Cómo hacerle preguntas a Dios
Lamentando la injusticia
Cuando el mal queda al descubierto y nuestro mundo se derrumba, parece que la injusticia termina con toda esperanza de orden. Como cristianos, encontrar la respuesta correcta puede suponer todo un reto. Para algunos, la ignorancia resulta más fácil que hacerle a Dios las preguntas difíciles. Para otros, el aparente silencio de Dios puede resultar frustrante. En artículos recientes de Conexion, exploramos las respuestas prácticas del ministerio para manejar las injusticias en todo el mundo. ¿Pero qué podemos decir acerca de nuestra respuesta emocional e intelectual? Hemos hablado con Vinoth Ramachandra, Secretario para el Diálogo y Compromiso Social de IFES, para aprender más sobre el tema del lamento.
Incluso antes de convertirse, Vinoth se sentía preocupado por las desigualdades y el sufrimiento del mundo. Leyó la Biblia en la universidad y tomó nota de las razones teológicos sólidas para expresar enfado y disconformidad con la injusticia. Se dio cuenta de que el Dios de la Biblia no solo llora con su pueblo, sino que además suele expresar enojo contra la explotación y la opresión.
Con todo, reparó en que muchas iglesias solo enfatizaban las partes de la Escritura que se referían a la bendición de Dios. Como resultado, los cristianos se avergonzaban demasiado para hacerle preguntas a Dios. En lugar de plantear sus preguntas, se las guardaban.
Vinoth cree que muchos cristianos evitan los temas complejos como el sufrimiento porque nadie los ha animado a practicar el lamento. Aconseja a los estudiantes que no huyan de sus preocupaciones, preguntas y enfado, sino que los lleven a Dios en humildad.
Después de años de su propio viaje por el lamento, Vinoth se inspiró para escribir Sarah’s Laughter (La risa de Sara). Su libro ofrece una exploración auténtica del sufrimiento desde una perspectiva bíblica y desafía a los cristianos a desarrollar una «fe que pregunta». Le pedimos a Vinoth que compartiera su sabiduría sobre el tema del lamento.
¿Qué es el lamento?
«El lamento es simplemente un discurso honesto y fiel en la conversación con Dios mientras viajamos con él a través de lugares oscuros y desolados. Más de un tercio de los Salmos, que era el libro de himnos del antiguo Israel y la iglesia primitiva, son salmos de lamento. Puesto que Dios ama la justicia, la injusticia flagrante preocupaba a Israel y la iglesia primitiva. Puesto que Dios habla y actúa, les desconcertaba su aparente silencio e indiferencia.
A diferencia de las quejas y refunfuños, el lamento permite que las personas expresen sus emociones directamente a Dios. A través del lamento, paradójicamente, nos aferramos a Dios con fe incluso cuando lo acusamos de ser injusto o indiferente. Cuando nos lamentamos a través de la adoración, no escapamos del mundo, sino que llevamos el dolor y la maldad del mundo a Dios en un lenguaje que combina angustia y esperanza».
¿Por qué tantas personas olvidan el lamento?
“La iglesia moderna, en contraste con la iglesia primitiva, se siente muy cómoda en el mundo. Finge que todo va bien. No anhela un orden mundial más justo. Muchos cristianos crecen con una perspectiva pequeña de Dios. Aunque cantan la gracia sobre de Dios, tienen miedo de hacer preguntas y expresar dudas sinceras. Piensan que Dios juzga todos sus pensamientos y palabras y los castigará por desviarse. Es decir, hay mucha superficialidad que se confunde con adoración en nuestras cómodas iglesias donde las personas mantienen su dolor personal reprimido y dan la espalda al sufrimiento de las sociedades en las que viven”.
¿Cómo pueden los estudiantes aprender a practicar el lamento?
“No es necesario que se les enseñe a incorporar el lamento en sus vidas. Simplemente necesitan que se les diga que sean honestos con Dios, consigo mismos y con los demás. Lo que sofoca su honestidad son los conceptos erróneos sobre lo que significa ser ‘espiritual'».
¿Qué le dirías a un estudiante que cuestiona el silencio de Dios frente a la injusticia y el sufrimiento?
“Como ya he dicho, el lamento es un medio para hablar con Dios incluso cuando tiemblan los cimientos bajo nuestros pies. Nos permite dirigirnos a Dios con un pie en dos mundos, tanto el mundo que pasa como el mundo nuevo que está naciendo.
Al recordar el Salmo 88, el más oscuro de todos los salmos de lamento, conectamos con el silencio de Dios y la oscuridad en la que muchos de nosotros vivimos, ya sea por depresión, demencia, violencia, enfermedad grave, divorcio, duelo, discapacidad, desempleo o lo que sea.
Incluso Jesús se lamentó. Pronunció el Salmo 22 mientras colgaba en la cruz. ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’.
La madurez cristiana consiste en vivir en la oscuridad con nuestras preguntas y practicar la fidelidad a Cristo incluso mientras lloramos, luchamos y anhelamos ese nuevo mundo».
Si quieres aprender más sobre el tema del lamento con Vinoth, consulta su serie de entrevistas y su libro Sarah’s Laughter. ¿Quieres ganar una copia gratuita de su libro? Obtén información sobre nuestro sorteo aquí.
¿Buscas más ejemplos bíblicos de lamento? Consulta estos.
Salmo 3 – Un ejemplo arquetípico de lamento que plantea preguntas seguidas de seguridad.
Salmo 89 – Un lamento comunitario que lucha con las promesas de Dios.
Salmo 73 – Un viaje de desilusión y restauración.
Jeremías 19-20 – Una narración del profeta que derrama sus problemas ante Dios cuando lo atacan por su ministerio.