by Illia Cherednychenko on Unsplash

Cuando llaman a tu puerta una cabra, una estrella y los secuaces del diablo.

La historia de la Navidad en Ucrania.

¿Cómo reaccionarían si se encontraran un grupo de secuaces del diablo, una enorme estrella y una cabra en la puerta de su casa? ¿Se sorprenderían? ¿Tendrían miedo? ¿Se quedarían perplejos?

En Ucrania esto es normal durante las fiestas y les explicaré por qué.

Todos estamos acostumbrados a los teatros de Navidad trillados y triviales, pero estoy seguro de que no han visto nada como lo que se hace en Ucrania, con colores, voces hermosas, trajes y un simbolismo muy profundo tras cada acción. Lo que acabo de describir se llama “Vertep”. Es un pequeño teatro ambulante con actores aficionados que intentan bailar/cantar/representar el evangelio lo que mejor que puedan. Son normalmente miembros de una iglesia local.

Los elementos principales de cada teatro son:

  1. Una estrella de ocho puntas: simboliza el sol, Dios y la luz. Se dice que también representa la estrella que anunció la llegada de Jesús y que guió a los sabios de Oriente a Belén. Las ocho puntas simbolizan el reinado eterno del Mesías.
  2. Todos los actores, bailarines y cantores representan simbólicamente a los pastores y sabios que vinieron a ver al Rey.
  3. La cabra simboliza el bienestar: mientras más cabras tengas en tu manada, más rico eres. Al mismo tiempo este animal es una alegoría del diablo o un chivo expiatorio que se utiliza para los sacrificios.

El Vertep viaja de casa en casa y de apartamento en apartamento representando la historia del evangelio y proclamando el nacimiento del Rey. “¡El Cristo ha nacido!” declara el Vertep por medio de canciones, poemas y teatro. “¡Alabemos al Rey!”, responde el dueño del hogar.

Para nosotros los evangélicos, el Vertep es una invitación a entrar en el mundo simbólico del evangelio, un teatro que alimenta nuestra fe en un mundo que a menudo limita la verdad a proposiciones y credos. El Vertep nos llama a unirnos a los hombres sabios en su viaje al pesebre, que es donde empieza la verdadera fe.

“¡Venid, adoremos!”

Sergey Lebedev, obrero de CCX Ucrania en Kiev

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