Un llamamiento para cuidar de la creación de Dios
Cómo viven el Evangelio los estudiantes de América Latina
Isabella cerró la puerta de la entrada y miró al cielo. Niebla. No está tan azul como antes, reflexionó. Había andado este camino todos los días, desde que tenía recuerdo. Cruzando el parque, pasando la fila de comercios, y bajando la colina por delante de la iglesia de la esquina. El autobús de la universidad paraba ahí, justo en frente de su antigua escuela.
Aún le encantaba este barrio. Pero las cosas habían cambiado. Botellas de plástico y cristales rotos cubrían el pavimento. No había llovido durante meses y el parque ya no estaba tan verde como en sus recuerdos. Isabella no quería dejar de albergar esperanza de que algo cambiase. Pero, según pasaban los meses, parecía menos y menos probable. ¿Qué, o más bien quién, podría transformar todo esto?
La crisis medioambiental
Los estudiantes de América Latina no pueden ignorar la crisis medioambiental. Está a sus puertas. Literalmente. En otras partes del mundo, el impacto del consumismo y de la falta de cuidado del medioambiente queda lejos. Fuera de nuestra vista, fuera de nuestra conciencia. Pero en América Latina es la realidad diaria y visible. Jessica, obrera de ABUB Brasil, nos ha dicho más:
“En algunos países se exportan los residuos. Pero, en el nuestro está más cerca de nuestra realidad. No hay muchas ciudades que tengan buenos proyectos de reciclaje. Vemos estas “montañas de basura” en los vertederos junto a las autopistas que llevan a la playa, y esperamos que la playa no esté más sucia que el año anterior. Pero suele estarlo. Vemos el impacto diario de una inversión medioambiental pobre y del alto nivel de consumismo.”
Los problemas y sus causas son complejas, incluyendo el espectro completo de la sociedad: desde los desperdicios hasta la dejadez de la comunidad; desde las políticas públicas hasta la explotación internacional. Las consecuencias para América Latina son múltiples y serias: sequía, inundaciones, problemas de saneamiento. Los estudiantes y sus familias afrontan esta realidad a diario.
Por qué cuidamos del medio ambiente
Hablamos con los obreros y los estudiantes de América Latina para los que es un gran problema y respondieron al tema de una forma que mostraría y compartiría el Evangelio de Jesús. Aquí siguen tres pensamientos y retos para cuidar del medio ambiente:
1. Administración
En primer lugar, el libro del Génesis nos dice que este mundo es de Dios. Él es el Creador y ama a su creación. Es preciosa, maravillosa y compleja hasta un nivel de detalle que no podemos comprender siquiera. Dios le da a la humanidad el mandato de cuidar de este mundo como administradores. Este es nuestro privilegio y nuestra responsabilidad. No podemos tratar el mundo de Dios como queremos, sin referirnos a Él ni a los demás. Las palabras que encontramos en Génesis 1, ‘sométanla’ y ‘dominen’ no son excusas para la opresión, la explotación y la avaricia. Más bien al contrario, una actitud llena de generosidad y cuidado debería caracterizar a los administradores de Dios.
¿Qué dice nuestra administración de la creación acerca de nuestra comprensión de Dios?
2. Amar a nuestro prójimo
En segundo lugar, nuestras acciones contra el medio ambiente no solo afectan al mundo que Dios ha hecho, sino a la gente que Él también ha creado. Los problemas globales de desigualdad social e injusticia implican que los pobres suelen sufrir el mayor impacto. Para el resto de nosotros, resulta más cómodo tomar la posición de “ojos que no ven, corazón que no siente” ante los problemas que traen consigo la gestión de residuos, la contaminación aérea o el consumo de plásticos. Pero, las pequeñas decisiones que tomamos a diario no son insignificantes para las personas que viven en el otro lado del mundo.
Nuestras decisiones revelan nuestras actitudes hacia estas personas y hacia las generaciones futuras. ¿Estamos amándoles como nos ordena Jesús?
3. Conversaciones del Evangelio
En tercer lugar, cuidar del medio ambiente tiende puentes por los que se puede compartir el Evangelio. Puede allanar el camino para las conversaciones acerca de las Buenas Nuevas. Hasta las cosas más pequeñas como recoger basura, o llevar un vaso reutilizable al Starbucks pueden ser apreciadas y las personas que te vean tendrán curiosidad y querrán saber por qué. Es una forma fácil de hablar del Dios Creador que ama a su creación.
Estos pequeños gestos pueden parecer triviales en algunos contextos, pero cuando el descuido de la creación es tan evidente y los efectos son tan tangibles, tomar pequeños pasos para hacer las cosas de otra forma dice mucho acerca de qué nos importa. Esta fue la experiencia de los estudiantes cristianos en Brasil que empezaron a usar vasos reutilizables en lugar de los de plástico:
“Muchos estudiantes han tenido la oportunidad de impactar a sus universidades cuando otros estudiantes han visto su comportamiento y han comentado, ‘Pensaba que a los cristianos no les importaba esto’. Esto abre la puerta a conversaciones acerca de la transformación que trae el Evangelio.”
¿Cómo atraemos la atención de la gente a nuestro alrededor mediante el cuidado del medio ambiente? ¿Estamos preparados para explicar nuestra motivación?
Cuidado de la creación en el campus
Los estudiantes de toda América Latina quieren ver que sus campus son transformados por el Evangelio, a nivel espiritual y medioambiental. Aunque su capacidad de influir en decisiones puede estar limitado al nivel nacional y universitario, pueden compartir el Evangelio y pueden animar a otros en el campus a cuidar de la creación. Muchos estudiantes ven estas cosas como inseparables.
En los últimos meses, varios movimientos nacionales de América Latina han recibido apoyo de las becas de IFES Innovación para dirigir proyectos de evangelización-medioambiental en el campus. Buscan marcar una diferencia práctica en el medio ambiente mientras usan sus acciones como una forma de compartir el Evangelio.
Nicaragua
Los estudiantes de CECNIC Nicaragua dirigieron un proyecto el año pasado llamado ‘God’s Green Action’ (La Acción Verde de Dios). Tras cuatro meses de formación, 20 líderes fueron a servir a una comunidad rural en las afueras de Managua. Uniéndose a la iglesia local, celebraron un culto, repartieron copias del Evangelio de Juan y plantaron árboles. Después celebraron una ‘feria eco-teológica’ en sus campus, dándoles a los estudiantes la oportunidad de escuchar el Evangelio y pensar en los problemas medioambientales desde una perspectiva bíblica.
https://www.instagram.com/p/BTIqmY7h8Lk/?taken-by=cecnic_ifes
Panamá
Los estudiantes de CEC Panamá están dirigiendo un proyecto este semestre llamado ‘Pisadas’. El proyecto consiste de talleres donde los estudiantes verán lo que la Biblia dice acerca del cuidado del medio ambiente, y cómo pueden aplicarlo a sus propias vidas. La segunda parte del proyecto era la colocación de tres stands interactivos en el campus donde los estudiantes puede venir y hacer preguntas e implicarse en los grandes problemas. Eunices, estudiante de CEC, nos dijo más:
“Queremos ayudar a los estudiantes a comprender lo que pasó en la Caída -la ruptura entre las personas y Dios, personas y otras personas, la personas y el medio ambiente- y cómo Dios nos ofrece la reconciliación de nuestra relación a través de Jesús. De un modo práctico, nos estamos centrando en el tema de la gestión de plásticos y residuos, un tema especialmente aplicable a nuestro país en estos momentos.”
Ecuador
Los grupos estudiantiles de CECE Ecuador están estudiando el libro de Génesis este año. Además de organizar los proyectos de servicio, prevén colocar stands en el campus para crear un espacio para el diálogo acerca del tema de la reconciliación y el medio ambiente.
https://www.instagram.com/p/BgC9_ZeBpgK/?taken-by=cece.ecuador
Semana de América Latina, 2018:
Según nos centramos en los estudiantes esta semana, las universidades y los países de América Latina, únete a nosotros y demos las gracias a Dios por el impacto que tiene en estos jóvenes y por el impacto que está teniendo en sus campus. Oremos las grandes oraciones de nuestro Dios Creador, que es el único que puede traer una transformación duradera a la región. Oremos para que el Evangelio llegue a alcanzar a las personas que aún no conocen a Jesús. Oremos para que las sociedades y el medio ambiente realmente se transformen. Y oremos por nosotros mismos, que seamos personas que reflejan a nuestro Creador amoroso por cómo cuidamos de este precioso planeta y sus habitantes.