Vivir con gratitud
Una reflexión sobre la generosidad de Daniel Bourdanné
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando piensa en generosidad? Quizás es el filántropo que sale en las noticias nacionales (e, incluso, internacionales) por las grandes cantidades de dinero que da a organizaciones benéficas. Quizás es aquel tiempo en su vida en que lo pasó tan mal y la bondad de sus amigos y familiares lo abrumó. O quizás piensa en la cálida hospitalidad de alguien que abre las puertas de su hogar a otros, o en ejemplos de las Escrituras cuando los israelitas o los macedonios trajeron mucho más de lo que era necesario.
Nuestro Dios es un Dios generoso y lleno de amor
Sabemos lo que es el amor porque Él nos amó primero (1 Jn 3:16) Así también, entendemos lo que es la generosidad porque Él nos inunda con ella. Sus regalos para nosotros son abundantes: los regalos de la vida, la creación y su belleza, la comunidad y, sobre todo, el regalo de Jesucristo, quien dio su vida por nosotros. Nuestro Señor y Salvador es la clave. Tal y como vemos en Colosenses, todas las cosas fueron creadas por medio de Él y para Él.
¿Cómo respondemos a los regalos de Dios? Ciertamente, damos gracias a nuestro Padre celestial, pues sabemos que todas las cosas son regalos que proceden de Él. Nuestra respuesta es, en realidad, una oportunidad de ofrecernos nuevamente a Dios. Se trata de una oportunidad para seguir una vida generosa.
Es por esto que damos las gracias por todas las cosas y por cada uno de los regalos que Dios nos ha dado. En cuanto a la comunidad estudiantil (y todos nosotros), no deberíamos subestimar lo que tenemos. Mire el mundo a su alrededor: solo un 6% de la población mundial llega a tener estudios universitarios. Es un regalo de Dios poder estudiar. Usted forma parte de un minúsculo porcentaje que llega a alcanzar el nivel universitario. Así, demos gracias a Dios por las oportunidades que nos da para estudiar.
Sin embargo, al dar gracias a Dios, a la vez que reconocemos su generosidad para con nosotros y nos ofrecemos a Él, el Espíritu Santo nos capacita a amar, servir y estar disponibles a los demás. Estos podrían ser nuestros amigos y familiares más cercanos, aquellos con los que compartimos dormitorio o curso, o nuestra iglesia. Es posible que también tengamos oportunidades para vivir generosamente dependiendo de cómo usamos nuestro tiempo, recursos y experiencia para servir a la sociedad en su conjunto. El vivir generosamente se basa siempre en dar a Dios, a nuestra comunidad y a su creación en todo el mundo. Tal servicio es un acto de alabanza a Dios.
Daniel Bourdanné, octubre 2017
Una invitación al Día Mundial del Estudiante de IFES
Este año, el tema de nuestro día anual de oración es Una vida generosa. Por favor, únase a nosotros en oración. Y mientras oramos, pidamos a nuestro Padre un corazón generoso en nuestros movimientos como respuesta al amor de Dios hacia nosotros. Para aprender más y descubrir cómo involucrarse, visite ifesdme.org
Aquí está la invitación personal de Daniel: