Quizá yo también podría
La historia de una estudiante que sigue a Jesús en Asia Central
Anya* estudia Economía y Seguridad nacional en una universidad de Asia Central. No conoce a ningún otro cristiano en su campus. Esta es su historia.
¡Dios me ama? Jamás había oído una frase de este tipo. Estaba hablando con mi tío poco después de haber empezado la universidad. Él y su familia vivían cerca. Su carácter y estilo de vida me resultaban muy interesantes. Quería tener lo mismo que ellos. Me llevaron a su iglesia un día y vi a un montón de cristianos locales adorando a Dios. ¡No me lo podía creer! Yo pensaba que el cristianismo era una religión occidental, pero esa era una iglesia con creyentes locales. Si gente de mi país podía seguir a Jesús, quizá yo también podría. Poco después, tomé la decisión.
Me sentía muy feliz.
Creciendo en Dios
Una de las chicas de la iglesia me invitó a su grupo de IFES de otra universidad, y he asistido desde entonces. Este grupo me ha ayudado mucho a crecer en Dios. Es un lugar de paz y sonrisas. Tres meses después, entré en el liderazgo estudiantil. Este último año hemos leído 1 Reyes. Me ha encantado aprender sobre David y Samuel. Ahora sé cómo leer el Antiguo Testamento.
Es genial tener su apoyo, porque no conozco a ningún otro cristiano en la universidad. A veces me siento sola. Intento amar a mis amigos, pero no entienden mis creencias. Me preguntan por qué tengo tanta suerte en la vida.Yo les respondo que no es suerte, sino bendición. Les digo que Dios está con ellos y pueden comunicarse con él. Pero no lo entienden.
La oración de dos estudiantes
Es difícil ser cristiano aquí. En mi universidad, la corrupción es un gran problema. Casi todos pagan sobornos para obtener mejores notas. No me gusta, pero cuando me siento mal recuerdo que el movimiento de IFES de Japón comenzó con solo dos estudiantes que oraban por su universidad. Sé que Dios está conmigo, y la oración tiene poder.
Espero iniciar un grupo de comunidad en mi campus este año. Pero es peligroso. Si las autoridades se enteran, tendré problemas. También queremos iniciar un ministerio estudiantil en tres ciudades y desarrollar el ministerio entre los graduados y el ministerio de estudiantes internacionales. Necesitamos oración por más personal y más líderes estudiantiles y orar para que Dios nos muestre qué corazones están abiertos.
Desafíos y miedos
Antes de abrazar la fe, quería abandonar mi país e ir a Europa o América; allí la vida es más fácil. Pero Dios me ha hecho cambiar de opinión. Sé que Él tiene planes para mí y me ha puesto aquí por alguna razón. Antes estaba muy enfadada con mi padre por tratarme mal cuando era niña. Pero Dios ha cambiado eso y me ha enseñado a amarle.
Mi familia no sabe que soy cristiana. Tengo que contárselo. Aunque dejen de aceptarme como hija o aunque me ponga en peligro, tengo que contárselo. Cuando mi familia me visitó, tenía miedo. ¿Y si encontraban mi Biblia? Pero ahora lo que me asusta es su futuro: ¿qué pasará si no encuentran a Jesús? Tengo que contárselo. Pero no sé cómo.
Anya lloró mientras orábamos por sus padres. Ora por ella hoy, para que lleve testimonio a su familia y amigos.
*No es su nombre real.
Descubre cómo puedes ayudar a los estudiantes como Anya, que siguen a Jesús en contextos muy complicados de todo el mundo, en ifesworld.org/2020mission/