UN LLAMADO a la fe auténtica

Samuel Escobar (1934-2025)

Tim Adams, Secretario General de IFES.  

Samuel Escobar falleció el 29 de abril de 2025, a la edad de 90 años. Desde ese día, las infinitas muestras de cariño y testimonios que se han ido compartiendo demuestran que este “padre fundador” y pionero de la “misión integral” era también un hombre sencillo y generoso, que amaba profundamente a Jesús.  

– David Bahena, Secretario General Asociado de IFES  

En el culto de celebración de la vida de Samuel, su hija Lilly habló de cómo le había enseñado a estar abierta a diferentes puntos de vista y a buscar la verdad, a ser consciente de sus propias faltas y debilidades, pero a la vez abierta a recibir la dirección de Dios, y a vivir una vida de fe auténtica. 

Samuel nació en Arequipa (Perú), cuando sus padres se acababan de convertir al cristianismo. Asistían a la Iglesia Evangélica Peruana y Samuel estudió en una escuela primaria cristiana. Señala que fue allí donde entendió por primera vez “lo que era la fe como base para la vida”.  

Mientras estudiaba Pedagogía en la Universidad de Lima en la década de los 50, Samuel entregó su vida a Cristo y se bautizó. Se convirtió en el líder de un movimiento estudiantil incipiente, el Círculo Bíblico Universitario (CBU), aportando energía, convicción y generosidad de espíritu. John White, antiguo Secretario Regional de IFES para América Latina, recuerda que Samuel se “iba obsesionando cada vez más con la evangelización en la universidad”.  

Por ejemplo, en 1957, Samuel y el CBU decidieron proyectar la película de Martín Lutero en la facultad. Sus anuncios provocadores prometían: “Martín Lutero: ¡ven a descubrir por qué ha sido prohibida!”. Cuando aparecieron varios cientos de estudiantes curiosos, tuvieron que aumentar el número de proyecciones de la película. La segunda vez que la pusieron, los estudiantes comunistas llegaron en multitud y los apristas (un grupo político conocido por sus tácticas represivas) exigieron la sala. Pero Samuel tranquilamente propuso someterlo a votación. El público respondió en su mayoría que “siguieran con la película” y los apristas se vieron forzados a retirarse. 

El evento fue un éxito rotundo. Se estimó que unos 1.700 estudiantes vieron la película y después hubo debates abiertos y se distribuyeron 500 copias de Fe y Razón de René Pache. Por primera vez desde que se fundó la universidad en 1551, los evangélicos tuvieron un impacto visible en el campus. 

Dos años más tarde, Samuel fue invitado a la Asamblea Mundial de IFES en París (Francia). Viajó en barco durante ocho días con sus compañeros René Padilla y Wayne Bragg, desde Nueva York a Cherbourg. Durante las muchas horas que pasaron juntos, hablaron sobre sus sueños para el ministerio estudiantil. Samuel contó: “Queríamos que creciera por toda América Latina y queríamos ser fieles a Dios: muy evangélicos, pero a la vez muy latinoamericanos. Ese ha sido siempre nuestro objetivo”.  

Desde muy joven, Samuel se dio cuenta de que los temas candentes en las universidades de América Latina (la opresión, la pobreza, la liberación, las clases sociales, la justicia, la reforma agraria, la revolución) casi no se mencionaban en los comentarios y libros cristianos que había disponibles en español. En 2017 comentó: “Me sorprendió descubrir que el único diccionario bíblico que existía en español (traducido de una edición americana de 1890) no incluía las palabras ‘pobreza’ u ‘opresión’. ¡Y la Biblia tiene tanto que decir sobre estos temas!”  

Samuel estaba comprometido a buscar la dirección de Dios para saber cómo expresar la verdad bíblica sobre los problemas contemporáneos y buscó una respuesta relevante al reto de la ideología y el activismo marxista. Sus estudios dieron forma lo que se conocería más tarde como misión integral: la conexión entre la fe personal, la reflexión profunda teológica y la acción social comprometida. Gracias a esto, dedicó su vida a la teología, la enseñanza y a producir escritos que han influenciado el ministerio de la universidad y la iglesia global. 

La actual Secretaria Regional de IFES para América Latina, Carmen Castillo, comparte cómo los escritos de Samuel tuvieron un impacto en su ministerio: “Sus enseñanzas me ayudaron a reflexionar más profundamente sobre lo que significa el evangelio y cómo compartirlo con los demás. Reconocí que el evangelio es un don de Dios, un llamado a participar con el Espíritu Santo en la obra de hablar de Cristo y transformar a los seres humanos a su imagen”.  

La exposición bíblica contextual de Samuel, junto con su conocimiento de la literatura, la política y los temas de actualidad, conectaron con las facultades de toda América Latina. Junto con su querida esposa Lilly, sirvió como obrero de IFES en la región durante 26 años, ocupando varios puestos en Perú, Ecuador, Colombia, Uruguay, Paraguay y Argentina, donde participó activamente en un programa de literatura. 

Durante las semanas de misiones en la universidad, la capacidad que tenía Samuel de conectar con la gente a nivel personal atraía a los estudiantes a tener conversaciones profundas sobre la fe. Era una forma sin precedentes de evangelizar en un entorno académico y muchos llegaron a creer en Jesús.  

De esta manera, el ministerio de Samuel ayudó a que crecieran los movimientos estudiantiles y a que se consolidara una fuerte presencia cristiana en la universidad, no solo en toda América Latina sino también en el resto del mundo. 

Durante un año sabático que pasó en la Universidad Complutense de Madrid (1966-1967), Samuel empezó un estudio bíblico semanal que estableció las bases para que hubiera un grupo estudiantil permanente en Madrid. Cuando se marchó, un grupo de graduados de Operación Movilización siguió reuniéndose con el pequeño grupo para ayudar a mantener el foco evangelístico de Samuel. Esto fue crucial para el desarrollo de los inicios del movimiento estudiantil evangélico en España. 

En 1972, Samuel fue invitado a servir como Director General de InterVarsity Christian Fellowship en Canadá. En aquella época, el movimiento no tenía un objetivo claro. Como no había ningún canadiense disponible para ocupar el puesto, Samuel accedió a dirigir el movimiento. Durante tres años fue instrumental a la hora de ayudar a esclarecer la base doctrinal del movimiento, a guiarlos para adoptar la declaración de fe de IFES en lugar de una declaración expresada de una forma un tanto ambigua. 

Durante su tiempo en Canadá, Samuel empezó a participar en la organización del Congreso de Evangelización Mundial de Lausana de 1974, un encuentro organizado por un comité dirigido por Billy Graham, que reunió a más de 2.300 líderes evangélicos de 150 países. Samuel trajo su conocimiento y experiencia en teología relacionada con las ideologías y realidades sociopolíticas. En este congreso, Samuel y René Padilla insistieron claramente en que el evangelio nos llama a tener una responsabilidad pública y social. A pesar de que hubo algunas respuestas negativas, sus escritos fueron dos de los más citados en Lausana. “Los Escobar y los Padilla” se convirtió en una clave para la voz evangélica emergente en el mundo mayoritario, que inspiró a muchos jóvenes evangélicos desilusionados a reconectar con su fe.  

Samuel era muy consciente de que su visión para el ministerio no pasaría automáticamente a la siguiente generación. En el boletín de IFES de mayo 1978, señaló: 

“Vemos una generación de líderes estudiantiles que saben toda la jerga del discipulado, el compromiso, el estilo de vida, etc. Pero no están haciendo discípulos, no tienen disciplina en el estudio de las Escrituras, no practican las virtudes básicas de la veracidad, la fiabilidad, el sacrificio y la preocupación por los no cristianos; virtudes han sido el secreto detrás del crecimiento de sus movimientos. ‘¡Hay que volver a los orígenes!’ es la respuesta, lo sé. Pero también lo es: ‘No me alejes de tu presencia, ni me quites tu Santo Espíritu’ (Sal. 51:11). No dejemos que nuestros movimientos nacionales sean como el rey Saúl, que empezó bien, pero tuvo un final tan trágico”. 

Gracias a la bondad de Dios, los movimientos de IFES que Samuel cultivó han perseverado y siguen creciendo. En una entrevista treinta años después de que Samuel hiciera esa oración tan sentida, reflexionaba sobre lo que IFES había aportado a su región:  

“En América Latina, un líder es el ‘caudillo’, un hombre fuerte con carisma. La gente está preparada para ser dominada por él. Pero cuando pensamos en el mentorazgo dentro del liderazgo, queremos que nuestro ideal de liderazgo sea el personaje bíblico de Nehemías. A largo plazo, esa ha sido una de las contribuciones más importantes de IFES al mundo evangélico de América Latina. Hemos ayudado a moldear a líderes que ofrecen un buen liderazgo, que son eficaces como líderes sin querer ser el jefe.

“Y hemos intentado evangelizar de forma contextual, para transmitir algo relevante a la población estudiantil de América Latina, con sensibilidad cultural y sin usar terminología que sea difícil de entender fuera de los círculos cristianos”. 

En los últimos años, Samuel compartió la esperanza que tenía para el futuro de IFES: “que el Señor mantenga la visión y nos ayude a enfrentarnos de verdad a los retos contemporáneos”. Samuel vivió esa vida llena de fe genuina y fiel. Estaba seguro de su llamado y había sido cautivado por el poder que tiene el evangelio de provocar cambios. Que sus enseñanzas bíblicas y el ejemplo de su vida puedan guiar e inspirar a una nueva generación de testigos auténticos.  

Material sacado del libro Day of His Power, notas de entrevistas con Samuel y correspondencia personal.