Traducido de un cómic original de: https://xkcd.com/1601/ Bajo licencia Creative Commons.

Tecnología: construyendo hacia arriba, hacia fuera y hacia dentro.

¿Cómo aprendemos a hacer las preguntas correctas acerca de la tecnología y su poder de cambiar el mundo y a nosotros mismos?

Es fácil olvidarse que tecnología no es sinónimo de “nueva”. La tecnología es, de hecho, antigua.

La etimología de la palabra “tecnología” deriva de los vocablos griegos “tekhne” — arte oficio o comercio — y “ology” — el estudio de un tema. La tecnología es, por tanto, el estudio y la aplicación de técnicas, en otras palabras: trabajo capacitado. Las tecnologías más antiguas serían el fuego y la rueda; hoy, en cambio, la tecnología suele referirse a las máquinas digitales, aunque no siempre.

Hoy en día parece haber dos visiones polarizadas de la tecnología: normalidad y nerviosismo. Por un lado, nos resulta difícil recordar que los sistemas culturales antiguos como el lenguaje son también tipos de tecnología; por otro lado, nos sentimos un poco nerviosos ante las tecnologías nuevas o emergentes. Esto sigue la teoría expuesta en la ya famosa cita de Douglas Adams:

“Todo lo que había en el mundo cuando naciste es normal y ordinario y es parte natural de la manera en la que funciona el mundo. […] Todo lo que ha sido inventado después de tus 35 años va contra el orden natural de las cosas.”

Ambos puntos de vista son problemáticos. Un pensamiento más detenido y reflexivo rechaza ambas y encuentra la tercera vía.

Normalidad

La tecnología es, por definición, algo que no es ni normal ni natural, sino una herramienta creada por el ingenio humano. Nuestras herramientas nos moldean, hasta la tecnología más rudimentaria, como una pala, deja callos en nuestras manos, como diría John Dyer en From the Garden to the City. La tecnología tiene sus efectos, los callos son buenos, pero las ampollas y el sangrado no lo son. Necesitamos trabajar para comprender los efectos de nuestras tecnologías, para luego considerar y reflexionar acerca de las mejores prácticas.

Nerviosismo

Es fácil pasar del punto de vista de la normalidad a una visión de nerviosismo ante la tecnología. Se ha escrito mucho acerca del pánico moral por la tecnología, y un lugar alegre por el que empezar sería este webcomic de xkcd para hacernos con un poco de perspectiva histórica:

Traducido de un cómic original de: https://xkcd.com/1601/ Bajo licencia Creative Commons.

El nerviosismo ante la tecnología es tan vieja como la tecnología en sí. Hace 2.500 años, una nueva tecnología, la escritura, originó fuertes advertencias y predicciones nefastas por parte de Sócrates, ni más ni menos.

Clive Thompson empezó con Sócrates y siguió hacia delante en la historia para comprender por qué algunas tecnologías causan el pánico moral en el mundo, mientras que otras no. Danah Boyd, en su libro It’s Complicated: The Social Lives of Networked Teens, redactó un gran argumento que establecía que el nerviosismo ante las tecnologías es una forma de determinismo tecnológico. La tecnología misma afecta a todas las personas de todos los contextos de una forma igualitaria (véase la página 15). El determinismo tecnológico no es real, y el nerviosismo tecnológico no debe causar tanto pánico moral como se le ha permitido.

Hacer la pregunta correcta

La tercera vía entre la normalidad y el nerviosismo ante la tecnología yace en hacer una pregunta totalmente diferente. La normalidad/nerviosismo ante la tecnología es una respuesta a la pregunta

“¿En qué nos afecta la tecnología como personas?”

Aunque es bueno e importante encontrar la respuesta a esta pregunta, si empezamos con “La tecnología nos está haciendo algo, pero no va a ser el fin del mundo” nos distraeremos de la pregunta más importante:

¿Qué está haciendo la gente con la tecnología? ¿Qué podríamos hacer?

Las escrituras bíblicas están repletas de historias de cómo la gente usó la tecnología de formas de las que podemos aprender hoy en día. Estas implementaciones tecnológicas se dividen en tres categorías:

1. Usar la tecnología para construir hacia arriba

Un tema principal en la historia de Dios ha sido cuidar de la gente. Con frecuencia, los humanos se han sentido vulnerables y la tecnología ha sido una forma de construir hacia arriba, incrementar la auto-estima, protegerse a uno mismo y tener control.

Las formas primitivas de la tecnología eran actos de misericordia de Dios para con la gente, ayudándoles a sobrevivir, descubrir el sentido del mundo que les rodeaba y relacionarse con los divino: pieles de animal para vestir (Génesis 3:21–23) tras el acto de rebeldía en el jardín del Edén, la civilización en ciudades, casas, instrumentos musicales y herramientas hechas de bronce o hierro (Génesis 4:17–22) y los planos para que Noé construyera el arca (Génesis 6).

Pero la gente no estaba satisfecha, se intentaron hacer iguales a Dios construyendo una gran torre (Génesis 11:1–9), intentando convertirse en iguales que sus vecinos a nivel político nombrando un rey (1 Samuel 8) e intentando que Dios estuviera calmado y taimado al construirle un templo (1 Reyes 6).

Estas historias nos hablan de la gente que usa la tecnología para construir hacia arriba, para establecerse mejor. Dios puede obrar en estos casos, y con frecuencia inició dichas innovaciones. Pero, como hemos visto, con cierta frecuencia es difícil que la gente se acuerde y honre a Dios cuando su foco está puesto en desarrollarse a sí mismos.

2. Usar la tecnología para construir hacia fuera

Un segundo gran tema en el desarrollo de la historia divina ha consistido en enviar a la gente a bendecir a las naciones, sanar a los enfermos y compartir las buenas nuevas de Jesús.

La tecnología ha desarrollado un papel significativo y fundamental en la extensión de las buenas nuevas. El Apóstol Pablo pudo viajar extensamente por la región del Mediterráneo gracias a la tecnología de las carreteras, construidas por los romanos, y el idioma universal del imperio, el griego. Pablo podía escribir y enviar cartas gracias a la tecnología transportable del papiro, además de la tecnología de la escritura que tanto preocupó a Sócrates.

1.500 años más tarde, la Reforma Protestante fue posible gracias a la tecnología de la imprenta, que Martín Lutero describió como “El mayor y más extremo acto de la gracia de Dios, mediante el cual el Evangelio avanza” (según cita de The Hyperlinked Life de Barna Group). Algunos han llegado al punto de decir que la imprenta es una plataforma de redes sociales, y claro, esta nueva tecnología de la imprenta creó el pánico moral de científicos respetados quienes estaban preocupados por la sobredosis de información.

Estas historias tratan de personas usando la tecnología para construir hacia afuera y llevar las buenas nuevas por todo el mundo. Pero han sido historias muy positivas, de lejos. Pero cuando construir hacia fuera se convierte en difusión, es decir un flujo de información unidireccional, puede resultar complicado que la gente tenga presente las necesidades del público en lugar de mantener su propia sensación de control.

3. Usar la tecnología para construir hacia dentro

Un tercer tema en la historia de Dios ha sido amar al prójimo. Mientras usaban la tecnología para cosechar, tenían instrucciones de dejar los bordes del campo sin tocar para proporcionarle alimento a los pobres (Levítico 23:22).

Cuando se encontrasen con alguien herido por el camino, la expectativa era de ir un paso más allá para cuidar de la persona usando tecnologías tales como los vendajes, el aceite, el vino y dinero (Lucas 10:25–37).

Después de que Pablo viajara para fundar iglesias, pudo comunicar un tremenda cuidado y afecto (Filipenses 1:1–11) mediante la tecnología de las cartas, con la esperanza de que sus comunicaciones fueran reales y auténticas (2 Corintios 10:11).

Estas historias hablan de gente que usaba las tecnologías para construir hacia dentro, para cuidar profundamente de los que se encontraban mientras progresaban por la vida. Son historias inspiradoras pero muy difíciles de vivir. Es difícil tratar con la gente, y aún más amar y cuidar de ellos, haya tecnología o no en el tema.

¿Cómo está usando la tecnología?

Estas historias le dan una imagen de cómo ha usado la tecnología en el pasado el pueblo de Dios, ¿y hoy en día?

Debemos gastar cuidado cuando consideramos construir hacia arriba y hacia afuera usando tecnología. Muchos ministerios han transmitido el mensaje de las buenas nuevas usando la radio, televisión, Facebook, Snapchat, Pokemon Go y cualquier nueva tecnología que pueda surgir.

Pero es esencial que hasta los ministerios más exitosos se planteen lo que deben hacer para construir hacia dentro con la tecnología. El alcance de las emisiones y las impresiones están bien, pero ¿dónde está la conexión? ¿Cómo estamos escuchando y aprendiendo de nuestro público?

Movimientos tales como D-Church están tratando con preguntas acerca del futuro de la iglesia en la era digital, especialmente en el asunto del discipulado, mediante conversaciones en un listserv además de un panel de debates en la central de Google.

World Vision está usando la realidad virtual para ayudar a los americanos a experimentar y sentir la pobreza global de una forma más profunda que vaya más allá de la lectura de un artículo. Groundwire se publicita en Facebook, Instagram, y Spotify no solo para construir hacia afuera, sino hacia dentro también, invitando a la gente a participar en una conversación de uno a uno.

Los Ministry in Digital Spaces (Ministerio en Espacios Digitales) de InterVarsity/EEUU está involucrándose en conversaciones en las redes sociales y forjando relaciones a largo plazo mediante videojuegos y la creación de contenido original — incluyendo podcasts, blogs, vlogs y streaming en vivo de videojuegos — para reunir a las comunidades y conversar. Lea más acerca de las historias de su ministerio en su blog.

¿Y usted? ¿Cómo está utilizando la tecnología en esta era digital? ¿Tiende a construir hacia arriba, fuera o dentro? ¿Cómo puede empezar a usar la tecnología de una nueva forma, especialmente para construir hacia dentro?

Considere empezar una marcha de oración digital en uno de los espacios que suela visitar. ¿A quién se encuentra? ¿Cuál es su historia? ¿Cómo puede interactuar con ellos?

Sobre el autor

Bret Staudt Willet es Director de Ministry in Digital Spaces (Ministerio en Espacios Digitales) con Intervarsity EEUU y se está Doctorando en la Universidad del Estado de Michigan, donde estudia acerca de Internet y la conexión humana.


Este artículo es parte de una serie en dos partes que observa cómo los cristianos interactúan con la tecnología. El mes que viene presentaremos un artículo por Jessica Grant acerca de la distracción que puede suponer la tecnología y cuando puede ser conveniente desengancharse.

Todas las publicaciones de Conexión