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Seguir adelante cuando el terreno es árido

Reflexiones acerca de perseverar en Asia Central

Con frecuencia relatamos las historias de los sitios en los que está prosperando el ministerio estudiantil, donde las conversaciones son comunes, donde crecen los grupos y donde se están transformando las comunidades. Pero hay muchísimos sitios en los que esta no es la realidad. Oran, planifican eventos, reparten invitaciones… Pero mes tras mes los resultados son decepcionantes. Los estudiantes parecen carecer de interés, o no mantienen su interés durante mucho tiempo. ¿Cómo interpretamos esto?

Hablamos con un obrero de un movimiento de IFES en Asia Central sobre seguir adelante cuando el terreno es árido.

Comienzos prometedores

“Los 90 fueron tiempos emocionantes en Asia Central. La Unión Soviética había dejado de existir y durante una década aproximadamente los misioneros extranjeros trajeron el Evangelio a las calles, fundaron iglesias, y levantaron a los locales para que se involucrasen en el ministerio cristiano. Plantaron iglesias y se llenaron con adoradores.

Los movimientos estudiantiles también crecieron. A lo largo de los años, el equipo de obreros cambió desde los expatriados con varias personas locales, a personal local con unos pocos expatriados.

Puertas cerrándose

A lo largo de los años las cosas se han complicado. Los gobiernos pensaron que los expatriados estaban amenazando la paz al tratar de introducir la democracia, por lo que las visas eran cada vez más difíciles de conseguir. En algunos casos, solo les daban 72 horas a los misioneros para irse del país. En los últimos tiempos, el extremismo cristiano se ha considerado una amenaza, lo que ha resultado en un cierre a casi todas las formas de religión que no estén aprobadas por el gobierno. Muchas iglesias perdieron sus permisos. Según escribo estas líneas, el gobierno está reformando las leyes religiosas una vez más. Lo que podría resultar en una nueva oleada de restricciones.

Hace diez años, la iglesia a la que asistía recibía a unos 200 adoradores en domingo y nuestro grupo de IFES contaba con más de 40 estudiantes. Ahora, nuestra reunión dominical asciende a unas 40 personas y nuestras conferencias estudiantiles nacionales tuvieron menos de diez estudiantes. Un pastor local comentó hace poco:

“Me alegro ver que aún quedan algunos misioneros aquí. Les admiro por seguir adelante cuando es tan difícil y muchos se han ido. Aún les necesitamos. No puedo decir que nos hemos convertido en una iglesia nacional, ni el 1% de nuestra población es cristiana.”

Seguir adelante es difícil para los pocos cristianos que hay. Una fe que era nueva, dinámica y emocionante ahora parece difícil y demandante.

El legalismo a través de los siglos

No son solo las restricciones gubernamentales las que convierten al cristianismo en una fe demandante, sino que hay una gran tendencia hacia el legalismo aquí. Los cristianos afrontan un peligro real de tratar a la fe cristiana como una serie de prácticas y costumbres que realizas para ganarte la aprobación de Dios.

Históricamente, la visión se ha construido sobre unas actitudes legalistas subyacentes. Antes del siglo IX, la gente creía firmemente en el mundo espiritual y en la necesidad de hacer ciertos rituales y sacrificios para aplacar a los espíritus. Más adelante, cuando fueran invadidos por los árabes, esto se convirtió en un tipo de islam en el que hacías unos rituales para satisfacer a Alá. La mentalidad soviética también se centra mucho en seguir unos patrones y unas tareas habituales con diligencia.

Tristemente, aquí existe la tendencia a que los cristianos sean muy claros exponiendo el Evangelio de la Gracia cuando están evangelizando, pero luego enseñan a sus jóvenes cristianos a obedecer muchas normas. No niegan la Gracia en ningún momento, pero en ocasiones parece que la ponen en un estante y solo la sacan en el siguiente evento evangelístico. La necesidad para un discipulado continuado embebido de la Gracia es esencial.

Lo que nos sigue motivando

Nuestra tarea sigue siendo enorme en este contexto político y cultural. Tenemos siete obreros en nuestro país y no todos están a tiempo completo, tenemos 18 ciudades universitarios y 350.000 estudiantes a tiempo completo. Ampliando la visión al resto de Asia Central, aún hay países donde IFES carece de representación y otros donde la obra es aún menor que en el nuestro. Es fácil sentirse sobrepasado, desanimado y desmotivado.

En nuestra conferencia para obreros que celebramos hace poco, trabajamos juntos el libro de Gálatas. Nos recordaron que no debíamos desviarnos del Evangelio de Gracia que fue revelado por Dios y tiene el poder de transformar, al igual que cambió la vida de Pablo. Debemos seguir predicando este Evangelio y no debemos cambiarlo por un mensaje que pudiera funcionar ‘mejor’. Un pastor local nos dijo hace poco:

“Gracias por basar tu ministerio en las Escrituras y no en estrategias o en el marketing.”

Abandonamos la conferencia con un deseo renovado de representar el Evangelio puro y no permitir que se colara el legalismo. Nos fuimos con un reto inspirado por el ejemplo de Pablo, para esforzarnos por no agradar a los hombres, sino agradar a Cristo en todo lo que hacemos. Nos fuimos animados porque el Evangelio aún es capaz de salvar y transformar. Por lo que seguimos adelante, predicando el Evangelio apoyándonos en vuestras oraciones.”

Por favor, únete a nosotros orando para que los estudiantes y obreros cristianos de este país no pierdan la esperanza. Ora para que Dios les fortalezca para que sigan adelante con gozo. Ora para que Dios les mantenga firmes, confiando en su fidelidad, soberanía y bondad aún cuando la tierra parezca dura. Ora para que haya una apertura.

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