invita y recibe a las personas, no por lo que puedes obtener de ellas, sino porque son personas que merecen dignidad y tú tienes algo que compartir.  

Aceptando a todo el mundo: Las discapacidades e IFES 

Es importante que las comunidades cristianas traten a todas las personas con respeto y honor y hagan que las experiencias sean accesibles y atractivas para los que proceden de comunidades marginadas. Pensar de manera activa sobre cómo mejorar, de manera práctica, la accesibilidad es importante, pero también lo es la actitud con la que se recibe a los demás. ¿Tenemos una actitud de positivismo y hospitalidad hacia las personas nuevas que se cruzan en nuestro camino, a pesar de que esta inclusión pueda presentar nuevos retos a causa de una incapacidad? Si invitamos a todas las personas a que “prueben y vean que el Señor es bueno” (Salmos 34:8), y si realmente creemos que “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13), tenemos que demostrar estas afirmaciones con nuestro comportamiento. Es posible que tengamos que ajustar nuestra manera de hacer las cosas para que les quede totalmente claro a los estudiantes con discapacidad que Jesús también los recibe a ellos.  

Tanto si vivimos en un lugar árido o lluvioso, húmedo o nevado, todos tenemos la capacidad de construir un mejor banquete para los demás.  

Preguntas para reflexionar: 

  1. ¿Podría esforzarme más para asegurarme de que las personas con discapacidad de mi grupo estudiantil se sientan cómodas? 
  2. ¿Cómo puedo hacer que nuestro grupo estudiantil sea más accesible e inclusivo hacia los estudiantes con diferentes discapacidades físicas o del desarrollo? 
  3. ¿Cómo puedo aprender acerca de las perspectivas de las personas con discapacidad para estar más informado/a y ser más empático/a? 

Para descubrir más acerca de las misiones con personas con discapacidad, lee Disability and the Church (La discapacidad y la iglesia) escrito por Lamar Hardwick y publicado por InterVarsity Press. Para seguir el debate acerca de temas relacionados con la discapacidad, no dudes en ponerte en contacto con Grace en Facebook, Kala en Instagram o Kala en Facebook. Kala está trabajando en un proyecto con personas altamente autistas, así como con padres de personas autistas, iglesias, organizaciones y otras comunidades que quieren aprender a incluir sinceramente a las personas autistas en su banquete, empezando con los que pertenecen a la comunidad negra. Si te identificas como tal y estás interesado/a en formar parte de ello, puedes ponerte en contacto con Kala escribiéndole a readbykay@gmail.com

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