Andando juntos la carrera
Varios versículos del Nuevo Testamento presentan la vida cristiana como una carrera. El apóstol Pablo solía usar esta analogía para describir su propia experiencia espiritual (1 Corintios 9:24, Timoteo 4:7, Hebreos 12:1). Con todo, en Filipenses 3:16, cambia su enfoque:
“Pero en aquello a que hemos llegado, andemos por una misma regla, sintamos una misma cosa.”
(Reina Valera Gómez)
Al leer este versículo en el contexto más amplio de Filipenses, vemos que Pablo habla de dos aspectos de la vida cristiana. Primero, se refiere a un punto de llegada común. Al reflexionar, puedo ver muchos de esos puntos de llegada para nuestra propia comunidad internacional. Veo nuestra unidad, nuestra asociación, nuestros objetivos comunes, nuestra esperanza y nuestro fundamento. Sobre todo, veo que a pesar de nuestras deficiencias y debilidades, somos una familia redimida salvada por gracia. Para Pablo, este punto de llegada no es un lugar donde detenerse, sino más bien para comenzar a caminar “de acuerdo con lo que ya hemos alcanzado.”
En contraste con la imagen habitual de una carrera, el verbo “andemos“ nos invita a pensar más en los demás que en nosotros mismos. Cuando corremos, no prestamos atención a los que están a los lados del camino, porque nuestra mirada está dirigida solo hacia nuestro objetivo. Sin embargo, Pablo está invitando a los filipenses a andar y hacerlo al paso de sus hermanos y hermanas.
Su invitación sirve tanto para los filipenses como para nosotros hoy en día. Significa reducir la velocidad para tomar nota de lo que sucede a nuestro alrededor. Significa tomar la mano de aquellos que no pueden correr a la misma velocidad. Significa, sobre todo, caminar al mismo ritmo unos con otros para que juntos podamos llegar a la meta.
Este año ha supuesto muchos desafíos para nuestro movimiento. Hemos aprendido, queridos hermanos y hermanas, que si tenemos una lucha común que afrontar y una misión común que perseguir, debemos caminar al mismo ritmo unos con otros, mostrando perseverancia y paciencia hacia quienes caminan con nosotros. De hecho, caminar al mismo ritmo es también construir juntos.
Por la gracia de Dios, nos alegramos por nuestro nuevo Secretario General, Tim Adams. Tengamos en cuenta que nuestra comunidad no se basa en una persona específica. Es nuestra responsabilidad apoyar y respaldar a Tim en su liderazgo. Les invito a orar por él y su familia, por sabiduría y fuerzas.
Durante esta época navideña, he estado pensando en cómo Dios decidió detenerse y tomarnos de la mano. Él sabía que no podíamos correr tras él, y por eso ha caminado con nosotros. Que su gracia inspire la forma en que nuestros movimientos piensan, ayudan, apoyan, oran y perseveran en nuestras relaciones. Oro para que este espíritu navideño permanezca en nosotros y fortalezca nuestra comunidad el próximo año. Y mientras caminamos juntos en el camino hacia Cristo, mantengámoslo a Él como nuestro centro aquí abajo y como nuestra meta en la gloria.
Oremos juntos por nuestra comunidad al entrar en el nuevo año:
- Oren por Tim Adams, que asume su nuevo rol como Secretario General. Oren por sabiduría, coraje y gran discernimiento sobre adónde guiará Dios a IFES durante el próximo año.
- Oren por fuerzas renovadas para el ministerio en 2021 en toda la comunidad después de todos los desafíos de 2020.
- Oren por unidad en la comunidad al abrazar y explorar juntos el llamado de Dios para el nuevo capítulo de nuestro ministerio.