FES y las iglesias locales de Hong Kong

Barry Cheung

El año pasado, en un foro pastoral sobre “El Ministerio Juvenil”, hablé de la conexión de teología y contexto. A veces, esperamos que nuestra fe aborde directamente los problemas de nuestro contexto. Pero, citando al difunto teólogo John Webster, “la teología cristiana… es responsable en su contexto, pero no es directamente responsable ante su contexto”.1 Debemos aclarar la distinción entre “hacer teología en contexto” y la “teología contextual”, ya que las variaciones entre los caminos teológicos también afectarán a la orientación y las expectativas pastorales. Por ello, nos planteamos de nuevo la cuestión de cómo debe vivirse, concretamente, la misión de la Iglesia a la luz del Evangelio, dado el contexto actual de Hong Kong. 

A consecuencia de los trastornos sociopolíticos que se han producido en Hong Kong durante la última década, la Iglesia se ha enfrentado a muchos retos sin precedentes en el cuidado pastoral y se ha visto obligada a sortear estas cuestiones. Vemos cómo nuestra comprensión de la fe nunca puede separarse de la verdad de la realidad. Una de esas realidades es el estado físico, que sigue sin sanar, de la población de Hong Kong en la que los poderes de la oscuridad siguen campando a sus anchas. 

En un contexto así, sentimos la necesidad desesperada de renovación y transformación pastoral en las iglesias locales, donde a FES se le presenta la oportunidad de caminar a su lado. FES ayuda a la Iglesia de forma práctica, informando sobre situaciones reales a las que se enfrentan las generaciones más jóvenes, incluso aquellas que no participan regularmente en las actividades de la Iglesia. Hemos comprobado que los pastores locales y los líderes de las iglesias responden con mayor apertura y acogen con agrado la ayuda de las organizaciones paraeclesiásticas, desarrollando así una relación más profunda de confianza con FES.  

Debido a la importante emigración, las iglesias locales de Hong Kong se han enfrentado a enormes pérdidas de mano de obra y recursos, por lo que es necesario reconstruir la dinámica de la Iglesia para que sea más integradora. 

A finales de 2023, iniciamos una encuesta sobre “Las condiciones de fe de los creyentes universitarios de Hong Kong”, y recogimos más de 400 respuestas de estudiantes de instituciones terciarias. Gracias a la ayuda de algunos voluntarios profesionales en el análisis de esos datos, pudimos organizar el mencionado Foro Pastoral Juvenil en junio de 2024 y compartir los resultados de ese análisis con más de un centenar de pastores y líderes eclesiásticos. Somos muy conscientes de las enormes dificultades y desafíos que supone pastorear a los jóvenes en el contexto eclesial actual. En consecuencia, FES puede aportar recursos, colaborando con las iglesias locales, y así fomentar un ministerio continuo entre nuestros jóvenes. Nuestra preocupación común por estos jóvenes tan queridos, que necesitan desesperadamente la esperanza y el consuelo que ofrece el Evangelio, se ve amplificada por nuestra gran conciencia de que el futuro de la Iglesia pertenece a esas generaciones más jóvenes. 

Reflexiones sobre la Historia del Cautiverio

Los emigrantes de Hong Kong, así como los que se quedaron, se encuentran en un contexto que guarda cierto paralelismo con el de los judíos durante el cautiverio y el exilio asirio y babilónico. Como resultado de los cambiantes entornos políticos (tanto en el Hong Kong actual como en la antigua Judea), se desarrollan discursos, juicios de valor y orientaciones sociopolíticas conflictivas entre la gente. Tanto los que se fueron como los que se quedaron llevan una pesada carga emocional, tras haber lidiado con la incertidumbre de la agitación constante y la fractura de sus comunidades. Las personas que han sufrido pueden tener dificultades para abstenerse de juzgar a los demás en función de sus consideraciones y decisiones sobre quedarse o marcharse. No obstante, necesitamos urgentemente coexistir y permanecer unidos en la fe, reconociendo que todos estamos heridos y que solo la cruz de Cristo puede reconciliar y reconectar profundamente nuestra relación en la salvación. 

En este sentido, tanto las iglesias de Hong Kong como las que acogen a hongkoneses en el extranjero deben aprender y reflexionar sobre la propia naturaleza del cuidado pastoral y su atención. No se trata solo de tener conocimientos o recordatorios de conocer o recordar a Cristo como Señor, sino también de reflejar, en la práctica, a Cristo como Señor al estar siempre abiertos a escuchar a los demás. Cuando hay diversidad entre el pueblo de Dios, el pastor acude a Cristo con humildad para que le ayude a ministrar a los distintos miembros de la congregación.  

Por tanto, el cuidado pastoral no está desligado del fundamento de la Palabra de Dios. Una vez más, implica enseñar la “Palabra de Dios” como principios morales para los individuos y, al mismo tiempo, basarse en la “Palabra de Dios” como fundamento para construir relaciones comunitarias. Para hacerlo en el contexto de una comunidad rota y diversa, reafirmamos nuestro compromiso con Cristo como Señor de la Iglesia y como mediador de nuestras relaciones con nuestros hermanos y hermanas. Acogemos a los necesitados y a los que sufren, como acogeríamos al propio Cristo, pues todo “pequeño” es valioso para el Reino de los Cielos.

Nuestra comprensión de la fe nunca puede separarse de la verdad de la realidad. Una de esas realidades es el estado físico, que sigue sin sanar, de la población de Hong Kong en la que los poderes de la oscuridad siguen campando a sus anchas. 

En respuesta a la delicada situación sociopolítica de Hong Kong, recientemente, FES ha empezado a promover movimientos de escucha, a organizar formación sobre comunicación no violenta y cursos de primeros auxilios en salud mental. También hemos invitado a jóvenes graduados a compartir sus problemas de salud mental, animándonos a comprender el profesionalismo psicológico a través de una lente espiritual. Y lo que es más importante, nuestros intentos de facilitar un mayor diálogo entre las distintas generaciones dentro de la Iglesia (especialmente, con los pastores mayores de la iglesia) han recibido respuestas muy positivas.  

En marzo de 2025, estas actividades culminaron en un gran acontecimiento conocido como la “Jornada del Cuidado Pastoral de FES: Un enfoque basado en el trauma”. Nos acompañaron más de 160 participantes de distintas confesiones eclesiásticas, y mantuvimos muchas conversaciones fructíferas y alentadoras. Hubo cuatro ponentes de todo el espectro: un académico del Nuevo Testamento, un profesional de teología práctica y dos pastores de iglesias. Gracias a su concienzuda preparación y a su perspicaz intercambio, hubo un equilibrio entre la profundidad académica y la experiencia práctica, ofreciendo inspiración y luz a todos los participantes. Fuimos testigos de cómo se sembraron semillas para la renovación espiritual en la cultura del cuidado pastoral de las iglesias de Hong Kong. Aunque la tarea que tenemos por delante no es fácil, a través de estos acontecimientos hemos empezado a reunir y unir a compañeros, a seguir adelante con valentía, paso a paso, y a reconstruir una comunidad de fe que está conectada a través del sufrimiento. 

Reflexiones sobre las relaciones dentro de la Comunidad

Debido a la importante emigración, las iglesias locales de Hong Kong se han enfrentado a enormes pérdidas de mano de obra y recursos, por lo que es necesario reconstruir la dinámica de la Iglesia para que sea más integradora. La Iglesia debe abrazar su llamado a proporcionar un espacio de estabilidad y confianza a la generación herida. Un santuario donde los miembros puedan ser transparentes, liberar sus voces, descubrir nuevas versiones de sí mismos, conocer a gente diferente, convivir en la Iglesia y disfrutar de las relaciones entre ellos. 
 

Tras las oleadas de protestas sociales, muchos jóvenes luchan por sentirse acogidos por sus propias comunidades eclesiásticas o por tener un sentimiento de pertenencia a ellas. Observamos una profunda desconfianza entre quienes abrazan los valores más universales y quienes ejercen la autoridad dentro de las instituciones eclesiales. Así pues, FES intentó tender un puente y reconstruir una relación auténtica entre estas partes. Por un lado, nos ganamos la confianza de los pastores de las iglesias y su alineación con la visión de FES para el discipulado de las generaciones más jóvenes. Por otra parte, ministramos a los jóvenes, independientemente de que asistan regularmente a una iglesia, a través de nuestra Conferencia Bíblica Juvenil anual. Este año, al ser la tercera edición de la conferencia anual, incluso invitamos a algunos pastores de iglesia a ser miembros del comité de la conferencia y trabajamos juntos para fomentar la participación de sus jóvenes. El tema era “Indefinidos: Abrazar la (in)certidumbre de la fe”. A lo largo de esta conferencia de dos días, nos propusimos equipar intelectual y emocionalmente a los participantes para que experimentaran un cambio de paradigma en su visión del mundo de la fe. Creemos que cuando los jóvenes aprenden a abrazar la apertura de la fe, se mantendrán firmes a pesar de los caóticos valores de la cultura universitaria, discerniendo y tomando decisiones sabias. A través de esta asociación con las iglesias locales, somos testigos de su confianza en FES para formar líderes maduros que, en última instancia, servirán en la Iglesia.  

Conclusiones 

FES no puede existir sin la asociación con las iglesias locales. Por muchas razones, esta relación mutua es valiosa para ambas partes. La visión que inculcamos a los estudiantes que encontramos en el campus es que saldrán de la universidad y encontrarán su hogar espiritual en la Iglesia, donde la gente puede encontrarse y conocerse más profundamente. Gracias a las difíciles circunstancias sociopolíticas, la iglesia y la paraiglesia han tenido la oportunidad de elegir la humildad y la apertura de miras, de considerar “a los demás como superiores a ustedes mismos” (Fil. 2:3), mediante la conexión que tenemos por medio de la gracia de Cristo. Solo entonces veremos el crecimiento y la madurez que pueden venir de Dios (Col. 2:19). 
 
[1] John Webster, T & T Clark Reader in John Webster (London: T & T Clark, 2020.) p.147. 

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