EL EVANGELIO ENCARNADO

UN TRIBUTO A DANIEL BOURDANNÉ (1959-2024)

Desde que se supo la noticia de la muerte de Daniel Bourdanné a causa de un cáncer el 6 de septiembre 2024, han ido llegando maravillosos tributos de todos los rincones de IFES y más allá.  

Pero no por todos los títulos de los cargos que ostentó – Secretario Regional para África francófona durante 11 años y Secretario General de IFES durante 12 años- sino más bien por la forma en la que desempeñaba estos cargos: fuertes valores arraigados en el evangelio, un liderazgo visionario, un servicio humilde y una actitud amable y santa. La avalancha de tributos es testimonio de la obra gloriosa y de gracia en su vida. 

Una revelación temprana 

Daniel nació en Malanegome, en la región de Mayo Kebbi, al oeste de Chad. Con apenas 14 años asistió a su primera reunión de lo que más tarde se convertiría en UJC, el movimiento local de IFES (que trabaja en escuelas secundarias y universidades). 

Al participar en un estudio bíblico inductivo sobre Apocalipsis 1, se le abrieron los ojos al gozo que producía escudriñar las Escrituras con sus compañeros. Se dio cuenta de que el grupo amaba a Dios y la Palabra de Dios y dedicaba su vida con entusiasmo a la oración, la evangelización y la alabanza. Gracias a esta experiencia, dijo, “se enamoró de la obra estudiantil”. 

Como estudiante universitario en Chad, Daniel siguió participando en el movimiento hasta que se vio forzado a mudarse a Togo a causa de la guerra. Allí, como si nada, como líder estudiantil ayudó a revitalizar el ministerio en el campus, que estaba decayendo, y después se trasladó a Costa de Marfil a realizar un doctorado. Fue allí, estudiando ecología animal en la Universidad de Abiyán, que Daniel se convirtió en un experto global en milpiés. 

Un llamado que iba creciendo

El hecho de obtener un título académico tan alto demuestra, además de un gran intelecto, la convicción de que la fe conecta con todas las áreas de la vida. Años más tarde, ya como Secretario General de IFES, promovió el desarrollo de la iniciativa de Conectar con la Universidad, para asegurar que una forma holística de ver la fe se convirtiera en un aspecto central de la misión de IFES. 

En el año 2007, en un simposio titulado: “Conectar con la Universidad: la misión estudiantil y la mente cristiana”, dijo: 

“Me gustaría sugerir humildemente que enriquezcamos el paradigma actual con un nuevo paradigma que considere la universidad como una comunidad y lo aborde de forma orgánica, a nivel de las bases, de una forma encarnacional. Tenemos que dar testimonio en el mundo por medio de una dinámica de transformación real, interna y holística. Sueño con una asociación de movimientos nacionales que miran la universidad desde la perspectiva de un evangelio integral, por medio de la dinámica de una transformación real, lejos del dualismo de un evangelio individualista”. 

Pero el llamado a servir en IFES venía desde mucho antes, cuando Daniel enseñaba biología en Costa de Marfil a finales de los años ochenta. Escuchó que el Señor le decía: “Este ministerio te ha bendecido tanto; ¿por qué no te planteas ayudar a otros estudiantes a ser bendecidos de la misma forma?”. Respondió uniéndose al equipo de obreros de IFES en África francófona durante 16 años: primero como secretario itinerante, después como secretario de literatura y más tarde como secretario regional (1995-2006). 

Cuando era un joven obrero en Abiyán, Dios permitió que conociera a una “encantadora” estudiante de medicina de Níger llamada Halimatou, que se convirtió más tarde en su esposa. Tuvieron tres niños -Tamibé, Salamatou y Oumarou- y más adelante adoptaron a Rosine tras la muerte de sus padres. 

Durante su servicio en África francófona, su forma de conectar intelectualmente con la fe dejó un fuerte legado. Dirigió importantes iniciativas de formación, como el Forum de Théologie pour l’Eglise, diseñado para reunir a teólogos académicos e iglesias locales; el Centre Africain du Christianisme Contemporain, un centro de formación de líderes de IFES para África francófona; y la iniciativa de predicación bíblica Tyranus.  

Consciente de la necesidad de que existiera literatura cristiana que tratara temas contemporáneos, Daniel jugó un papel decisivo a la hora de establecer y promover la publicación de libros de calidad bajo Presses Bibliques Africaines (PBA). También fue el autor de libros influyentes, como libros sobre liderazgo (Leadership pour l’excellence, como editor), matrimonio (Trois mariage pour un couple) y los peligros de la teología de la prosperidad (L’évangile de la prospérité, un danger pour l’église africaine). Hoy en día, PBA se ha convertido en una editorial evangélica puntera en África francófona. 

En reconocimiento a sus contribuciones académicas y activas a la teología y su testimonio público, a Daniel se le otorgó el Premio Abraham Kuyper de Excelencia en Teología Reformada y Vida Publica en Calvin College (Michigan, EE.UU.) en 2018.  

“El trabajo que ha realizado Daniel en el desarrollo y en el ministerio hacia y para la persona entera, a nivel individual y en la sociedad, es una inspiración para la obra pública cristiana integral y responsable”, señaló Michael Le Roy, presidente de Calvin College.  

Un puesto global 

El hecho de que Daniel fuera moldeador y moldeado por el ministerio de IFES en África francófona hizo que su nombramiento como Secretario General de IFES en 2007 encajara a la perfección. Pero no debemos olvidar la importancia que tuvo este nombramiento. Lindsay Brown, el predecesor de Daniel, dice:  

Daniel fue una de las primeras personas de África francófona en estar al frente de una organización global y multilingüe. Su nombramiento reflejaba cómo estaba cambiando la estructura de la iglesia global y su liderazgo. Y puesto que Chad era uno de los países más pobres del mundo en aquel momento, es testimonio de la gracia y la bondad de Dios el hecho de que una economía nacional no sea un obstáculo para que Dios haga surgir líderes que lo sirvan en su iglesia global”. 

Sin embargo, el llamado de Daniel a ser un ejemplo pionero no estuvo libre de sacrificios y dificultades. Al mudarse a Oxford para ocupar su nuevo puesto, Daniel tuvo que enfrentarse a retrasos, detención y deportación a causa del proceso de visados británico. Pero después de luchar con perseverancia en oración y con gracia, él y su familia pudieron trasladarse a Inglaterra y desde allí viajó por todo el mundo para visitar a una familia cada vez más grande de movimientos nacionales de estudiantes, fortaleciéndolos con su sabiduría profética y cuidado pastoral. 

En una ocasión, cuando se le preguntó acerca de sus conocimientos del doctorado en milpiés, bromeó que sus estudios lo habían preparado muy bien para su cargo en IFES porque, al igual que el cuerpo de un milpiés tiene cientos de patas que deben trabajar juntas para moverse hacia delante, él estaba dirigiendo un cuerpo que conectaba a más de 160 ministerios estudiantiles diferentes que debían trabajar juntos. Como nativo de África francófona con mucha experiencia intercultural, Daniel fue capaz de mantener unida una comunidad diversa en un mundo cada vez más dividido. También jugó un papel decisivo a la hora de fortalecer estas muchas “patas” para promover el desarrollo de la gobernanza y los movimientos nacionales. 

Más allá de IFES, los comités de otras organizaciones agradecían también su perspectiva y sabiduría: otras organizaciones cristianas de África, como director internacional adjunto del Comité de Lausana para la Evangelización Mundial, y el Comité Internacional del Movimiento de Lausana. 

El antiguo Secretario Regional para África francófona, Augustin Ahoga, señala la visión influyente que poseía Daniel: 

“Era un visionario, un deconstructor de antiguos paradigmas. Soñaba con un cristianismo que liberara a la humanidad de la injusticia y la explotación, para que pudiera convertirse en testigo de lo que Dios quería que fuera el mundo cuando lo creó, uno lleno de amor. Quería que esta visión empezara por su propio continente y veía el ministerio de IFES en África francófona como una voz profética”.  

Un líder visionario con corazón de siervo 

La rica experiencia, el criterio y la fe profunda de Daniel le permitieron ver qué áreas del ministerio de IFES necesitaban una atención especial. 

Al empezar en su cargo, Daniel formuló la visión de Piedras Vivas, que encaminaría a IFES durante la década de 2010. Como base para sus prioridades y fundamentos, esta visión tenía tres “compromisos principales”: la oración, el compromiso con las Escrituras y la comunidad. Creía firmemente que estos componentes esenciales debían estar presentes en toda la obra del ministerio.  

Aunque estaba profundamente agradecido por poder servir en una comunidad internacional con movimientos en más de 160 países, Daniel tenía carga por los lugares que no habían sido alcanzados con el evangelio. Sabía que en muchas ciudades y campus no había testimonio cristiano y decía que “ahora es el momento de ir más allá, de dar un paso de fe y en oración y abrir nuevos caminos para el reino”.  

Esta visión sentó las bases del nuevo proyecto de Abriendo nuevos caminos, que se lanzó en 2018 con el objetivo de apoyar 100 nuevas iniciativas para plantar grupos hasta 2020. Gracias a este proyecto se han establecido hasta ahora más de 600 grupos nuevos alrededor del mundo. 

Daniel también se dio cuenta de la necesidad de desarrollo del liderazgo y suplicó a la comunidad que invirtiera en esta área. Gracias a esto, ha aumentado la intencionalidad en el desarrollo de obreros que sean capaces de dirigir el ministerio de IFES en el futuro. Un resultado de esta visión ha sido la Iniciativa de Liderazgo Global (ILG): un programa de mentorazgo de 18 meses de duración, que se lanzó en 2015 y sigue produciendo nuevos líderes de IFES. 

Esta clase de visión innovadora era típica de Daniel; en su servicio modesto se preocupaba de que otros pudieran ser levantados. Es más, a pesar de ostentar un cargo de liderazgo global, destacó por seguir siendo una persona humilde y accesible.  

Un pequeño incidente ilustra lo poco pretencioso que era y lo mucho que estaba interesado en los estudiantes: un compañero cuenta que unos responsables en el congreso de Urbana vieron a Daniel en una larga cola esperando la comida, así que se acercaron para decirle que podía saltarse la cola e ir al frente, pero Daniel se negó y prefirió quedarse a seguir charlando con los estudiantes.  

Y Doug Birdsall, antiguo presidente del Movimiento de Lausana, recuerda la calidez con la que fue recibido cuando visitó la casa de Daniel en Abiyán en 2005:  

“El banquete que había en la mesa del comedor estaba lleno de gente, todos los lugares de la mesa estaban ocupados. Mientras conversábamos, escuché que una persona llamaba a Daniel ‘Papá’, otra persona ‘Tío’, y otros ‘Papi’. Entonces pregunté: ‘¿Aquí quién es familia de quién?’. Se rieron y alguien respondió: ‘¡Esto es África! ¡Él es el papá y tío de todos!’” 

Sus años al frente de un movimiento global no cambiaron a Daniel. Tim Adams, el actual Secretario General de IFES, describe cómo fue su relación con él durante ese tiempo: 

“No le motivaba ni el dinero ni la posición. Fue mi jefe durante más de una década, pero se resistía a las etiquetas y a una posición de poder. Eligió adoptar la postura de mentor, de hermano mayor que quiere estar a tu lado para ayudarte a hacer bien tu trabajo. Para mí, al igual que para muchos de ustedes, era ante todo un modelo a seguir, un amigo, un ‘Oncle’”. 

Esta calidez y familiaridad nunca mermó el respeto que sus compañeros sentían por Daniel. Klaingar Ngarial, actual Secretario Regional para África francófona, insiste: 

“Aquellas personas que fuimos compañeros de trabajo de Daniel nos consideramos más sus discípulos que sus iguales; esto demuestra lo mucho que nos impactó la previsión y el carácter de su liderazgo”. 

… 

A lo largo de sus 64 años de vida, Daniel respondió al evangelio en las Escrituras, creció en su pasión por compartir el evangelio y por promover su relevancia a toda la vida, y permitió que el evangelio guiara su ministerio y moldeara su carácter. En medio de todo y sobre todas las cosas, Daniel encarnaba el evangelio. Aplicaba su fe a sus estudios, a su trabajo y a su vida familiar, siempre abierto a cómo lo guiaría Dios. 

En su carta de despedida como secretario general, escribió sobre el viaje de su familia: “a lo largo de nuestros años en IFES, nos hemos comprometido a seguir a Dios allí dónde Él vaya y nos invite”.  

Ahora su Señor ha invitado a Daniel al lugar al que Él ya se ha ido (Juan 14). Como comunidad, estamos profundamente agradecidos por los años que pasó Daniel con nosotros, por el regalo que ha sido para nosotros.  

Al lamentar esta gran pérdida para una familia llena de cariño y para la iglesia global, esperamos que su legado pueda hacer que muchas más personas encarnen el evangelio. Y nos aferramos a la promesa de que esta “tienda de campaña” con la que él encarnaba el evangelio se levantará un día en gloria. 

IFES está recopilando un libro de fotos y recuerdos de la vida y el ministerio de Daniel. Si quieres contribuir, escribe a info@ifesworld.org o añade tu mensaje al Kudoboard.