Gran Bretaña: Cegado por la actividad constante

¿Qué ocurriría si parásemos y escuchásemos la voz de Dios? En Revive 2019, Sam, estudiante de UCCF, se dio cuenta de que la actividad constante en su vida lo podía estar cegando. A continuación, comparte lo que ocurrió cuando reconoció la acción de Dios en su rutina diaria. 

“En Revive, estudiamos Hechos 3, donde Pedro y Juan van a orar al templo y se encuentran con un mendigo lisiado. Mientras escuchaba, me di cuenta de que este era un viaje que Pedro y Juan hacían habitualmente. Aun así, ese día, el Espíritu Santo les instó a que se parasen. Gracias a que fueron obedientes, un hombre sanó y dos mil personas fueron salvadas. 

Empecé a pensar en lo que eso equivaldría en mis circunstancias. Cada día, sigo el mismo camino para llegar a mis clases. ¿Qué haría si un día el Espíritu Santo me invitara a involucrarme en su obra? ¿Lo escucharía?  

Una noche, Dios me puso a prueba. Mientras volvía a casa, pasé por delante de un chico que estaba sentado en un banco, mirando las estrellas. Establecimos contacto visual, pero seguí caminando. Sin embargo, el Espíritu Santo me instó a darme la vuelta y hablar con él. Pensé, ‘¿En serio, Señor?’.  

Finalmente, me di la vuelta y me acerqué a él. Me invitó a sentarme a su lado y le pregunté acerca de su vida. Se sorprendió, ya que, según me dijo, nadie le había preguntado eso antes. Explicó que era un espiritista y que tenía su propio canal de YouTube para otros espiritistas. Entonces me preguntó acerca de mi vida. Le conté cómo Dios había transformado mi vida de una manera radical.  

Entonces, la conversación se volvió más extraña. Me explicó: ‘Estaba volviendo a casa cuando una voz dentro de mi cabeza me dijo que me parase y me sentase aquí. Ahora tú has llegado y tienes un mensaje para mí. ¿Lo vas a compartir conmigo?’. 

Le respondí: ‘Bueno, ¡te puedo hablar de Jesús!’. Hablamos durante una hora sobre Jesús y la cruz. Le dije que Jesús quería encontrarse con él en ese momento y le pregunté si quería seguirlo. ¡Y dijo que sí!  

Desde entonces, ha continuado reuniéndose con un amigo mío para hablar acerca de Jesús. ¡Pensar que Dios fija estos encuentros divinos todo el tiempo, me deja totalmente atónito! Dios confía en nosotros cuando nos presenta estas oportunidades y lo único que nos pide es nuestra obediencia para involucrarnos en lo que el Espíritu Santo ya está haciendo”. 

Es fácil olvidarnos de vivir nuestras vidas en oración. Sin embargo, podemos retarnos a nosotros mismos, tal y como hizo Sam, a escuchar constantemente la voz del Señor. Esta semana, oramos por Sam y sus amigos en la Universidad de Durham, en el Reino Unido.  

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