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De la clase al campus

Ayudando a los estudiantes de Canadá a pasar de la escuela a la universidad

Callum iba habitualmente a la iglesia, incluso cuando era adolescente. Tocaba la batería en la banda de jóvenes de la iglesia una vez al mes y en su último año de la escuela secundaria era uno de los líderes del club de jóvenes de los viernes por la noche. Los más jóvenes le admiraban. Una familia cristiana, campamentos de verano, grupo de jóvenes — estaría genial en la universidad, de eso no había duda.

Pero Callum no estaba genial en la universidad. No se llegó a asentar en una iglesia, había un buen paseo desde donde vivía y el culto de la mañana empezaba a las 9:30 (demasiado temprano después de una noche de fiesta). Fue una vez o dos al grupo de estudiantes en el primer semestre, pero seguían hablando de la evangelización y le incomodaba. No llegó a descarrilar completamente, sino que se alejó lentamente. Su cambio fue tan gradual que apenas lo notó. Exámenes finales, fútbol y una nueva novia consumían todo su tiempo. Cuatro años más tarde, se graduó y consiguió un buen trabajo en la ciudad, y ni tan siquiera se planteó buscar una iglesia. Total, ya no se refería a sí mismo como cristiano.

La realidad alarmante

La historia de Callum se basa en las miles de historias de los jóvenes en Canadá.

Una encuesta desarrollada en el año 2011 reveló que dos de cada tres jóvenes adultos (entre 18 y 34 años) que se habían criado en la iglesia en Canadá ya no asistían. Los resultados de la encuesta impactaron a la comunidad cristiana de todo el país. El ratio de abandono era sorprendentemente alto. Desde entonces, InterVarsity Canadá ha estado implementando acciones para intentar revertir esta tendencia: hace tres años han reclutado obreros para relanzar la obra en las escuelas secundarias en un par de las ciudades más grandes. Se centrarán en conseguir que los estudiantes se apasionen con la Biblia, mientras les animan a pensar como misioneros y les ayudan a tener una buena transición hacia la universidad.

by Justin Eisner on Unsplash

Estableciendo las bases

No iba a ser una tarea fácil ni rápida. Los ministerios estudiantiles en las escuelas secundarias de Canadá que eran sanos y potentes empezaron a declinar en la década de 1990 y a principios de los años 2000, cuando las escuelas empezaron a estar menos abiertas y los obreros se marcharon. Necesitaban empezar de cero.

En Toronto, los obreros de InterVarsity dedicaron varios años a forjar relaciones y establecer la confianza con los pastores y directores locales. Cuando las puertas empezaron a abrirse, descubrieron que el modelo del ministerio en el campus que les resultaba tan familiar se debía adaptar al contexto de la escuela secundaria. Por un lado, los descansos de mediodía de los estudiantes son más breves. Solo dispondrían de 15 minutos para un estudio bíblico, por lo que debían escoger los pasajes con mucho cuidado, por ejemplo una parábola breve o tan solo un par de versículos. Los obreros estaban deseando equipar a los estudiantes con habilidades para manejar la Biblia por sí mismos. Por lo que les enseñaron cómo hacer preguntas sencillas acerca del pasaje: ¿Qué podrían observar? ¿Qué significaba? ¿Cómo podían aplicarlo a sus propias vidas? Podrían usar estas herramientas en su tiempo personal dedicado a estudiar la Biblia o para dirigir grupos en el futuro.

Viaje misionero de 42 semanas

Ayudar a los estudiantes de la escuela secundaria a desarrollar una mentalidad misionera era clave. Pero, ¿cómo? Los obreros de Toronto no tenían ni idea. Sabían que la mayoría de los estudiantes conocerían el concepto de un viaje misionero a corto plazo, es decir, pasar una o dos semanas en el verano en el que servían en otro país o en el centro de la ciudad. Los obreros decidieron capitalizar esta idea y lanzar el concepto de un viaje misionero de 42 semanas. El campus de la escuela sería su campo misionero, todos los días que estuvieran en la escuela. Animaron a los jóvenes a agruparse, orar, evaluar y planificar, intentar algo y procesarlo juntos — al igual que harían si hubieran ido a un viaje misionero a corto plazo. Les pidieron a los estudiantes que considerasen dónde están implicados en la vida estudiantil, por ejemplo, un equipo deportivo, una banda de jazz, un club de acción social — y entonces les animaron a vivir y pensar como misioneros en sus comunidades.

Poco a poco, los estudiantes empezaron a participar. Semanalmente, el período para comer se convirtió en oportunidades de evangelización, mientras que la planificación y la oración se cambiaron para hacerlo por las mañanas o después del colegio. 60–80 estudiantes asistieron a los eventos de Navidad y Pascua que fueron organizadas y dirigidas por los estudiantes. Un grupo de muchachos dirigió un evento bajo el lema ‘refresco y oración’, donde entregaron refrescos gratis a los profesores y estudiantes y se ofrecían a orar por ellos. Una muchacha terminó la escuela y decidió tomarse un año para servir en la comunidad estudiantil InterVarsity, donde empezó a dirigir un estudio bíblico para estudiantes musulmanes.

Desarrollar a estudiantes para que se arraiguen en la Biblia y se centren en las misiones es una cosa, pero, ¿seguirían cuando pasaran a la universidad?

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Transición 101

Para darles a los estudiantes de la escuela secundaria una oportunidad real de hacer una transición buena hacia la vida universitaria, este año, lanzaron una nueva iniciativa en Toronto. Transición 101. Distintos ministerios para jóvenes se unieron para celebrar un evento en el que los estudiantes universitarios cristianos se podían reunir y conocer a los estudiantes de la escuela secundaria. Había seminarios sobre una serie de temas, incluyendo cómo sobrevivir en la universidad, apologética, disciplinas espirituales y salud mental.

También fue una oportunidad para que los estudiantes de la escuela secundaria pudieran conectar con los estudiantes universitarios, que les animarían a mantener la mentalidad misionera cuando empezaran en la universidad en tan solo unos meses. La investigación desarrollada en 2018 reveló que los jóvenes adultos que seguían su educación tenían 4 veces más probabilidades de conectar con un grupo cristiano en el campus o con el capellán si alguien de su iglesia local les facilita esa conexión. Iniciativas como Transición 101 ayudarán a reducir la tasa de abandono, si Dios quiere.

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Trabajar de inmediato

Hay muchas historias de estudiantes que están haciendo una buena transición. Noah es uno de ellos. Acaba de empezar la universidad en Canadá, había estado involucrado en el ministerio de InterVarsity en la escuela secundaria. Nos describe su experiencia hasta el momento como estudiante de primer año:

“Formar parte de un grupo cristiano en la escuela secundaria me ha ayudado a conocer las oportunidades de ministerio en el campus antes siquiera de ir a la universidad. Eso me facilitó que me involucrase cuando empecé la universidad. Sabía que quería que mi fe siguiera creciendo y que mi relación con Jesús se hiciera más profunda. Echando la vista atrás a mi primer mes de universidad, mi mayor fuente de ánimo para los futuros estudiantes universitarios es que se impliquen en el ministerio en el campus y que encuentren una iglesia a la que llamar hogar lo antes posible, antes de que el semestre tome velocidad.”

Los obreros de Intervarsity Canadá están orando para que haya más historias como la de Noah y que más estudiantes lleguen a la universidad listos para trabajar. En un país tan grande, los obreros están muy dispersos. Si el ministerio estudiantil va a florecer, es esencial que los estudiantes cristianos estén implicados lo antes posible con la visión de alcanzar al campus. Igualmente, es importante invertir en los graduados cuando hacen la transición hacia la vida laboral, para que ellos también puedan ponerse en marcha inmediatamente en sus lugares de trabajo, con la visión de vivir por Jesús y hablar de Él.

El Presidente de InterVarsity Canadá, Nigel Pollock, hizo la siguiente reflexión:

“Cada vez vemos que el discipulado es más bien un proceso que se desarrolla desde el principio de la adolescencia hasta el final de la veintena. El ministerio estudiantil — y especialmente estar implicado en el liderazgo de un grupo en el campus — es una oportunidad significativa para que los estudiantes crezcan en un ambiente diferente que complementa y suma a su experiencia en la iglesia local. Al ser mentores de los estudiantes durante la transición de la escuela secundaria a la universidad y luego desde la universidad hasta el mundo laboral marca una gran diferencia en términos de la efectividad del ministerio estudiantil y el impacto del Evangelio en las vidas de las personas.”

Solo si seguimos invirtiendo en estas etapas claves de transición podremos revertir estas tendencias. Ora con nosotros para que sea así en esta generación.

Los informes completos de la encuesta se pueden consultar aquí:

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